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El homenaje a Canito en Caminos, ¿acta fundacional de La Movida?

¿Cómo iban a saber los integrantes de Tos que aquella Nochevieja de 1979 sería tan terriblemente decisiva en sus vidas? Tos, para quien no lo sepa, fue un grupo musical creado un año antes por los tres hermanos Urquijo y José Enrique Cano Leal, CanitoCanito. Después de tomar las uvas con la familia, los jóvenes músicos fueron a una fiesta en un chalé de la Avenida de Pio XII, donde también estaban algunos integrantes de grupos en ciernes del momento, como Nacha pop, Los Elegantes o Mermelada. Aquella noche festejaron la entrada en los ochenta a ritmo de My Generation (The Who) y jam session. Canito era el alma de la fiesta, ataviado con un mono de trabajo y una cazadora adornada con una flecha cosida.

Sobre las seis de la mañana, algunos decidieron seguir la fiesta en otro sarao de Villalba. A la altura de la Navata, un par de coches del convoy (de cuatro) aparcaron en el arcén para esperar a los dos vehículos rezagados. Canito salió del coche y un borracho embistió a uno de automóviles, que a su vez golpeó al batería y cantante, haciendo que saliera despedido y se golpeara fuertemente en la cabeza. Puta suerte. Tres días después, Canito moría.

La noche la cuenta Miguel A. Bargueño con detalle en Adiós tristeza, biografía de Enrique Urquijo, y el grupo que los supervivientes de Tos refundarían –claro, Los Secretos– lo recordaría muchas veces en directo con la canción Nacional VI, compuesta por Teixi, de Mermelada: “El sol está en lo alto / pero hay lluvia en mi corazón / escucha amigo cual es la razón, / ya no volveré a la Nacional VI / porque allí un amigo murió al amanecer. / Adiós amigo, nos volveremos a ver, / y cuando estemos juntos volveremos a beber”.

Es difícil establecer un único momento fundacional de La MovidaLa Movida, pero muchas personas han visto en el concierto homenaje a Canito en la Escuela de Caminos el momento, como mínimo, de su primera popularización. Fue Javier, el mayor de los Urquijo, quien tuvo la idea de organizar un concierto homenaje que fue, poco a poco, haciéndose más grande de lo que inicialmente habían planeado. En principio lo iban a hacer en una sala pequeña con el equipo de Mermelada, que era el único grupo de su círculo que en ese momento había grabado. Pero se sumó a la fiesta Onda 2, emisora clave de aquellos años que lo emitirá en directo, y empezaron a añadirse grupos al cartel. El evento crecía –quizá se desvirtuaba un poco su objetivo– y del Marquee se pasó a Caminos. Durante una reunión en la cervecería Santa Bárbara, en Alonso Martínez, se diseñó el concierto del día 9 de febrero, lo que incluía el orden de actuación de los grupos, asunto que hizo emerger algún pique, por lo que finalmente se sorteó. Se decidió también que Los Elegantes, por no tener formación fija, se ocuparían de la seguridad.

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Allí estaban Tos, Mermelada, Nacha Pop, Paraíso, Alaska y los Pegamoides, Trastos, Rebeldes (que luego serían Bólidos), Mamá y unos hoy olvidados Mario Tenia y los Solitarios, grupo de rock cincuentero que, según algunos, fue el más celebrado de la noche junto con Tos. En realidad, la dimensión del concierto que, por otra parte, no tuvo buen sonido, tiene que ver con la retransmisión en diferido de TVE: en aquella España de una sola tele aquello te ponía en el mapa. Por cierto, se puede encontrar la emisión de Popgrama donde apareció en internet. Revisado hoy, el concierto tiene más valor como documento histórico que como testimonio musical y Diego Manrique, que presentaba el programa junto con Carlos Tena, recuerda que la emisión provocó una avalancha de cartas criticando que TVE dedicara un programa completo a “esos mocosos que no sabían tocar”.

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Tos tocaron aquella noche cuatro canciones –dos de ellas compuestas por Canito–, las cantó Enrique y entre ellas estaba su tema más conocido, Déjame, que ya había sonado en la radio. Todos aquellos grupos, que se habían conocido en los locales de ensayo de Tablada (Tetuán) o La Prospe, y que allí tocaron, triunfarían un año después (bueno, casi todos, para qué engañarnos). También pronto, se generaría la famosa división entre Babosos y Hornadas Irritantes, que dividiría a los integrantes del cartel del 9 de febrero en dos.

Miguel Trillo, el célebre fotógrafo de aquellos años, decía el otro día en Facebook lo siguiente:

Es interesante la reivindicación de los ámbitos universitarios que el fotógrafo hace como escenarios clave de La Movida, nos habla tanto de la viveza cultural de aquella universidad como del origen social de la mayoría de sus protagonistas. Solo un año despúes del homenaje a Canito La Movida daría un salto cuantitativo con El Concierto de Primavera de la Politécnica, que juntó a 15.000 personas en un festival de ocho horas para ver a Farenheit 451, Alaska y los Pegamoides, Flash Strato, Los Modelos, Tótem, Rubi y los Casinos, Mamá, Los Secretos y Nacha Pop. En el propio salón de actos de Caminos se produjeron otros conciertos reseñables, como el de Depeche Mode en 1984 o la última actuación de Pegamoides, en noviembre de 1982.

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Hay quien cree que La Movida nació antes, en El Rastro, quien piensa que lo hizo en Casa Costus y quien niega que nunca, jamás, existiera tal cosa. Pero aquel día, sin duda, aquel movimiento salió del underground y, después de salir en la tele, empezó a colonizar las páginas de la prensa y las conversaciones de la gente corriente.

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