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Uno de los granados de Manuela Malasaña, mutilado por los vándalos

El verde es un color que abunda poco en el centro de Madrid. Especialmente el de las plantas. Aunque campañas como la de Rebrota Malasaña han ayudado a recuperarlo, todavía son pocos los espacios por los que respira.

Uno de estos escasos lugares dedicados a las plantas son las jardineras colocadas en varias esquinas de la calle Manuela Malasaña. Allí, desde hace años, crecen varios granados que cada verano dan flores y frutos, para alegría visual (y a veces también gustativa) de los paseantes.

Pero uno de ellos va a ver mermada su producción este año. El situado casi en la esquina con Fuencarral sufrió la pasada semana un ataque brutal contra una de sus ramas principales. Los vándalos la arrancaron de cuajo y dañaron gravemente al granado, suponemos que para demostrar que no estaban tan lejos del intelecto de los simios.

El resultado es el que se puede ver en esta fotografía: un tronco mutilado y una enorme rama caída al lado, con granadas secas en el suelo. Una imagen triste del poco cuidado que tienen unos algunos por los atisbos de naturaleza que resisten en el barrio.