Madrid imaginado

El proyecto para instalar un huevo gigante y transparente en la plaza de Colón que nunca se llevó a cabo

Luis de la Cruz

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En 1970 el Ayuntamiento de Madrid llevó a cabo un concurso público de ideas para la reordenación de la Plaza de Colón, cuyas bases incluían la condición de que fuera “escenario y marco conmemorativo de la Gesta del Descubrimiento de América y de las figuras más destacadas que intervinieron en el descubrimiento del Nuevo Mundo”, en clara sintonía con el monumento que ocupaba el centro de la plaza y que tras la reforma sería trasladado a los jardines (para volver de nuevo a su posición central en 2009).

El gran determinante del concurso fue la demolición de la antigua Casa de la Moneda, que debía dar paso a los jardines que hoy conocemos como del Descubrimiento. El área de Colón había visto en los últimos años cómo gran parte de la población residente había sido sustituida por los trabajadores de edificios de oficinas y el aumento del tráfico rodado había sido importante también, razón por la que el proyecto ganador debía contemplar la construcción de un aparcamiento para un millar de automóviles.

El artista y arquitecto Juan Navarro Baldeweg presentó un proyecto que incluía la instalación en la plaza de un enorme huevo traslúcido situado entre los edificios de la plaza. Como un sensor social adelantado a las sensibilidades de tiempos venideros, la luz roja del interior se haría más o menos intensa en función del tráfico.

No se trataba de un concurso de proyectos, sino de ideas, con poco tiempo para elevarlas a consideración del Ayuntamiento, por lo que no conocemos muchos detalles, pero sí una recreación del resultado final que, como mínimo, llama la atención.

 Al concurso se presentaron 49 maquetas entre las que se eligieron algunos premios, accésits y menciones. Se dijo que había entre las ideas presentadas 189 aprovechables para llevar a cabo el proyecto de plaza, sin embargo, ninguno de los proyectos fue la semilla de la remodelación llevada a cabo, que terminó siendo ejecutada por los técnicos municipales.

Los edificios que debían enmarcar la colosal vista del huevo eran las torres de Colón, en ese momento en construcción y que habían sido muy polémicas, llegando a paralizarse las obras por exceder la edificabilidad prevista. A punto estuvieron de ser derruidos sus esqueletos en proceso.

Juan José Tejera Montaño liga en su tesis doctoral el proyecto con otras creaciones arquitectónicas, llevadas o no a cabo, como The Egg of Columbus Center, una recreación de la Columbus Circle (Central Park) propuesta por el arquitecto Elia Zenghelis y pintada por Zoe Zenghelis –su esposa, además de artista– en el contexto de Delirious New York, un manifiesto publicado en 1978. En la imagen se puede apreciar también una estatua de Colón sobre pedestal y un gran huevo traslúcido emergente entre los edificios. Completaba la proyección una gran balsa de la medusa sobre un globo aerostático transparente.

Juan Navarro Baldeweg es arquitecto, escultor y pintor. En el campo de la arquitectura, comenzó su carrera trabajando junto a Alejandro de la Sota y ha llevado a cabo una extensa carrera profesional. En Madrid podemos ver algunas obras suyas, como la biblioteca pública de Puerta de Toledo o los Teatros de Canal. Su despido de la dirección de obras de este último complejo por parte de Esperanza Aguirre ocasionó una importante campaña a su favor de personalidades ligadas al mundo de la cultura (Nuria Espert o Mario Gas) y compañeros de profesión de dimensión internacional como Alvaro Siza y Rafael Moneo.

¿Cómo sería esa importante área de Madrid si hubiera prosperado la idea de Navarro Baldeweg? Nunca lo llegaremos a saber, pero podríamos aventurar que la cabeza de Julia (Plensa) devolvería reflejos rojizos en la estructura o que la mayor bandera de España de la capital podría llegar a envolver el huevo durante un vendaval para arrobo de los madrileños más patriotas, habituales de la plaza. Podemos echar la imaginación a volar ya que nunca lo sabremos.