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Una víctima de violencia machista entrega 125.000 firmas para pedir que su perra sea considerada como un perro lazarillo

EUROPA PRESS

PAMPLONA —

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González pide modificar la ley foral 14/2015 para actuar contra la violencia hacia las mujeres y que se incluya en la misma la regulación de los perros de protección para mujeres víctimas de violencia de género. Para ello, ha recabado un total de 125.000 firmas a través de la plataforma change.org, que ha entregado en el registro de la Cámara foral, acompañada de su perra.

En declaraciones a los periodistas, Silvia González ha reclamado que “las mujeres maltratadas podamos optar a un perro de protección en Navarra” y ha defendido que es “necesario” incluir los perros como “otra medida de protección y de apoyo moral y psicológico” para las víctimas de violencia machista.

“Mi agresor tiene como fecha límite el 4 de enero de 2019 para salir de prisión provisional y quiero vivir. No comprendo como una mujer que necesita protección no puede decidir cómo se siente más segura y en mi caso es con mi perra Sugui”, ha remarcado.

En su opinión, “esto es aumentar la seguridad contra la violencia machista” y ha pedido “ayuda” para “no ser una muerta más”. “Por mi derecho y el de mi familia, quiero ser una chica libre y feliz”, ha declarado González, quien ha afirmado que su expareja “ha roto 14 pulseras telemáticas y está obsesionado” por ella y por sus hijos.

“Sugui es mi segunda mano, está 24 horas conmigo, sin ella estoy expuesta a que me maten. Quiero salir a la calle tranquila, llevo aguantando esto 20 años”, ha lamentado Silvia González, quien ha criticado que los políticos “se pongan detrás de una pancarta cuando matan a alguien”, pero “a las que verdaderamente pedimos ayuda nos cierran los ojos y miran para otro lado”.

En este sentido, ha incidido en que sin su perra “no puede hacer una vida normal” porque tiene “miedo” a salir a la calle y ha afirmado que “sólo” pide a los partidos políticos su “derecho a vivir”. Además, ha contado que tuvo “un contacto” con los grupos parlamentarios que “escucharon” su caso, pero ha asegurado que “como siempre pusieron carita y ya está, un toque en la espalda y para casa”.

“No quieren ser claros conmigo y no hacen más que darme largas. A mí se me acaba el tiempo, el 4 de enero es ya”, ha advertido, para destacar que hay otras comunidades que sí tratan a los perros protectores de mujeres víctimas de violencia de género como perros de asistencia.