Casado ahonda en su conflicto con los empresarios

Iñigo Aduriz

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La tensión que se vivió este jueves en uno de los salones de actos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid donde coincidieron el líder del Partido Popular, Pablo Casado, y Antonio Garamendi, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) –la agrupación empresarial más grande del país–, evidenció las distancias que trata de marcar desde hace meses la principal fuerza de la oposición con la patronal.

El PP no perdona que los empresarios, un sector al que consideraba afín, haya llegado en los dos últimos años a numerosos acuerdos con el Gobierno progresista, el último de ellos este mismo lunes para reformar el sistema de pensiones. Pero la puntilla que acabó provocando que los populares declararan la guerra a las organizaciones empresariales fue el mes pasado el apoyo de destacados miembros de la patronal a los indultos concedidos por el Ejecutivo a los dirigentes independentistas.

Uno de los gestos que más molestó al PP de Casado fue precisamente el del propio Garamendi, que el pasado 17 de junio, durante una entrevista en TVE, sostuvo que, si los indultos a los independentistas catalanes servían para normalizar la situación, “bienvenidos” fueran.

Sus palabras no significaron ni mucho menos un apoyo explícito a esos perdones, como bien se esforzó en matizar desde entonces el propio Garamendi en cada una de sus apariciones públicas. Pero sí se situaron muy lejos de los mensajes apocalípticos de las tres derechas –PP, Vox y Ciudadanos–, que consideran los indultos como una afrenta al Estado de derecho de un Gobierno al que consideran ilegítimo y al que desde la dirección de Casado le han pedido la dimisión y elecciones, un adelanto rechazado este mismo jueves por el propio presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez.

Las formaciones conservadoras y sus terminales mediáticas desplegaron entonces toda una campaña contra Garamendi, que el pasado 23 de junio fue, en cambio, respaldado de forma unánime por la Asamblea General de su organización empresarial con un largo aplauso que le hizo emocionarse. “He de reconocer que he pasado unos días muy malos. Sinceramente lo digo, es un tema auténticamente injusto”, apuntó ante sus compañeros recordando la ofensiva de las derechas.

Un día antes, el líder del PP fue preguntado por las palabras de Garamendi sobre los indultos durante una entrevista en Onda Cero, y respondió lo siguiente: “Lo que estoy diciendo es que no representaban a nadie, a ellos ni a nadie”. Sus descalificaciones al empresariado las vinculó con “un vaciamiento del parlamentarismo en España”. “Si queremos mejorar la calidad democrática, confiemos en los representantes de la democracia”, apuntó el líder del PP antes de quejarse de que el Ejecutivo negocie las leyes con sindicatos, patronal, asociaciones y la sociedad civil. “Voy a acabar negociando una ley con el padre Ángel”, ironizó.

También negando la representatividad de las organizaciones empresariales, Casado aseguró que él solo se debe a sus “accionistas”, que son “los españoles”. “Millones de españoles se sienten identificados con una alternativa de la normalidad, que es cumplir la ley”, añadió, en alusión a su propio partido y a su postura acerca de los indultos.

La disposición al acuerdo del líder de la CEOE

El enfado que generó en la dirección del PP la reflexión de Garamendi perdura, y así se encargó de dejarlo claro Casado este jueves, durante el acto en el que coincidió con el presidente de la CEOE: la inauguración de los cursos de verano de la citada universidad madrileña. Mientras el dirigente de la patronal trató en todo momento de acercarse al líder de los populares, este apenas le dedicó una docena de palabras de mera cortesía: “Gracias por la labor que estáis haciendo en favor de los empresarios”.

Previamente, Garamendi había pronunciado varios mensajes para intentar halagar a Casado. “Decirle al presidente del PP, que cuente con nuestra colaboración y participación. Sabe que siempre tenemos una actitud y una línea de confianza muy importante. Y vamos a seguir teniéndola, como siempre”, afirmaba el presidente de la CEOE. “Le deseo al Partido Popular lo mejor. El principal partido de la oposición es clave también, porque en España la Constitución dice que también es buena la alternancia cuando toque”, añadía, después de recordar que la patronal forma parte de los “agentes sociales” reconocidos por la Carta Magna y que, por ello, siempre actúa con “lealtad institucional” hacia el Gobierno de turno.

Este mismo jueves, Garamendi firmó en la Moncloa junto al Ejecutivo y los sindicatos el pacto para reformar las pensiones pocos minutos después de que Casado, al lado suyo, criticara esa misma modificación con rotundidad. El líder del PP tachó la reforma de “gran error” y defendió la actual legislación de pensiones del PP al tildarla de “exitosa” pese a que el propio Gobierno de Mariano Rajoy que la aprobó en su día dejó de aplicarla al final de su mandato.

Casado reivindicaba el “éxito” de los dos elementos clave de la legislación unilateral de pensiones de 2013, que no contó ni con el apoyo del diálogo social ni con el consenso político del Pacto de Toledo. Estos elementos, el índice de revalorización de las pensiones (que provocaba las subidas del 0,25%) y el factor de sostenibilidad, quedan anulados en el primer bloque de la reforma de pensiones del Gobierno de coalición, que sí ha sido acordada con patronal y sindicatos.

Casado carga contra la “propaganda” del Gobierno

Escuetamente, Casado expresó su “respeto a las decisiones que tomen” los empresarios pero, a renglón seguido, aseguró que “el Gobierno está haciendo un uso tóxico de la propaganda de comunicación de todos los acuerdos que quiere llegar”. “Nunca se ha visto a un Gobierno que traslade a la opinión pública que hay acuerdos”, añadía, “para hacerse fotos”, todo ello “sin que el Parlamento diga nada”. “El consenso surge en el Parlamento. Durante tres años no ha habido diálogo con la oposición, lo que ha habido es un trágala”, se quejaba. 

Ante Garamendi, el líder del PP tampoco quiso desaprovechar la oportunidad de cargar contra los indultos para remarcar sus diferencias con el líder de la patronal. Casado aseguró que su partido apuesta “por la seguridad jurídica que es que a un empresario no se le expropia la empresa, incluso si al soviet del Gobierno de turno considera que su actividad es nociva”. “Seguridad jurídica es también cumplir la ley e igual que a un empresario no le pueden cambiar la fiscalidad sin pasar por el Congreso a un español no se le puede cambiar su patria sin pasar por el Congreso”, remachaba.

“E igual que un empresario tiene que pagar la multa si hay una inspección de Hacienda que es negativa y no se le indulta, a un delincuente que ha dado un golpe al Estado en su propio país tampoco se le indulta en contra del tribunal sentenciador y en contra de 12 informes de la Fiscalía y de la lógica de que no se haya arrepentido ni haya acatado la Constitución”, añadía. En su opinión, “esta es una seguridad jurídica que los inversores tienen en cuenta”, porque “si un inversor ve que en España no se cumple la ley el riesgo que corra su inversión probablemente sea mucho mayor”.

Para Casado, “cualquier arbitrariedad jurídica o legal cotiza en bolsa”. Y añadía que las “decisiones políticas” del Gobierno “para permanecer en el poder también afectan a los empresarios, a los autónomos, a los trabajadores y al empleo”.