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Caso Rubiales: aroma a cloaca en la planta noble del fútbol como negocio

Alberto Ortiz

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Luis Rubiales comienza a asomarse a un escenario judicial por sus gestiones al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Tras el goteo de informaciones publicadas por el diario El Confidencial desde finales de abril, la Fiscalía Anticorrupción abrió este jueves una investigación contra él para dilucidar si cometió, entre otros delitos, corrupción en los negocios para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí. El Ministerio Público ha tomado esta decisión en la misma semana en la que han salido a la luz grabaciones que realizó en secreto Rubiales de sus conversaciones con miembros del Gobierno. 

“Voy a hacer una Federación de todos, pero una Federación mejor, de élite, transparente, que cuide al fútbol modesto. Este es un proyecto plural, que tendrá control”. Son las palabras que pronunció Rubiales en mayo de 2018, en su primer discurso tras ser elegido presidente de la RFEF por mayoría absoluta. Cuatro años después, su gestión está bajo el foco de Anticorrupción por las maniobras que realizó junto al futbolista del F.C. Barcelona Gerard Piqué para la firma del millonario contrato que llevó la Supercopa a Riad, la capital de Arabia Saudí, una dictadura que castiga homosexualidad y relega social y legalmente a las mujeres, y que, como su vecina Qatar, utiliza estos eventos internacionales para lavar su imagen ante Occidente. 

Todas estas supuestas irregularidades desveladas en las últimas semanas están siendo ya revisadas por la Fiscalía después de que el presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol (Cenafe), Miguel Ángel Galán, presentase una denuncia por delitos de corrupción entre particulares, administración desleal, prevaricación y cohecho. La apertura de estas pesquisas implica que el Ministerio Público comienza a indagar para decidir posteriormente si archiva el asunto o presenta una querella ante los tribunales.

En la denuncia, además de los contratos por la Supercopa, también aparecen otras informaciones, como un viaje de ocio a Nueva York supuestamente pagado con fondos de la Federación; o el cobro irregular de un plus de 3.100 euros al mes por el alquiler de un céntrico apartamento en Madrid. 

Esta semana, El Confidencial ha publicado varias grabaciones que Rubiales hizo de conversaciones que mantuvo con José Guirao cuando era ministro de Cultura y Deportes, entre 2018 y 2020, y con Irene Lozano, la actual directora de Casa Árabe, que entonces se desempeñaba como secretaria de Estado de Deporte y presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD). El jefe de fútbol español también habría almacenado conversaciones de Whatsapp que mantuvo con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde 2018.

Hasta ahora el Ejecutivo había mostrado distancia, pero tras las últimas noticias el actual titular del CSD, José Manuel Franco, anunció el jueves ante los medios que su organismo está estudiando dos denuncias contra Rubiales que han sido presentadas ante su organismo. 

Una de ellas procede del presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), David Aganzo, a raíz de las informaciones que apuntan a que el presidente de la Federación contrató una agencia privada de detectives para espiarlo. La otra denuncia parte del Dux Internacional, un equipo propiedad de la empresa de e-Sports del madridista Thibaut Courtois, el jugador del Betis Borja Iglesias y el youtuber DjMariio, y que juega en la Primera RFEF (antigua Segunda División B). El club acusa a Rubiales de haber recibido durante su etapa como presidente de la AFE, entre 2010 y 2017, un complemento de 3.100 euros mensuales por vivienda que no le correspondía. 

Franco ha avanzado que estudiará las denuncias para ver si tienen consistencia suficiente y elevarlas en ese caso al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). A Rubiales se le abren de este modo dos frentes: el penal, en manos de Anticorrupción; y el administrativo, que depende del CSD y eventualmente del TAD, que podría inhabilitarlo. 

“Arreglar” el legado de Villar

Precisamente, el antecesor de Rubiales –salvando la etapa interina de Juan Luis Larrea–, Ángel María Villar, también concluyó su mandato de 29 años por una inhabilitación del TAD. El tribunal consideró probado que había vulnerado su deber de neutralidad en las elecciones a la RFEF en las que se volvía a presentar como candidato. La denuncia que el CSD elevó entonces al tribunal partía de una persona que vuelve a sonar estos días: Miguel Ángel Galán. El todopoderoso Villar había sido suspendido en esos días como presidente tras la orden de detención provisional dictada por la Audiencia Nacional a raíz de la Operación Soule.

La Guardia Civil detuvo a Villar el 18 de julio de ese año, pero salió en libertad tras pagar una fianza de 300.000 euros. Unos meses más tarde, en diciembre, llegó la inhabilitación del TAD, y el 17 de mayo de 2018 se celebraron las elecciones que encumbraron a Luis Rubiales. “Espero una Federación moderna, que consiga más ingresos para el fútbol modesto, ser líder en transparencia, en control. Aprender de los errores y arreglarlos y aprovechar lo bueno que había”, dijo en su discurso. Luego, ante las cámaras, añadió que siempre había tratado “buscar el ideal de justicia” y habló de “lealtad” y “respeto institucional”.  

Hasta entonces, Rubiales había sido primero un futbolista de trayectoria discreta, más conocido por la huelga que lideró como jugador del Levante por los impagos a la plantilla en 2008 que por su peso futbolístico en clubes como el Lleida o el Xerez. Tras su paso por los terrenos de juego, alcanzó la Presidencia de la AFE, que ejerció entre 2010 y 2017. 

Guirao, partidos los viernes y el comisario Olivera

Al poco de comenzar su camino al frente de la institución, Rubiales comenzó a grabar al ministro Guirao, según consta en las informaciones de El Confidencial. Lo hizo durante los dos años que el político estuvo en el Gobierno. 

En uno de esos vídeos se puede ver cómo el ministro y el presidente de la Federación hablan sobre uno de los primeros conflictos de su mandato. La Liga, presidida por su principal rival, Javier Tebas, quería programar partidos de la primera división de la competición los viernes y los lunes para mejorar los ingresos por derechos televisivos. La RFEF se opuso y llevó el enfrentamiento a la Justicia. 

Mucho más relevante es la conversación que mantienen ambos en otro de los vídeos publicados esta semana, fechada en octubre de 2019. Rubiales aparentemente viaja en la parte de atrás de un coche. Con un móvil graba un vídeo, en el que solo se aprecia su entrepierna, y desde otro teléfono habla con el ministro. Pone la llamada en altavoz para que quede registrada la voz de ambos en el vídeo.

Guirao le hace una petición sobre un tema indeterminado y le traslada a continuación lo siguiente: “La última cosa: están muy preocupados allí por la contratación que habéis hecho del comisario”.  El ministro se refiere a José Luis Olivera, exjefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y después aupado por el PP al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado. Rubiales lo ha contratado como jefe de Seguridad de la RFEF. Olivera fue imputado en junio de 2021 en el caso Kitchen, pero en ese momento, finales de 2019, aún no se conocía hasta dónde llegaba su vinculación con el excomisario José Luis Villarejo. 

Rubiales le pregunta a Guirao si la preocupación viene de Interior. “Sí. Dicen que está en el caso Villarejo, que va a acabar mal, y que tienen todos los indicios y que la imagen para vosotros no es nada buena, que hayáis contratado a este señor”, le responde el ministro. El presidente de la RFEF le aclara que, “si ocurre algo”, “se irá a la calle inmediatamente”. 

Pero el ministro no se queda contento con la respuesta:

–“Bueno, pero antes de que ocurra nada míratelo, porque a los de Interior les ha sentado fatal. Pero muy mal. Y el Ministerio del Interior lo necesita”.

–“Bueno, pues vamos a ver. Lo que pasa es que este hombre ya ha pedido una excedencia, está todo firmado y claro, intentaremos tenerlo lo más tapado posible –se justifica Rubiales–.

–No, no, no es que tapes. Es que pienses la solución. 

–Es que este hombre nos está ayudando mucho en cosas. Necesitamos, yo que sé... 

–Oye, Luis: yo te transmito, tú haces lo que consideras.

Rubiales desoyó a Guirao y mantuvo a Olivera como jefe de Seguridad de la institución hasta finales de 2020. Un año después, el excomisario fue imputado en la causa Kitchen por haber obstruido supuestamente las investigaciones policiales sobre la caja B del Partido Popular. 

El exministro habló por teléfono con El Confidencial sobre este asunto tras desvelarse las grabaciones: “Me parece impresentable. Pero de Rubiales me podía esperar cualquier cosa. Prefiero no pronunciarme más sobre este personaje, que ya no me interesa nada”.

Rubiales también grabó varias conversaciones por teléfono y mensajes por aplicaciones de mensajería instantánea que mantuvo con la ex secretaria de Estado de Deportes Irene Lozano y almacena supuestamente intercambios con Pedro Sánchez desde 2018.

Supercopa, comisiones y baños para mujeres

En paralelo a sus conflictos internos, el presidente de la Federación trabajaba para modificar el formato de una de las competiciones que maneja la institución, la Supercopa de España, un torneo que tradicionalmente habían disputado el ganador de la Liga y el de la Copa del Rey y que se disputaba en verano en dos partidos, uno de ida y otro de vuelta. 

Para ello, se puso en contacto con el defensa del Barcelona Gerard Piqué, propietario de la empresa Kosmos Holding, que entre otras cosas se encarga de organizar y renovar torneos deportivos, como la Copa Davis de Tenis. Piqué propuso transformar la Supercopa en un torneo con dos semifinales y una final que disputarían los dos primeros clasificados de La Liga y los dos finalistas de la Copa del Rey. 

Además de cambiar el formato, Rubiales y Piqué acordaron sacar el torneo de España. Gracias a los contactos del barcelonista, la Supercopa terminó celebrándose en Arabia Saudí y en enero. El contrato que firmó la RFEF con la empresa estatal saudita que organiza estos eventos suponía 40 millones de euros para la Federación por año de contrato –un total de seis–, así como 4 millones de euros por ejercicio para la empresa de Piqué: 24 millones en total en concepto de comisión.  

Para lograr sacar el torneo fuera de España, ambos debían mover algunas piezas y convencer, sin ir más lejos, al Real Madrid, que según Rubiales no valoraba jugar en el extranjero por menos de ocho millones. “A ver, Rubi. Si es un tema de dinero, si ellos [el Real Madrid] por 8 irían, hostia tío, se paga 8 al Madrid y 8 al Barça. A los otros se les paga 2 y 1. Son 19, y os quedáis la Federación 6 kilos, tío. Antes de no quedaros nada, os quedáis 6 kilos. Y apretamos a Arabia Saudí. Le decimos que si no el Madrid no va y le sacamos un palo más o dos palos más”, le dice Piqué a Rubiales.

Así consta en los mensajes de audio y correos electrónicos que intercambiaron Piqué y Rubiales en aquellos meses de 2019 en los que se cerró el contrato y a los que ha accedido El Confidencial. Esta noticia fue la primera de muchas que han ido cercando al presidente de la Federación. Otra, publicada ese mismo día, apuntaba que el presidente ocultó a su equipo que Piqué había participado en la gestión y que por esas maniobras la empresa del futbolista se había llevado una “comisión de éxito”. 

Tras la noticia, Rubiales concedió una rueda de prensa para defenderse. “La gestión es impoluta y no tengo nada de qué avergonzarme (...). El contrato es ejemplar (...). No he pagado nada a Kosmos. Entérense. Quien le paga es Arabia Saudí”, fueron algunas de las frases que esgrimió para defenderse. A continuación, se quejó de una “caza de brujas” contra él, aunque no apuntó a nadie en concreto: “No puedo garantizar que mañana no me vayan a meter un saco de cocaína en el maletero. Esto es una mafia”.

Según los correos a los que tuvo acceso el diario El Confidencial, Rubiales también vetó un informe del Comité de Ética de la RFEF que se oponía a que la Supercopa se celebrase en Arabia Saudí. El cuestionamiento era razonable, toda vez que el país de Oriente Medio es una dictadura islámica en la que los jueces usan pasajes del Corán para juzgar a personas homosexuales y las mujeres tienen que contar con el permiso de un hombre para casarse, salir de la cárcel o acceder, por ejemplo, a ciertos servicios médicos. Se trata del país que tiene a 26 agentes investigados en Turquía por matar, descuartizar y ocultar luego el cadáver del periodista Jamal Khashoggi, hallado muerto en 2018 en el consulado saudita de Estambul. El Gobierno se ha negado a extraditar a los acusados, por lo que la Justicia turca no ha podido juzgarlos. 

La vicepresidenta de Integridad de la Federación, Ana Muñoz, y tres integrantes del Comité de Ética dimitieron semanas después del veto. La Federación achacó las dimisiones a motivos personales, pero el diario asegura que según sus fuentes el rechazo del informe fue un desencadenante. Cuando anunció oficialmente la celebración de la Supercopa en Riad, Rubiales presumió de que “las mujeres y los hombres” acudirían al estadio “en plena igualdad”. Durante la rueda de prensa del 20 de abril, dijo: “Cada uno tiene su propia moral, pero en la Federación hemos pasado tres filtros éticos”. Y añadió: “Antes de ir nosotros, no había ni baños para las mujeres en los campos de fútbol en los estadios”. 

“Revelación de secretos”

La Federación de Fútbol y Luis Rubiales, ante la cantidad de noticias y audios que han seguido saliendo durante más de un mes, pidieron el 16 de mayo al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, el secuestro de toda la información publicada en las últimas semanas así como la prohibición de nuevas revelaciones. Entienden que los periodistas han incurrido en un delito de revelación de secretos, aunque de momento la Fiscalía les ha quitado la razón. No es, en cualquier caso, la primera denuncia contra la prensa que presenta Rubiales. Desde que está en el cargo, se ha querellado contra al menos a cinco periodistas de cuatro medios diferentes: Onda Cero, El Confidencial, Cope y Marca. A dos de ellos los ha denunciado en varias ocasiones.

La RFEF en paralelo ha anunciado que se va a personar ante la Fiscalía Anticorrupción para ponerse “a su disposición”. “Después de los últimos acontecimientos, y ante las últimas informaciones aparecidas en los medios de comunicación, en aras de la transparencia y con el fin de colaborar con la justicia, la RFEF se ha personado ante la Fiscalía Anticorrupción, poniéndose a su disposición para facilitar la documentación que precise o aclarar cualquier aspecto que se le solicite”, señaló el jueves la RFEF en un comunicado.

El desenlace de esta historia queda por tanto en manos de la Justicia, por un lado, y en las del Gobierno y el TAD por el otro; ambos órganos tendrán que tomar decisiones sobre lo sucedido en los últimos cuatro años en una Federación que vuelve a cubrirse de un halo turbio de la mano del presidente que prometió al llegar una gestión transparente frente a los polémicos años de Villar.