El Gobierno de Atenas ha evitado entrar de momento en una escalada verbal con Turquía, tras el anuncio del ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, de que Ankara suspende el acuerdo bilateral de migrantes en protesta por la liberación de cuatro soldados turcos refugiados en Grecia.
Fuentes diplomáticas señalaron hoy a Efe que el imperio de la ley no puede servir de coartada para violar el derecho internacional.
Con ello aludió al hecho de que fue el Tribunal Supremo griego el que dictaminó en enero de 2017 que los ocho oficiales turcos huidos tras la asonada militar reclamados por Turquía como golpistas no podían ser extraditados a su país y dejó entrever que el vecino Estado está violando la ley.
Fuentes del Ministerio griego de Migración evitaron emitir un juicio antes de conocer la declaración exacta de Çavusoglu, hasta tener “una idea clara de sus repercusiones”.
No obstante, las fuentes recalcaron que el protocolo bilateral se rige por las reglas del derecho internacional y, por ese motivo, no puede ser suspendido con una simple declaración, sino que, subrayaron, “Turquía deberá comunicarlo oficialmente”.
De todas formas, el acuerdo bilateral, firmado en 2001, ha dejado de funcionar de facto desde que el Supremo griego denegó la extradición de los ocho militares.
Según indicó un portavoz policial a Efe, mientras que en 2016 hubo todavía 1.183 devoluciones en virtud de este pacto, al año siguiente hubo 21 y en lo que va de 2018 tan solo 5 migrantes que entraron por la frontera terrestre han sido devueltos a Turquía.