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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

El primer ministro malasio denuncia la violencia contra los rohinyás en Birmania

EFE

Bangkok —

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El primer ministro de Malasia, Najib Razak, denunció hoy la violencia sistemática que sufren los musulmanes de la etnia rohinyá en el oeste de Birmania, desde donde unas 290.000 personas han huido a Bangladesh en las últimas semanas.

“Basados en los informes que hemos recibido, (los rohinyá) son discriminados sin piedad (...) En realidad, se hace de una manera planificada para que sean torturados, discriminados, asesinados y violados”, denunció Najib a los medios durante una visita a la base militar de Subang, en las afueras de Kuala Lumpur.

Malasia, un país donde el 60 % de la población sigue el islam, ha sido una de las naciones que se ha quejado de manera más fuerte sobre la actuación del Ejército birmano en el estado Rakhine, oeste de Birmania, donde viven los rohinyás.

El éxodo de los rohinyás, a quienes el Gobierno de Birmania no concede la ciudadanía, se intensificó el 25 de agosto tras el asalto armado del Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) contra una veintena de posiciones gubernamentales.

El Ejército birmano respondió con una operación militar en la que ya han muerto 414 personas, la gran mayoría rohinyás, según la cifra oficial, que podría ser mucho más abultada conforme denuncian organizaciones en favor de los derechos humanos.

El mandatario malasio acudió a la base militar para supervisar los trabajos de carga de dos aviones con asistencia humanitaria, con comida y provisiones médicas, que partirán hacia Chittagong, en Bangladesh.

“Vamos a mandar dos aviones con galletas, arroz y jabón. Malasia hará lo que haga falta para ayudar en este gran desastre (humanitario) (...) de terribles proporciones”, señaló el primer ministro, recoge el diario “The Star”.

Malasia convocó el martes al embajador birmano en Kuala Lumpur para mostrarle su “profunda preocupación” sobre los incidentes en Rakhine (antigua Arakán).

Se estima que más de un millón de rohinyás vivían en Rakhine víctimas de una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria de 2012, que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 de ellos confinados en 67 campos de desplazados.

Las autoridades birmanas no reconocen la ciudadanía a los rohinyá, ya que les considera inmigrantes bengalíes, y les impone múltiples restricciones, incluida la privación de movimientos.