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La Nobel Leymah Gbowee: Entrar ahora en política sería mi muerte intelectual

EFE

Segovia —

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Responsable del movimiento pacífico de mujeres que logró poner fin a la segunda guerra civil de Liberia, Leymah Gbowee logró el Premio Nobel de la Paz en 2011 y ahora sigue su lucha por la educación de las mujeres por lo que, a su juicio, entrar en política en estos momentos supondría su “muerte intelectual”.

Gbowee ha participado hoy en el VII Encuentro Mujeres que transforman el mundo que se celebra anualmente en Segovia y que reúne a activistas de diferentes países.

En un diálogo abarrotado de público con la periodista Pilar Requena ha desvelado que a los 65 años entrará en política, pero primero quiere “disfrutar” de la vida y lo que le hace feliz es “trabajar con chicas jóvenes en el terreno”, ha asegurado.

Gbowee ha reconocido que cuando recibió el Premio Nobel a los 39 años pensó que ya estaba todo hecho pero pronto se dio cuenta de que no era así, por lo que decidió crear la fundación que lleva su nombre y que ha contribuido a que más de 2.500 jóvenes reciban educación.

La organización ha repartido más de dos millones de dólares que han permitido que miles de niñas tengan una oportunidad y “logren ser las mujeres que quieren”, ha explicado.

Esta activista liberiana valora enormemente el poder de la educación para el desarrollo de un país y para el empoderamiento de la mujer ya que, ha indicado, fue el apoyo de su madre y su decisión de comenzar a estudiar lo que le permitió salir adelante a pesar de haber pasado una juventud marcada por la guerra, los campos de refugiados, con cuatro hijos y un marido que la maltrataba.

Ha recordado cómo tras un sueño decidió tomar partido para frenar una guerra civil que duró 14 años y que causó la muerte a más de 200.000 personas.

“Con diez euros y siete mujeres redactamos y difundimos una declaración firmada para presionar al presidente Charles Taylor; estábamos arriesgando nuestras vidas, pero en realidad ya estábamos muertas, así que no teníamos nada que perder”, ha relatado.

Poco a poco, más mujeres fueron tomando conciencia hasta alcanzar 250. Eso sí, Gbowee logró congregar en una sentada a más de 2.500 en una calle por la que habitualmente pasaba el presidente.

Finalmente, decidieron que lo más eficaz sería una huelga de sexo y el desnudo en los momentos críticos porque, según la activista, “era la única forma de captar la atención de los medios de comunicación y de frenar a las autoridades”.

Ha detallado que en otros países, como Siria, las mujeres luchan a diario por la paz y, sin embargo, continúan siendo “invisibles para el mundo”.

Las mujeres de Liberia volvieron a hacer historia cuando, guiadas por Gbowee, lograron la destitución del presidente Taylor e impulsaron la elección de una mujer, Ellen Johnson, como presidenta de su país.

“Johnson es nuestra presidenta, es una política y ha supuesto un paso muy importante, pero no es feminista, piensa en clave política y la fuerza de los políticos son los hombres”, ha declarado. Por eso, por el momento, aunque ella misma se considera política, prefiere mantenerse al margen de ese mundo.

En octubre, volverá a haber elecciones en Liberia y Johnson tiene que dejar el cargo tras haber agotado los dos mandatos permitidos, no obstante, la Premio Nobel de la Paz se ha mostrado optimista y ha puesto de manifiesto que “ahora los liberianos son los responsables de mantener la paz”.

Ha pedido a todas las mujeres del mundo que se alcen y que traten de transformar las cosas en su entorno, aunque sea en pequeñas cantidades porque, en su opinión, “no pueden esperar que otros lo hagan”.

Claudia Carrascal