Los socios europeos de PSOE y PP se fajan en la batalla electoral de Sánchez y Feijóo

Irene Castro

Bruselas —

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España se ha convertido en la 'joya de la corona' para los socios europeos de PSOE y PP. Retener el Gobierno de la cuarta economía de la UE es una de las prioridades del Partido Socialista Europeo, del que Pedro Sánchez era la principal referencia hasta que el alemán Olaf Scholz logró arrebatar el poder a los conservadores con la marcha de Angela Merkel después de 16 años al frente. Encumbrar a Alberto Núñez Feijóo es, igualmente, una de las obsesiones del Partido Popular Europeo (PPE), que ha ido perdiendo paulatinamente representantes en el Consejo de la UE. Aunque recientemente los conservadores han ganado en Finlandia, se la juegan en las elecciones de Grecia, y tienen altas expectativas en Madrid.

La batalla ha comenzado ya. El PPE lleva toda la legislatura atizando al Gobierno en Bruselas. Primero fue sembrando dudas sobre la situación del estado de derecho al intentar torpedear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) bajo la falsa premisa de que la Comisión Europea quería un cambio del sistema de elección antes de elegir un nuevo gobierno de los jueces y también por las alianzas de Sánchez con las fuerzas independentistas. Después le llegó el turno a los fondos europeos. Los conservadores han puesto en duda el plan de recuperación español así como su ejecución, a pesar de que el gobierno comunitario ha felicitado por su gestión a España, que es el país más avanzado y el único que ha recibido el tercer desembolso. El último episodio fue el de la reforma de pensiones, a la que Feijóo se opuso pese a haberse pactado con la Comisión Europea, tras haber cargado contra la excepción ibérica que ha permitido poner un tope al gas con el que se produce la electricidad.

La beligerancia de los conservadores fue un paso más allá a raíz de la crisis de Doñana. El PP de Juan Manuel Moreno Bonilla, con el apoyo de Vox, ha impulsado una iniciativa para indultar los regadíos ilegales que cuenta con el rechazo de la Comisión Europea. Los conservadores han elevado el conflicto hasta el punto de que el líder del PPE, Manfred Weber, ha entrado en la disputa con graves acusaciones de partidismo al gobierno comunitario de Ursula von der Leyen, especialmente contra el comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, de un partido verde y conservador lituano, al que ha acusado de ponerse “la camisa roja para hacer campaña por Sánchez”.

Detrás de la inédita batalla estaba la pelea por el voto agrario en Huelva en un momento en el que la subida de los precios ha sido un factor desencadenante de movilizaciones del sector primario en varios países de Europa, como Polonia, donde el gobierno ultranacionalista llegó a prohibir las importaciones de grano ucraniano en una maniobra que siguieron otros estados del este. Varsovia es otro de los objetivos de los conservadores, que han ido perdiendo poder en favor de la ultraderecha, con la que ya no tienen recelos en gobernar.

Fuentes de la formación conservadora admiten la importancia que tiene para ellos que Feijóo llegue a Moncloa. De ahí que tengan previsto celebrar en España uno de los grandes actos que tienen previstos este año. Al líder del PP le arroparán en Málaga a finales de junio los principales prebostes de su familia europea, entre ellos Weber, Von der Leyen y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, durante la cumbre en la que los conservadores europeos establecerán las líneas maestras de su campaña para los comicios de 2024. La cita tendrá lugar justo una semana antes de que comience la presidencia rotatoria de la UE para la que el PP ya ha anticipado su estrategia al plantar al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en una reunión preparatoria. Fuentes de los populares no descartan que haya nuevas citas más adelante.

Enfrente, los socialdemócratas europeos buscan encumbrar a Sánchez. El PSE ha elegido España para la celebración de su congreso el próximo octubre. De allí saldrá el candidato a la presidencia de la Comisión Europea. “En los próximos meses, y durante la presidencia española de la UE, tendremos una gran oportunidad en este congreso para sentar las bases de nuestra hoja de ruta europea juntando a nuestros líderes, comisarios, partidos hermanos y organizaciones, activistas y ciudadanos progresistas. Podremos mandar un mensaje claro de unidad y fortaleza a nuestra familia política europea. Un mensaje de apoyo a nuestro trabajo en los últimos años y nuestras políticas para el futuro”, señalan el secretario de Organización, Santos Cerdán, y la secretaria para la UE, Iratxe García, en la carta en la que se ofrecían a ser los anfitriones de esa cita. El grupo de los socialistas y demócratas en la Eurocámara también pretende celebrar en España su próxima reunión semestral.

Y es que si el PP ha usado Europa para intentar desgastar a Sánchez, ha sido precisamente la agenda internacional, y especialmente la política comunitaria, la que ha dado más oxígeno a la coalición en los últimos tres años en los que ha encarado la pandemia y las consecuencias de la guerra con una autorizada política expansiva.

Los actos de la precampaña y la presidencia rotatoria de la UE serán el nuevo escenario de una batalla electoral que ya ha comenzado.