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Desafiando los más de 40 grados del domingo unos 2.500 miembros del activismo local e internacional, llegados por el Foro Social y Foro Feminista paralelos a la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo, marcharon ayer en Sevilla para reclamar que se construya justicia económica mundial, vía cancelación de la deuda que asfixia al Sur Global, y mediante el cambio de la política de préstamos y la implantación de una fiscalidad progresiva. Para eso y para condenar el genocidio palestino, una de las demandas con más potencia en la marcha.
Activistas y representantes de movimientos sociales locales e internacionales, con alta presencia de llegados del Sur Global (África, Asia y América Latina), han partido de los Jardines del Cristina, que en 1994 acogieron una histórica acampada exigiendo destinar el 0,7% de la renta nacional a ayuda al desarrollo, algo no logrado 31 años después, en una marcha con punto de llegada en Las Setas, la icónica plaza que acogió en la capital de Andalucía las movilizaciones del 15-M en 2011 contra la crisis de representación bipartidista e imposiciones financieras europeas como dar prioridad al pago de la deuda frente a necesidades básicas sociales.
La de Sevilla es la cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas y la primera en suelo europeo tras la inaugural en Monterrey, México (2002), la segunda en Doha, Catar (2008) y la tercera en Addis Abeba, Etiopía (2015) hace diez años. Ya durante el fin de semana previo a su apertura oficial que será este lunes 30, unos 1.500 asistentes de todo el mundo han participado en encuentros previos como el Foro Feminista y Foro Social.
El Foro Social reclama la cancelación de la deuda porque casi la mitad del planeta, 3.300 millones de personas, viven en países obligados a dedicar más dinero a pagar su deuda que a dar a su población educación, sanidad y servicios sociales.
Igualmente está prevista la asistencia, dentro ya de la cumbre oficial, de medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno y delegaciones de 150 países de los 195 reconocidos. Todo en un contexto global de auge belicista y aumento de los presupuestos militares, ascenso neofascista internacional y contexto económico donde, según Manos Unidas, 1.300 millones de personas de los 8.000 habitantes globales subsisten con 1 dólar al día y, según la ONU, 3.300 millones de personas viven en países que destinan más dinero al pago de la deuda con acreedores que a servicios básicos como educación, sanidad y asistencia social.
“¡Estamos pagando la deuda con nuestra sangre!”, responde a elDiario.es una emocionada Azra Tagal Sarjeed de la ONG pakistaní Roots for Equality. “En países como del que yo vengo y los de compañeras que han venido de otros de Asia como Siri Lanka, Indonesia y Filipinas, nuestra gente pasa hambre, calor por no poder pagar la electricidad, mueren achicharrados por incendios de instalaciones eléctricas precarias, nuestros niños no tienen electricidad para estudiar, nuestras mujeres no pueden comprar medicinas todo porque el norte nos impone para pagar la deuda”. Para cambiar esa realidad “salimos a la calle a manifestarnos, pero nos criminalizan, ¡mirad cuantos policías!”, señala el nutrido dispositivo de la Policía Nacional. “En nuestro país igual. ¿Por qué en este mundo al que protesta se le tacha de terrorista mientras se consiente el genocidio palestino? ¿Quiénes son los terroristas?”
Jóvenes nigerianos como Olalekan Oshunkoya, de Citizen Common Advocay Internacional, y Oduabesa Esther Mojirayo, de Eukalypton Charity Foundation, explicaban su asistencia al Foro Social y a la manifestación “para que se oigan nuestras voces del Sur Global y jóvenes porque el Compromiso de Sevilla pactado por los países de la ONU, no aborda de verdad las necesidades de nuestra sociedades, ¡a los jóvenes nos despacha en un párrafo!”, se quejaba el vehemente Olalekan mientras su compañera Oduabesa decía: “Y para que nos tengan en cuenta pedimos con gran determinación espacio para presentar nuestras propuestas en la Conferencia oficial”.
¡Estamos pagando la deuda con nuestra sangre! Nuestra gente pasa hambre, calor sin poder encender el ventilador, nuestros niños no tienen electricidad para estudiar, nuestras mujeres tampoco dinero para medicinas... Todo porque el norte nos impone para pagar la deuda. Si protestamos nos llaman terroristas mientras se masacra Gaza. ¿Quiénes son los terroristas?
Demandas ecologistas también estuvieron presentes a través de las reivindicaciones de activistas como el marfileño Zokou Ouandé Hervé, director ejecutivo en su país de Plant for the Planet, quien denunció que “la deforestación que sufrimos por el expolio de nuestra madera por parte del norte nos deja sin la sombra necesaria para el crecimiento de los árboles de cacao, producto del que somos primer productor mundial”.
“Nosotros, como entidades andaluzas y, por tanto, del sur del norte nos alineamos con las y los compañeros del Sur Global”, explicaba Inmaculada Mercado, secretaria del comité ejecutivo de la Coordinadora Andaluza de ONGD y directora de Proclade Bética, “para denunciar que el proceso preparatorio de la IV Cumbre de Financiación para el Desarrollo (Ffd4 por sus siglas en inglés) ha sido muy decepcionante arrinconando hasta el ridículo a la sociedad civil”. Tanto que este fin de “hemos reclamado a la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Eva Granados, que nos den al Foro Social espacio en la cumbre oficial como sí se lo dan al Foro Económico”. “Sí, sí”, respalda Gema de la Cruz, “es indignante que se escuche a las empresas y no a nosotros”, técnica de proyectos de educación Justicia Alimentaria, quien además subrayó la urgencia de cancelar ya la deuda que asfixia a países que destinan más del 40% de su PIB a pagarla sin poder garantizar a la población la educación, la sanidad“.
Hemos reclamado a la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Eva Granados, que nos den al Foro Social espacio en la cumbre oficial como sí se lo dan al Foro Económico.
Según Inmaculada Mercado, “la movilización en la calle es clave para acabar con la obscenidad de que hoy se llegue a consensos inmediatos para subir el gasto en defensa cuando en 53 años el norte ha sido incapaz de acordar destinar el 0,7% a cooperación”. Dificultades que encara de frente: “nosotras hemos estado, estamos y seguiremos luchando y participando en estos espacios para que se oiga la voz del Sur Global y la de quienes nos necesitan en esta Sevilla con los tres barrios más pobres de España y esta Andalucía que ha bajado la ayuda al desarrollo del 3% de los tiempos más comprometidos al actual 0,04% y sufre en deterioro veloz de sus servicios públicos”. Algo que también denunció en la marcha con su propia pancarta Marea Blanca con su portavoz en Sevilla, Sebastián Martín Recio a la cabeza.
Angelo Silvio Noutil, inmigrante camerunés que lleva tres años viviendo en España donde estudia FP de climatización, asistió como miembro de la asociación Elín, “porque esa deuda impide que nuestros países se desarrollen, existan oportunidades educativas, sanitarias, de empleo, que nos permitan vivir allí sin necesidad de migrar”.
Apoyando también con su propia pancarta la cancelación de la deuda participó en la marcha el sacerdote jesuita David Abad que ejerce en Sevilla tras años de ayuda a los migrantes en la frontera entre Guatemala y México.
“También es labor de la iglesia estar aquí recordando el deber del norte rico de cancelar la deuda y ayudar al Sur Global. La Iglesia es acogida, como dicta el Evangelo Mateo 25: ”Tuve hambre y me diste de comer, sed y de beber, era migrante y me acogiste... Y frente a esa ultra derecha que rechaza al migrante están la encíclica de Pablo VI (1967) El Progreso de los Pueblos o el Rerum Novarum de Leon XIII a final del siglo XIX“.
Especialmente crítico se muestra el portavoz de Solidaridad Internacional Andalucía, Manuel Martínez que hace “una valoración bastante negativa” porque “otra vez hablamos de la importancia de luchar, de lograr incidir en la política, de conseguir un cambio del sistema injusto que rige el mundo, pero conferencia tras conferencia vamos para atrás, y los movimientos sociales tendríamos que ser más contundentes sobre el genocidio en Gaza, la destrucción climática, la injusticia de la deuda y del colonialismo”. Dada la escasa consideración por los estados y la ONU a las propuestas de la sociedad civil, Martínez cree que “deberíamos habernos plantado y no haber recibido a los representantes políticos, sino dejarles solos en salas vacías hasta que atiendan a nuestras alternativas”.
Los activistas y movimientos sociales tendríamos que ser más contundentes y si los estados y la ONU no atienden la exigencia social de parar el genocidio en Gaza, la destrucción climática, la injusticia de la deuda y del colonialismo, deberíamos hacer el vacío a los políticos en las reuniones a que nos convoquen.
Más conciliadora, en cambio, es la colombiana Amparo Guerrero llegada de Bogotá en representación de Oxfam Intermon y que aún compartiendo que “ni la ONU ni estos procesos de cumbres son perfectos” considera que “hay que apoyarlos y apoyar el multilateralismo para que ningún autócrata de los que hoy emergen se cargue el sistema civilizado que nos ha costado centurias crear, un sistema de resolución de las diferencias con el diálogo donde todos ganemos juntos lo más bello: ganar la vida, ganar el planeta, ganar la hermandad, ganas la justicia, vencer la pobreza, lograr que no sea el capital el que nos esclavice a todos. ¿Acaso necesitamos caer en el caos de otra guerra mundial para entenderlo y volver a dialogar?”.
Jane Nalunga llegada de Uganda en representación de la asociación Seatini, no se deja desalentar por el auge belicista, de más presupuesto militar y crecimiento del neofascismo racista a nivel mundial. “Eso existe y nos amenaza, cierto, pero lo pararemos porque somos la gente quienes tenemos el poder. La gente hace ganar o derroca a los fascistas racistas y nosotros impediremos que estén en el poder incidiendo en la política o ejerciéndola. Ganaremos porque tenemos la determinación”.
“Un consenso generalizado entre nosotros es que acabar con las guerras y el genocidio en Gaza debe incluirse, desde luego, en el Compromiso de Sevilla”, señala Gema de la Cruz, “porque no hay financiación para un desarrollo justo en un mundo con guerras”. Una petición difícil de materializar ya que el citado acuerdo llega ya previamente pactado, como suele ocurrir en estas citas internacionales, en este caso por unanimidad de todos los estados de la ONU, salvo EEUU con la Administración Trump, que a última hora se ha descolgado y ni siquiera asiste.
El auge belicista, neofascismo y racista existe y nos amenaza. Pero lo pararemos porque nosotros, la gente, tenemos el poder. La gente pone o derroca a los fascistas racistas y nosotros les quitaremos del poder incidiendo en política o dando el paso de ejercerla. Tenemos la fuerza de nuestra voluntad. Venceremos.
En todo caso, activistas como Nana Haja Salifu Dagarti, británica de la Salifu Dagarti Foundation, tenían esperanza de que el primer ministro de Nepal “cumpla su promesa ante el Foro Social hoy de llevar nuestras demandas al Secretario General de la ONU” y aseguraban que “en todo caso estos días y en adelante ”seguiremos haciendo lobby, presión y fuerza para lograr cambios sustanciales frente a las actuales políticas oficiales inútiles y dañinas“.
La manifestación terminó con la lectura del manifiesto del Foro Feminista y a la espera de que el del Foro Social pueda presentarse dentro de la Conferencia oficial como van a intentar por todos los medios los agentes de la sociedad civil asistentes estos días en Sevilla.
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