La COP25 intenta acelerar nuevas medidas contra la crisis climática frente a la resistencia de China, India y Brasil

Cuando la Cumbre del Clima de Madrid entraba en su décimo día, la mención explícita a “la urgencia” con la que todos los países del Acuerdo de París deben preparar planes “mejorados” y “más ambiciosos” para alcanzar la mayor mitigación posible del cambio climático tiene enfrentadas a las delegaciones negociadoras.

El borrador con el documento de trabajo propuesto para la decisión de la COP25 que circula por las delegaciones ha incluido un párrafo en el que se subraya que es urgente que todas las partes hagan “el mayor esfuerzo posible” para amortiguar el calentamiento global mediante una “mayor ambición y mayor implementación”. Es decir: querer ir más allá de lo comprometido hasta ahora. “Hay partes que quieren que este párrafo desaparezca”, cuentan quienes están en comunicación con las delegaciones negociadoras. Los países a los que no les gusta, según esas mismas fuentes, son actores principales como China, Arabia Saudí y, también, EEUU.

Y eso que esta fórmula se aleja del escenario más optimista que piden las organizaciones sociales, que solicitan que se añada cuándo deberían entregarse esos nuevos planes climáticos. El documento, un poco más adelante, “llama” a los países a incrementar su ambición. Una fórmula suave. 

Así que la cuestión está en esa urgencia transmitida a todas las partes. Porque hay grupos que no se sienten tan concernidos por esos apremios: China, India, Brasil y Sudáfrica han explicado que no puede esperarse que los países en vías de desarrollo amplíen sus compromisos antes de que los países ricos hayan cumplido con las obligaciones a las que se comprometieron para antes de 2020. Es de “vital” importancia para avanzar en las negociaciones, han asegurado en un texto común.

Por otro lado, este texto provisional ha incluido referencias explícitas a los últimos informes científicos que subrayan la aceleración del cambio climático y la brecha existente entre el calentamiento esperable al sumar todos los planes de acción de los países y la “senda de emisiones” que habría que estar siguiendo para cumplir el Acuerdo de París. Ese efecto agregado previsible vaticina un incremento de la temperatura global de 3,4ºC y el acuerdo indica que el objetivo está “por debajo de 2ºC” y acercarse lo más posible a 1,5ºC. 

También “subraya”, en esta versión preliminar, la necesidad de explorar “el potencial de la naturaleza para afrontar el cambio climático y sus impactos”. 

“El borrador está muy al límite de lo que consideramos un aprobado. Más abajo sería un suspenso para nosotros”, ha resumido Alejandro González, de Christian Aid, tras leer los textos de la versión de trabajo de este 11 de diciembre.

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