La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha llegado este domingo a Valparaíso para conocer la magnitud del gran incendio que ha arrasado cinco cerros de esta ciudad portuaria, en el que han muerto al menos 11 personas, y deja 10.000 evacuados y 500 casas destruidas.
Las autoridades chilenas han rebajado el número de muertos. Carabineros de Chile aclaró que las personas fallecidas no son 16, como habían informado previamente las autoridades, sino que el balance provisional de víctimas mortales es de 11.
La llegada de la luz diurna ha permitido el despliegue de una docena de aviones y helicópteros para combatir el fuego desde el aire y también ha hecho posible dimensionar una catástrofe que ha arrasado cinco poblados cerros de esta ciudad, donde viven unas 250.000 personas y también se encuentra el Parlamento y la Armada de Chile.
El subsecretario de Salud, Jaime Burrows, declaró a radio Biobío que además de los fallecidos confirmados, hay 500 heridos, tres de ellos en estado grave, debido principalmente a quemaduras en las vías respiratorias.
Entre escenas de dolor y angustia, los vecinos de los lugares en donde el fuego ya ha sido apagado han comenzado a remover los escombros, mientras los equipos de emergencia, entre ellos 1.200 bomberos, siguen trabajando para intentar controlar las llamas, aprovechando también que el fuerte viento que sopló durante la noche ha amainado.
El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, informó de que hay varios focos activos todavía y advirtió de que a pesar de que el incendio “está un poco más controlado”, no hay que confiarse, “porque el fuego puede rebrotar”.
Once brigadas especializadas de la Corporación Nacional Forestal junto a los bomberos han estado trabajando toda la noche y la madrugada para combatir el fuego, que se espera tener controlado en torno a las 13:00 horas de Chile (16:00 GMT).
La presidenta Michelle Bachelet, que a estas horas encabeza un comité de emergencia en Valparaíso, firmó la noche del sábado un decreto declarando el estado de excepción y zona de catástrofe en la ciudad, que quedó bajo el control de los militares, para resguardar el orden y la seguridad y apoyar las labores de evacuación.
Además, las autoridades declararon la alerta roja tanto en Valparaíso como en la contigua ciudad de Viña del Mar.
Alrededor de 700 damnificados pasaron la noche en una decena de albergues que fueron habilitados a toda prisa para acoger a las familias que perdieron su hogar, al tiempo que 5.000 viviendas quedaron sin energía eléctrica.
El fuego comenzó en un área como un incendio forestal en el sector del camino La Pólvora, en las afueras de la ciudad, pero el fuerte viento y las características orográficas de la zona hicieron que se propagara a las zonas pobladas de los cerros La Cruz, El Vergel, San Roque, Las Cañas y Mariposas.
La mayoría de las viviendas de Valparaíso, donde viven unas 250.000 personas, están construidas con material ligero, fácilmente inflamable, lo que unido al viento hace que los incendios sean frecuentes.
Varios albergues han sido habilitados para acoger a las personas que ha perdido sus viviendas, informó Jorge Catro, alcalde de Valparaíso, una ciudad portuaria situada a 120 kilómetros de Santiago buena parte de la cual se asienta sobre escarpadas laderas.