Tres cosmonautas rusos llegan a la Estación Espacial Internacional a pesar de la guerra en Ucrania

Toño Fraguas

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Tras un vuelo de poco más de tres horas, a las 20:12, hora peninsular española, la nave Soyuz MS-21 procedente del cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, se ha acoplado este viernes a la Estación Espacial Internacional (ISS en sus siglas inglesas) con tres cosmonautas rusos a bordo. La misión, prevista desde hace meses, es parte del proceso de relevo de la tripulación, y se ha mantenido pese a las consecuencias que la invasión rusa de Ucrania ha tenido en la cooperación espacial entre Rusia, Estados Unidos y Europa.

Este vuelo marca dos jalones de muy distinta naturaleza. Por un lado, se trata del primer lanzamiento que Rusia realiza desde que invadió Ucrania el 24 de febrero y después de que la comunidad internacional impusiera a Moscú duras sanciones económicas; por otro, es la primera vez que una nave se acopla al módulo de atraque Prichal (que a su vez fue lanzado hacia la ISS en noviembre de 2021).

Hasta el día de hoy en la ISS convivían siete astronautas: cuatro estadounidenses, un europeo y dos rusos. Seleccionados en mayo de 2021, los tres cosmonautas que se acaban de incorporar –Oleg Artemyev, Denis Matveev y Sergey Korsakov– constituyen el primer contingente de la llamada Expedición 67 que, a lo largo de los próximos meses, debe sustituir a los miembros de la actual Expedición 66.

El primer viaje de vuelta a la Tierra con miembros de la Expedición 66, que ya toca a su fin, está previsto para el día 30 de marzo. Es entonces cuando deben regresar, en otra nave Soyuz (la MS-19) el estadounidense Mark Vande Hei –que acaba de batir el récord de la NASA de permanencia en el espacio– y los rusos Anton Shkaplerov y Pyotr Dubrov.

La nave de regreso debe caer en Kazajistán y la recogida de los astronautas, según el protocolo habitual, está coordinada por Rusia. La guerra añade un punto de tensión e incertidumbre a esta delicada operación que hasta ahora se venía desarrollando sin problemas.

Precisamente hace unos días la agencia espacial rusa, Roscosmos, difundió un videomontaje pretendidamente humorístico donde bromeaban con no traer de vuelta al estadounidense. El vídeo causó un profundo malestar en destacados miembros de la comunidad aeroespacial. El director de Roscosmos, Dmitry Rogozin, calificó de “histéricos” a los medios de comunicación occidentales por extraer del video la conclusión de que Vande Hei iba a ser dejado atrás.

A principios de marzo la NASA aseguró que la colaboración con Rusia respecto a la ISS se mantendría, pero fuentes del organismo estadounidense recordaron que ya llevan meses –desde mucho antes de la guerra– incrementando su “flexibilidad operativa” para no depender tanto de las naves rusas para el envío de carga y personal a la ISS.

Proyectos cancelados

Con excepción de la Estación Espacial, la guerra se ha llevado por delante una cooperación de años entre Rusia, Estados Unidos y Europa. Como respuesta a las sanciones económicas, Moscú retiró hace semanas a su personal del puerto espacial de Kourou, en la Guayana Francesa, y suspendió el servicio de las naves Soyuz que tenían previsto poner en órbita satélites europeos.

Este jueves la Agencia Europea del Espacio (ESA, en sus siglas inglesas), anunció la suspensión de la misión ExoMars, uno de los proyectos conjuntos entre Rusia y Europa más ambiciosos, en el que han trabajado durante años diversas instituciones y empresas. En el marco de esa misión estaba previsto el envío de un vehículo de exploración a Marte en septiembre de 2022.