Belén (Cisjordania), 24 dic (EFE).- En Belén, cuna del cristianismo, los ritos propios de la Navidad se celebraron hoy con escaso público, sin peregrinos y bajo medidas de cautela para evitar la expansión del coronavirus.
Unos pocos cientos de personas recibieron este jueves en Belén al patriarca latino de Jerusalén, Pierbatista Pizzaballa, en el tradicional peregrinaje desde la Ciudad Santa que culminó en la Basílica de la Natividad, donde según la tradición cristiana estaba el portal en el que nació Jesús.
En la Plaza del Pesebre de Belén fue recibido por representantes de las distintas confesiones cristianas y notables de la ciudad y terminó el ritual agachado para franquear la minúscula puerta de entrada a la iglesia.
La ciudad cisjordana vive hoy una celebración distinta, parca, marcada por la ausencia de peregrinos internacionales, que año a año colman las calles del centro y llenan de alegría los festejos de Navidad.
Esta vez, debido a la pandemia, que impide la llegada de turistas, solo la comunidad cristiana local celebra las fiestas e intenta, con decoraciones y la música de los grupos de Boyscout locales, preservar la esencia de los habituales festejos.
La mayoría de los palestinos cristianos son ortodoxos, por lo que sus celebraciones navideñas son en enero, pero también hay algunas familias católicas y otras que siguen ambas tradiciones.