Un avión de Lufthansa que cubría la ruta entre Frankfurt y Sevilla voló durante diez minutos sin piloto consciente en cabina. El incidente, ocurrido el pasado 17 de febrero y revelado ahora por un informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), ha generado inquietud sobre los protocolos de seguridad actuales. Durante ese intervalo crítico, el copiloto se desmayó y el comandante se encontraba fuera del cockpit, lo que dejó al avión completamente bajo el control del piloto automático.
La aeronave, un Airbus A321, transportaba a 199 personas. Ninguno de los pasajeros fue consciente del peligro inminente, ya que el avión mantuvo su trayectoria y altitud sin anomalías visibles. El comandante logró finalmente acceder a la cabina cuando el copiloto recuperó parcialmente la conciencia y abrió la puerta. La tripulación desvió entonces el vuelo a Madrid, donde aterrizó sin incidentes.
Debate reabierto sobre la seguridad en cabina
Este incidente ha reavivado el debate sobre la seguridad en la aviación comercial, especialmente en lo que respecta a la presencia continua de al menos dos personas en la cabina. Tras el trágico accidente del vuelo 9525 de Germanwings en 2015, donde el copiloto se quedó solo antes de sufrir un episodio médico inesperado, se implementó la normativa que exige la presencia de dos personas en la cabina en todo momento. Sin embargo, con el tiempo, algunas aerolíneas han flexibilizado esta medida, permitiendo que los pilotos se ausenten brevemente sin reemplazo inmediato.
El informe de la CIAIAC revela además que el copiloto tenía antecedentes médicos conocidos, incluyendo un posible trastorno neurológico. Esto ha abierto un debate sobre la idoneidad de los exámenes médicos actuales en la aviación comercial y su seguimiento a largo plazo. La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ya ha recomendado una revisión profunda de los protocolos de aptitud médica para pilotos.
Aunque el piloto automático evitó un accidente, el hecho de que ningún ser humano controlara la cabina durante diez minutos pone en duda hasta qué punto la automatización puede sustituir la actuación humana. Expertos del sector advierten de que una dependencia excesiva de la tecnología puede generar una falsa sensación de seguridad.
El sindicato de pilotos ha aprovechado el caso para reclamar que se refuerce la normativa que obliga a tener siempre dos personas en cabina, así como mayores controles de salud. “Esto no es un fallo del sistema, es un fallo de supervisión humana. No se puede dejar todo en manos de una máquina”, afirman desde la organización.
Lufthansa, por su parte, ha confirmado que está al tanto del informe de la CIAIAC y que ha realizado su propia investigación interna. Sin embargo, la compañía no ha hecho públicos los resultados de dicha investigación ni ha anunciado cambios específicos en sus protocolos operativos.
El suceso destaca la importancia de mantener y revisar constantemente los protocolos de seguridad en la aviación, asegurando que se adapten a las circunstancias cambiantes y a lo aprendido de incidentes pasados. La combinación de supervisión humana y tecnología debe equilibrarse cuidadosamente para garantizar la seguridad de los pasajeros y la tripulación.