Las tiendas abiertas de manera ininterrumpida en Japón forman parte del paisaje urbano y se perciben como puntos de referencia casi míticos en la vida diaria. Estos espacios ofrecen a cualquier hora productos de consumo inmediato, bebidas frías o calientes y artículos que resuelven necesidades del momento.
La continuidad de su servicio marca un hábito social que se asocia a la comodidad moderna, y el caso más representativo de este fenómeno es la red de 7-Eleven, extendida por todo el país. El prestigio acumulado por la cadena sirve de base para la actual introducción de robots en algunas de sus tiendas de Tokio, donde la automatización comienza a ocupar un lugar prioritario.
Un brazo mecánico sustituye horas de reposición y libera al personal para otras tareas
El primer experimento visible se produjo en un establecimiento de la capital, donde un brazo mecánico se ocupa de reponer estantes de bebidas embotelladas y alcohol enlatado. La máquina incorpora inteligencia artificial que analiza los registros de ventas y actúa en consecuencia, lo que sustituye el trabajo que antes requería unas 10 horas semanales de empleados humanos. NHK informó de que esta experiencia forma parte de un plan más amplio, diseñado para responder a la falta de personal en el sector.
Otros dispositivos complementan estas funciones en la misma tienda con tareas de mantenimiento. Existen prototipos especializados en limpiar suelos y cristales, que se integran en el funcionamiento cotidiano del local. Esta automatización permite que el personal humano se concentre en labores de mayor contacto con los consumidores y reduce el esfuerzo físico de quienes atienden los puntos de venta.
La iniciativa también incluye un recurso menos tangible pero igualmente operativo. Cerca de las cajas de autopago, los clientes encuentran un monitor en el que aparece un dependiente virtual. Al hablar con esa figura digital, reciben orientación en tiempo real de empleados que se encuentran en otras tiendas. De esta manera, los turnos nocturnos, tradicionalmente más pesados, se alivian mediante la redistribución del trabajo a distancia.
La compañía explicó que, con estas medidas, espera disminuir entre un 20 y un 30% las tareas que hoy ocupan a sus equipos en tienda. La perspectiva de trasladar estas pruebas piloto a toda la red nacional está sobre la mesa y se contempla como un paso decisivo hacia la consolidación de un modelo automatizado.
Los comercios que no cierran en Japón encuentran en los robots un nuevo aliado
La dimensión económica también está presente en esta estrategia. Seven-Eleven Japan Co. subrayó que la introducción de robots busca contener el incremento de los costes salariales, que junto a la escasez de trabajadores constituyen uno de los principales retos actuales para los operadores de tiendas de conveniencia. La empresa sostiene que el desarrollo tecnológico está diseñado para sostener el nivel de servicio sin reducir horarios ni prestaciones.
La innovación no se limita a las paredes del establecimiento. La compañía inició de forma paralela un ensayo independiente con robots de reparto, capaces de trasladar artículos desde los locales hasta los domicilios de los clientes.
Esta línea de prueba pretende ampliar el alcance de la automatización más allá de las tareas mecánicas dentro de la tienda, con la vista puesta en servicios domiciliarios que complementen la experiencia de compra.
En conjunto, el despliegue experimental refleja cómo la cadena que domina el mercado japonés de tiendas abiertas 24 horas apuesta por diversificar el uso de la robótica. La escena de un brazo artificial colocando botellas en los estantes o de una empleada virtual resolviendo dudas en una pantalla resume el horizonte al que aspira el modelo de conveniencia en Japón, donde la tecnología ya se asienta en el gesto más sencillo de hacer la compra nocturna.