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Natalia Nagovitsyna, la montañera rusa que quedó atrapada para siempre en el Pico Pobeda

Júlia Cortina

28 de agosto de 2025 11:29 h

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La historia de Natalia Nagovitsyna, experimentada alpinista rusa de 47 años, ha terminado convertida en una de las tragedias más desgarradoras del montañismo reciente. La escaladora, que sufrió un accidente durante su descenso en el Pico Pobeda, la cima más alta de Kirguistán con 7.439 metros, ha sido oficialmente dada por perdida después de que las autoridades locales suspendieran definitivamente las operaciones de rescate. Su hijo, de 27 años, se aferra a la esperanza y asegura que su madre aún lucha por sobrevivir en la inhóspita montaña.

Todo comenzó el 12 de agosto, cuando Nagovitsyna alcanzó la cima del Pobeda y, en el descenso, sufrió la fractura de una pierna. Su compañero de expedición, identificado como Roman, la dejó en una tienda de campaña con material de supervivencia antes de descender en busca de ayuda. Nunca más volvería a verla. Días después, otros montañeros llegaron hasta ella, le proporcionaron provisiones, pero no lograron evacuarla. Uno de ellos perdió la vida en el intento.

El dron que confirmó que seguía con vida

El 16 de agosto, un helicóptero militar intentó llegar a la zona, pero se estrelló antes de alcanzar la altura necesaria, lo que obligó a abortar la misión. Tres días más tarde, un dron equipado con cámaras termográficas confirmó que Natalia seguía atrapada, pero viva. Desde su improvisado refugio, fue captada haciendo gestos con las manos, en un intento desesperado de mostrar que resistía.

Sin embargo, la sucesión de fracasos convirtió el rescate en un drama colectivo. La falta de helicópteros especializados en gran altitud, la dureza del terreno y las condiciones climáticas extremas, temperaturas de hasta -30 grados, avalanchas y vientos imposibles, cerraron una a una las posibilidades. Finalmente, el 25 de agosto, las autoridades de Kirguistán anunciaron el fin de la búsqueda, desmantelaron el campamento base y dejaron la montaña en silencio.

Un destino marcado por la montaña

La tragedia de Nagovitsyna se suma a otra pérdida personal que había marcado su vida: la muerte de su marido, Sergey, también montañero, que falleció en el cercano Khan Tengri tras un derrame cerebral. A pesar del dolor, Natalia nunca abandonó la montaña y perseguía el título de “Leopardo de las Nieves”, que distingue a quienes conquistan las cinco cumbres más altas de la extinta URSS. El Pobeda era la última que le quedaba.

El implacable historial del Pico Pobeda

La montaña, cuyo nombre significa “Victoria”, tiene un historial tan imponente como letal. Fue conquistada por primera vez en 1956, apenas un año después de un accidente que costó la vida a 11 alpinistas soviéticos. Desde entonces, cada temporada deja un rastro de tragedias que recuerda lo implacable de sus laderas. Este verano no fue la excepción.

La lucha desesperada de su hijo

Mientras las autoridades cerraban la posibilidad de reanudar el rescate, el hijo de Natalia publicó mensajes desesperados en redes sociales, reclamando apoyo internacional e incluso la implicación del gobierno ruso. “Mi madre está viva”, escribió, aferrándose al último vídeo del dron en el que ella saludaba, más de una semana después de haber quedado inmovilizada. Sus palabras han resonado en la comunidad montañera, que lamenta la crudeza del desenlace.

Hoy, el nombre de Natalia Nagovitsyna se suma a la lista de quienes han quedado para siempre en las alturas del Tien Shan. Su historia es la de una mujer que desafió la montaña con pasión, pero que encontró allí su destino final. Para su hijo y para muchos en la comunidad alpinista, seguirá siendo un símbolo de resistencia y de la delgada línea que separa la gloria de la tragedia en el montañismo extremo.