“En 2025, la censura de libros en Estados Unidos es generalizada y común. Nunca antes en la vida de ningún estadounidense se habían retirado sistemáticamente tantos libros de las bibliotecas escolares de todo el país. Nunca antes tantos estados habían aprobado leyes o regulaciones para facilitar la prohibición de libros, incluyendo la prohibición de títulos específicos a nivel estatal”. Así empieza el último informe sobre censura literaria realizado por PEN America.
Los datos recopilados por la organización hablan por sí solos. Durante el año escolar 2024-2025, PEN America registró 6.870 casos de prohibiciones de libros en 23 estados y 87 distritos escolares públicos. En total, desde julio de 2021, la entidad ha registrado 22.810 casos de libros prohibidos.
El informe subraya que, en el último año, la censura literaria afectó las obras de casi 2.600 artistas, entre ellos 2.308 autores. Al igual que los libros, hay libros que son más susceptibles de ser prohibidos que otros. La mayoría de los perjudicados suelen abordar temas como el racismo, la identidad de género y la sexualidad, o representar la violencia sexual. Pero ¿de qué autores hablamos?
La organización no duda en dar nombres. Anthony Burgess, con 23 registros para La naranja mecánica; Jennifer Niven y su obra Breathless; Patricia McCormick y Sold; así como otros libros de Judy Blum, Sarah J. Maas y Jodi Picoult son algunas de las víctimas de la censura.
Sin embargo, el primero de la lista como el autor más propenso a ser censurado en Estados Unidos no es otro que Stephen King. Durante el ciclo 2024-2025, PEN America registró un total de 206 prohibiciones de libros de King, la cifra más alta documentada para un solo autor en ese período. Estas prohibiciones afectaron al menos a 87 títulos diferentes del escritor, incluidos clásicos como Carrie y Apocalipsis (The Stand).
La respuesta de King
Después de conocer la noticia, el escritor de El resplandor no tardó en compartir su opinión. “Ahora soy el autor más prohibido en Estados Unidos: 87 libros. ¿Puedo sugerirte que leas uno y veas a qué viene tanta queja? Los editores moralistas no siempre se salen con la suya. Esto sigue siendo Estados Unidos, maldita sea”, señaló a través de su cuenta de X.
No es la primera vez que el autor reacciona a esta noticia. En agosto del año pasado, cuando se enteró de que el estado Florida había prohibido 23 de sus libros, tampoco se quedó callado. “What the fuck?”, compartió entonces en sus redes sociales.
El informe sobre la censura concluye con una reflexión sobre el impacto de estas prohibiciones: “Estos ataques a los derechos de los estudiantes y a las instituciones educativas son síntomas de una enfermedad mucho mayor: el desmantelamiento de la educación pública y el retroceso de la democracia”.