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Más allá del castillo que inspiró a Disney: el conjunto de ‘sueños’ de Baviera que ha sido designado Patrimonio de la Humanidad

La región de Baviera, al sur de Alemania, ha celebrado el pasado 12 de julio la incursión del conjunto de palacios del rey Luis II como parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, algo que se había buscado desde 2015, y entre los que destaca el famoso castillo de Neuschwanstein que está considerado como la inspiración del castillo de Disney.

Pero el conjunto de ‘sueños’ del rey Luis II de Baviera es algo más que el castillo de Neuschwanstein, pues de él también forman parte dos más, inspirados en el Palacio de Versalles, con uno de ellos siendo el único completado en vida del monarca y el otro siendo imagen de la ostentación que marcaron su reinado.

Los palacios de Luis II de Baviera: los ‘sueños’ románticos en el sur de Alemania

El palacio de Neuschwanstein es el más conocido del conjunto palaciego del rey Luis II de Baviera, que ha pasado a la historia como “rey loco” o “rey cisne”, pero que destacó por la obra arquitectónica que dejó, además de ser mecenas de Richard Wagner, del que era gran admirador de su repertorio.

Uno de los detalles por los que se ha cuestionado la supuesta ‘locura’ del rey Luis II fue porque estuvo metido de lleno en la construcción y planificación de los palacios que conformaron sus ‘sueños’, con clara inspiración de su carácter romántico, y al centrarse en ello en vez de la política fue lo que le llevó ser centro de las críticas, también por lo costoso de las obras.

El palacio de Neuschwanstein que inspiró a Disney

En los Alpes se encuentra este castillo que ha servido de inspiración para las adaptaciones de cuentos de hadas en el cine gracias a su estilo romántico que recuerda a las leyendas alemanas y la época medieval, y que se considera fue el que tomaron como referencia para la película ‘La bella durmiente’ de Disney. Este castillo no llegó a terminarse según su planificación original, que incluía un total de 200 habitantes, de las que solo se construyeron 20.

El palacio Linderhof o el pequeño Versalles de los Alpes

Si bien el rey bávaro no llegó a ver terminado el que sería su palacio más famoso, sí que vivió para ver otra de sus obras que forma parte del conjunto de sueños, el castillo Linderhof, que se inspiró directamente en el palacio de Versalles, por lo que replicó una sala de espejos, un interior rococó y un jardín que incluyó un parque exótico.

En esta construcción destaca la recreación de escenas de la ópera Tannhäuser de Richard Wagner, que incluye un lago artificial, un barco de conchas, y tiene en su interior una cueva de estalactitas artificial llamada la Gruta de Venus.

El palacio Herreninsel: la ambiciosa copia de Versalles

El palacio de Neuschwanstein no es el de mayor ostentación de los que mandó construir el rey Luis II de Baviera, que tampoco llegó a ver terminado la que fue su obra más ambiciosa y en la que quería llevar al máximo la inspiración en Versalles, lo que llevó a el palacio Herreninsel, que sería más grande y ostentoso que el de Linderhof.

Costó más de 16 millones de marcos oro, la moneda de entonces en Baviera, y en ella se encuentran salones en los que predomina con esplendor el estilo barroco y con una sala de espejos de más de 90 metros de largo.