'Sordo Mundo', el proyecto viajero que reivindica el turismo accesible

Roberto Ruiz

El de Cris (Cristina Reyes) y Sergi (Sergio Marín) no iba a ser un viaje cualquiera. No iba a ser solo un viaje sin billete de vuelta con el que dar la vuelta al mundo, pasar por lugares insospechados, improvisando el itinerario sobre la marcha y recorriendo 12 países en 14 meses. No, ellos querían que su viaje tuviese un objetivo social, que fuese reivindicativo y que diera voz a las personas con discapacidad auditiva. Y así nació ‘Sordo Mundo’, el proyecto que pusieron en marcha a través de su blog Mochileando sin Barreras y sus redes sociales.

Los dos han tenido siempre muy presente cómo es vivir con una discapacidad sensorial. Cris, en primera persona; es hipoacúsica de ambos oídos. Utiliza audífonos y la lectura de labios para comunicarse en lengua oral. Y Sergi a través de su madre, que tiene una discapacidad visual severa. Por lo que los objetivos de ‘Sordo Mundo’ estuvieron claros desde el principio. Por un lado, querían visibilizar las dificultades que encuentran los viajeros con discapacidad auditiva en ruta y servir de altavoz a otros, reclamando más accesibilidad. Y por otro, conocer de primera mano las comunidades sordas del mundo como minoría cultural y lingüística. Un viaje dentro de otro. 

Tras mucho ahorrar y mucho preparar, despegaron el 27 de diciembre de 2018 con destino a Moscú y regresaron a una España confinada el 26 de marzo de 2020, obligados por las restricciones de movilidad ocasionadas por la pandemia. Hasta entonces pudieron viajar por una docena de países y visitar diez comunidades sordas de Asia, Oceanía y Latinoamérica, cada una en un país diferente.

“Antes de conocer a Sergi viajaba sola y he sufrido mucho audismo, la discriminación que sufrimos las personas sordas”, dice Cris. “He tenido problemas para entenderme en aeropuertos, fronteras, aduanas… tenía que ir con mi libreta preparada porque la gente no se lo cree y se pasa bastante mal. E incluso he perdido algún que otro vuelo”. Su experiencia y la de otros amigos sordos le decía a Cris que el mundo no está preparado para hacerle la vida más fácil a los viajeros con discapacidad auditiva, y tuvo claro que era un tema que necesitaba visibilizar.  A lo largo de su viaje han ido mostrando las barreras que han encontrado en su camino, analizando cómo están las ciudades y sitios que han visitado para facilitar un turismo accesible, y la conclusión es que han encontrado cosas muy buenas, y muchas otras terribles también.

Un viaje por algunas comunidades sordas del mundo

“La comunidad sorda siempre ha estado muy perseguida y olvidada, minoritaria tanto lingüística como culturalmente, y en este viaje queríamos ver en qué momento se encuentran España y Europa al respecto, y también otras partes del mundo”, apunta Cris. 

El viaje comenzó en Rusia y en esta etapa pudieron vivir una experiencia única, abanderada por las brigadas de personas sordas den las fábricas que en su día jugaron un papel fundamental durante la revolución, ya que se levantaron como un sindicato, y hoy comparten cultura con los países de la antigua Unión Soviética. En India llegaron hasta el Indo Tíbet, donde sin buscarlo encontraron una de las mejores experiencias del viaje. Allí convivieron con la Tribu Apatani y la comunidad matrilineal Khasi, que esconde una aldea donde las niñas se quedan sordas entre los seis y los doce años, y la única explicación que le dan es una leyenda. “Esta aldea la conocen como ‘El círculo del silencio’ y está tan aislada que nadie lo ha estudiado. El poblado está dividido en dos valles, el sordo y el oyente, y hay cerca de unas 80 familias con miembros sordos y ni siquiera usan la lengua oficial de signos de India, se han inventado un código propio. Solo han llegado un par de ONG que han presionado para llevar allí algún otorrino”, explica Cris, “y aunque seguramente sea un problema hereditario todo lo achacan a una maldición”.

En Beirut conocieron la realidad de los niños refugiados sordos, víctimas de los bombardeos de la guerra de Siria, mientras que en Tailandia y Malasia quisieron profundizar en sus comunidades sordas, pues son las más destacadas del sudeste asiático. El viaje continuaba y llegaron a Nueva Zelanda, donde pudieron asistir a una convivencia de la comunidad sorda maorí, y de allí fueron a Vanuatu, donde colaboraron en un proyecto sostenible de una comunidad indígena en una de las islas más vírgenes del planeta. 

Un mundo poco preparado para el turismo accesible

A lo largo del viaje y a través de su blog Cris y Sergi fueron documentando la accesibilidad para las personas sordas en los lugares que iban visitando. “Por ejemplo, en el Transiberiano no vimos pantallas que te avisen en qué parada te tienes que bajar, e igual pasa en los aeropuertos, en los que quizá sí hay pantallas pero hay avisos que solo hacen por megafonía”. Pero Cris también destaca lugares bien preparados, “también hemos visto oficinas, estaciones de tren y autobuses, o visitas guiadas, equipadas con bucle magnético, que lo hace todo mucho más fácil”. 

Su viaje les ha permitido comparar y contrastar la preparación de unos países y otros. En India, por ejemplo, vieron cómo la comunidad sorda está altamente discriminada, con una importante falta de derechos, y eso, evidentemente, se deja ver en la preparación del país para con ellos, sean locales o turistas. Mientras que Australia, por otro lado, les sorprendió al demostrar lo concienciada, equipada y adaptada que está para que los sordos puedan hacer la misma vida que los oyentes. 

Experiencias viajeras que hay que contar y compartir

Cris y Sergi han contado su viaje a través de su blog, sus perfiles de Facebook e Instagram, y también están terminando un libro que no tardará mucho en ver la luz. Quieren poner voz a las comunidades sordas del mundo y hacernos ver cómo el mundo se prepara, o no, para ponérselo más fácil a las personas con discapacidad auditiva.

Gracias a su viaje este año son ponentes en las Jornadas IATI de los Grandes Viajes, un evento inspirador en el que grandes viajeros cuentan experiencias singulares y extraordinarias, y donde se demuestra que de los viajes siempre surgen más viajes. Se celebrarán los días 26 y 27 de mayo en Barcelona y el 31 de mayo y 1 de junio en Madrid, y por primera vez será un evento híbrido, presencial y en streaming, con un formato adaptado a las circunstancias sanitarias y posibilidades tecnológicas. ‘Sordo Mundo’ contará con la ayuda de una viajera que hará una traducción simultánea en lengua de signos y compartirá cartel en las Jornadas con otros trotamundos como el documentalista Daniel Landa, recién regresado de su gran viaje por África; Marta Insausti, que empezó su gran viaje en moto a los 55 años; Rosa María Calaf, que hablará de su viaje de 1973 en el que cruzó África en una furgoneta; Leti Lagarda y Clara Ruiz, que han estado viajando en pandemia; Silvia Palacio y Jonás Ordóñez, que dieron la vuelta al mundo sin aviones; Cristina Pereferrer y Patricia Sazatornil, que llevan 4 años y 4 continentes en pareja; Beatriz Ortega y Nil García, que estuvieron año y medio viajando en autostop hasta Pakistán; o Guillermo Marcelo, que recorrió América durante meses en patinete.