Riaza, ubicada en la provincia de Segovia, combina historia, naturaleza y gastronomía en un entorno que permite recorrerlo a pie y descubrir la evolución de la villa a lo largo de los siglos. Sus calles empedradas, plazas y edificios de distintas épocas ofrecen un recorrido por la arquitectura urbana y los espacios públicos, reflejando cómo se ha configurado el municipio desde la Edad Media hasta la actualidad. Los visitantes pueden explorar rincones históricos que, sin necesidad de largos desplazamientos, permiten acercarse a la vida cotidiana de la localidad y al mismo tiempo apreciar la planificación urbana característica de las villas castellanas.
El municipio se encuentra próximo al Parque Natural de las Hoces del Río Riaza, declarado espacio protegido en 2005, donde los cañones y desfiladeros formados por la erosión fluvial constituyen un paisaje singular de gran valor ecológico. La fauna y flora de la zona se combina con rutas de senderismo y puntos de observación que facilitan la conexión entre la naturaleza y la historia local. Esta proximidad permite que quienes visitan la villa puedan alternar recorridos culturales con experiencias al aire libre en un entorno que mantiene su carácter natural y protegido.
El mes de septiembre se presenta como un momento especialmente adecuado para planificar una escapada a Riaza. El clima templado favorece la visita a los espacios urbanos y naturales, mientras que la disponibilidad de productos de temporada permite a los turistas conocer la gastronomía local en su mejor momento. La reciente incorporación de la villa a la Red de Pueblos Gastronómicos de España amplía las posibilidades de la visita, ya que combina patrimonio, naturaleza y cocina tradicional, ofreciendo experiencias culinarias vinculadas a la tradición y a los recursos propios del municipio, como los asados de cordero y cochinillo o las setas locales.
Qué ver en Riaza y su entorno natural
Riaza mantiene un patrimonio histórico que refleja su evolución a lo largo de los siglos. La Plaza Mayor, con su planta elíptica y soportales característicos, constituye el centro de la vida social y urbana del municipio. En ella se sitúa el Ayuntamiento, un edificio que se integra con las casas circundantes y que ha sido escenario de mercados, festividades y eventos locales. La disposición de la plaza facilita recorrer las calles cercanas, lo que permite al visitante adentrarse en el entramado histórico de la villa.
A corta distancia se encuentra la iglesia de Nuestra Señora del Manto, construida entre los siglos XV y XVI. Su torre de 33 metros y su estilo renacentista convierten a este templo en un referente cultural y religioso, mientras que su interior alberga una colección de arte sacro que refleja la tradición religiosa de la zona. La iglesia se conecta visual y físicamente con otros elementos patrimoniales de Riaza, integrándose en el conjunto urbano histórico de la villa.
En los alrededores se hallan la ermita de San Juan y la ermita de San Roque, que completan el patrimonio religioso del municipio. La primera conserva restos de un antiguo cementerio y se ubica en un espacio ajardinado que ofrece un entorno sereno para los visitantes. La segunda se encuentra en el parque municipal de El Rasero y mantiene en su fachada un escudo que recuerda la participación comunitaria en su edificación. Ambas ermitas muestran la importancia de la devoción popular y de la historia local en la configuración de Riaza.
Riaza se incorpora a la Red de Pueblos Gastronómicos de España
En 2025, Riaza se convirtió en el primer municipio de Castilla y León en integrarse a la Red de Pueblos Gastronómicos de España, un proyecto que tiene como objetivo poner en valor la gastronomía local y fortalecer el turismo rural como motor de desarrollo económico y cultural. La red comenzó con once municipios de siete comunidades autónomas y, hasta la fecha, se han sumado otros 32 pueblos que han firmado la carta de adhesión cumpliendo los estándares de calidad establecidos por la iniciativa.
La oferta culinaria de Riaza refleja una tradición que se ha mantenido a lo largo de generaciones. Entre los platos más representativos se encuentran los asados de cordero y cochinillo, preparados con técnicas tradicionales y valorados por su sabor y calidad. Además, el municipio destaca por productos propios que han adquirido reconocimiento más allá de la localidad, especialmente las setas, cuya recolección y las jornadas micológicas organizadas en Riaza han generado un turismo especializado en torno a este recurso.
Formar parte de la red supone un reconocimiento a la trayectoria gastronómica de la villa y ofrece a los visitantes una garantía sobre la calidad de los productos y experiencias culinarias disponibles. Los establecimientos adheridos deben cumplir criterios específicos que aseguran la autenticidad de los platos y la presentación adecuada de la cocina local, consolidando a Riaza como un destino que combina patrimonio cultural, historia y gastronomía.