Marta Clot, la 'influencer' que desmonta los clichés del vino entre la generación sobria

Marta Clot, 'influencer' vitivinícola.

Carmen López

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La escena es la siguiente: el camarero se acerca a la mesa con una botella de vino y pregunta quién lo va a probar. El silencio se adueña de la mesa y los comensales se miran de reojo sin atreverse a decir nada. Finalmente, alguien se anima y mueve el líquido en su copa con movimientos circulares, lo huele y lo saborea. No tiene ni idea de si es bueno, malo o regular pero seguramente lo acepte, a no ser que le guste el teatro y pida que traigan otro. Ninguno de sus acompañantes opinará porque de vino solo saben si les gusta o no. Puede que, cuando llegue la cuenta, alguien comente lo mucho que ha costado la botella, pero es que el vino siempre parece caro si no se tienen referencias para valorarlo.

Esto no pasaría con otra bebida alcohólica como la cerveza, primero porque una cata previa no se estila y segundo porque los criterios de evaluación son más populares. Una discusión sobre la mejor marca de birra se puede dar en cualquier bar, una sobre la mejor añada del tinto de tal bodega no. Acabar con esa situación terrorífica tan habitual en los restaurantes es uno de los objetivos de la sumiller y divulgadora de la cultura vitivinícola Marta Clot. Es una de las creadoras de contenido en castellano relacionado con el vino más seguidas en Instagram con 135.000 seguidores y en TikTok con 79.500.

Con cada publicación consigue miles de visualizaciones y cientos de comentarios. Sin ir más lejos, su sketch cómico sobre el pánico a catar el vino acumuló 140 respuestas y más de 100.000 reproducciones en la primera plataforma. El secreto de su éxito no es otro que su manera de comunicar sus conocimientos, sin trazas de esnobismo y con toques de humor. “Hablo del vino en general, en un tono directo, fácil y desenfadado, como si estuviera hablando con mis amigas”, dice a elDiario.es. “Creo que es importante que se le quite un poco de peso a este tema”.

Antes de llegar al mundo del vino, esta catalana de 29 años se dedicó durante años a la pastelería. Fue la casualidad la que la llevó a las bodegas, ya que no viene de una familia con tradición vitivinícola ni había estado especialmente interesada en el tema, pero como repostera había llegado a un punto en el que quería crecer a nivel profesional y un día se apuntó a un cursillo de introducción a la cata de vinos en Barcelona para probar. “Me gustó muchísimo. Lo vi como una oportunidad de ligarlo con mi vertiente pastelera para crear maridajes”, sostiene. Más adelante hizo un curso de sumiller y dejó atrás el dulce para dedicarse por completo al vino.

Hablo del vino en general, en un tono directo, fácil y desenfadado, como si estuviera hablando con mis amigas

Dio sus primeros pasos en la tienda Wine Palace de Sant Cugat, donde aprendió sobre este producto y también a tratar con la gente. Después, llegó Vi & Companyia, el proyecto que emprendió hace ya tres años junto a Mike, su pareja, para resolver las dudas del consumidor final a través de las redes sociales en catalán. Poco a poco, se han ido expandiendo hacia el enoturismo, las catas a domicilio y colaboraciones con entidades como la Ruta del Vino D.O. Empordà. En principio su radio de acción se limitaba a Catalunya, pero Clot le pilló el gusto a ponerse ante la cámara y decidieron ampliar su público haciendo contenidos en castellano creando los perfiles en las redes ya con el nombre de Marta Clot.

Generación abstemia

Instagram y TikTok son las redes más potentes para los creadores de contenido en la actualidad. La primera comenzó siendo una plataforma en la que publicar fotos y la segunda como un espacio en el que compartir bailes y participar en retos virales, pero ahora ambas son un cajón de sastre en el que se pueden ver desde memes hasta tutoriales de cómo hacer el curriculum perfecto. De hecho, a finales del año pasado Prabhakar Raghavan, director de Google, reveló un dato que sorprendió a su todopoderosa empresa: según estudios internos, el 40% de los centennials utilizan Instagram y TikTok como buscador.

Los jóvenes encuentran respuestas a sus preguntas en vídeos cortos con explicaciones sencillas y fáciles de asimilar, más atractivos que un artículo o un vídeo largo de Youtube. Por ejemplo, Marta Clot tiene publicaciones de menos de un minuto como “5 consejos para ir a una feria de vinos”, “cómo guardar el vino en casa” o “cómo parecer un experto en vinos”, que intercala con sketches cómicos, recomendaciones de restaurantes y hasta recetas de cócteles tipo la sangría de cava.

Puede que lo más curioso de su caso sea que sus contenidos sobre vino triunfan en las redes sociales más populares entre la generación Z, que bebe mucho menos que sus predecesoras. En ambas redes sociales hay millones de publicaciones de adolescentes y adultos jóvenes con los hashtags relativos a la sobriedad como #alcoholfree, #sinalcohol o #sobercurious (derivado del libro Sober Curious que Ruby Warrington publicó en 2018 acerca de beber de forma “consciente”) y los retos de 'tantos días sin beber' son habituales.

Sin embargo, su audiencia no es mayor: “En las dos redes [TikTok e Instagram], más del 80% de nuestros seguidores tienen entre 18 y 44 años. La mayoría son de México, España, Argentina, Chile y Brasil y casi no hay diferencia de géneros, no destaca más uno sobre otro”, desgrana Clot.

Para ella, la razón que explica que 'la generación sobria' también se sienta atraída por sus contenidos es que “lo que hacemos conecta con este público joven que no necesariamente –esto es muy importante– tiene que ser consumidor de vino”. Una de las principales barreras a superar es la de romper con los mitos que hacen que la cultura vitivinícola parezca inaccesible para el común de los mortales que no ha visto una cata ni de lejos.

“El tópico que más rabia me da es que parece que para beber vino tienes que saber o hacer un cursillo. El vino da miedo y tenemos que cortar con esto”, comenta la experta. “Después también me molestan otros como que el blanco es para el pescado y tinto para la carne o que el vino blanco se toma muy frío. Y también que cuanto más caro es un vino, es mejor”.

Lo que hacemos conecta con un público joven que no necesariamente es consumidor de vino

Marta Clot, sumiller e 'influencer' vitivinícola

Evangelistas del vino

No es, por supuesto, la única creadora de contenidos relacionados con este tema presente en Instagram o TikTok. Clot está pendiente de lo que hacen sus compañeros y, según su percepción: “cada vez hay más divulgadoras y divulgadores del vino y hace mucha falta, porque ahora tampoco somos tantos”.

Como también es consumidora y no solo creadora, tiene algunas cuentas preferidas. Una de ellas es el perfil de la empresa La crima terrae @lacrimaterrae (105.000 seguidores en Instagram), dedicada a la divulgación de la cultura del vino con cursos y catas, gestionada por las hermanas Alba y Sofía Atienza. También señala el trabajo de Blanca Bretón @cavadeblanca, sumiller y bloguera de vino mexicana (207.000 seguidores en Instagram) y el peruano Héctor Tuesta, conocido como @somm.pe en las redes (298.000 seguidores en Instagram y 155.000 en TikTok). “Y por supuesto está Winefolly @winefolly (418.000 seguidores en Instagram), que es el referente de divulgación de cultura del vino en inglés”, sostiene Clot. “Lo chulo de los creadores de contenido vitivinícola, al igual que de otros sectores, es que cada uno tiene su estilo y cada uno comunica a su manera. Todos ellos hacen cosas de calidad y, al final, los números hablan”.

Parece que para beber vino tienes que saber o hacer un cursillo. El vino da miedo y tenemos que cortar con esto

Un tinto de película

Si antes en las series o las películas los personajes se servían alcohol fuerte al llegar a casa después de un día duro, en las producciones de ahora no es raro que se abran una botella de tinto y se pongan una buena copa. Series como The Good Wife o Big Little Lies (la representación en televisión del estereotipo de la wine mom de la mano de Reese Witherspoon) son dos ejemplos de cómo la pantalla se ha convertido en promotora vinícola.

Si Carrie Bradshaw y sus amigas se daban al cosmopolitan en Sexo en Nueva York, ahora Diane Lockhart y Liz Reddick brindan con vino (caro) después de ganar un caso complicado en The Good Fight, serie en cuya cabecera aparece una botella de tinto estallando.

¿Se ha puesto de moda el vino? Marta Clot tiene dudas. “Sí que es verdad que ahora mismo hay muchas actividades relacionadas con el vino, ya sean catas, ferias o formaciones y a lo mejor ha cogido un poquito más de popularidad, pero no sé si podemos hablar de moda”, dice. “Está muy bien que personas famosas salgan tomando vino y que lo tomen en las series, pero al final los datos estadísticos demuestran que no bebemos vino, tenemos que abrir más botellas. Nos queda mucho trabajo por hacer”, dice Clot.

Ella tiene pensado seguir formándose y dedicándose a la comunicación. Le atraen principalmente las catas a domicilio “son una pasada. La gente es super maja y me gusta mucho esta cosa de recomendar y de pasar un buen rato tomando unos vinos y que la gente se sienta libre de preguntar y que les pueda ayudar con sus dudas”. Además, también le gustaría hacer algo de radio, un medio que ya conoce gracias a su colaboración en La Cullerada, el podcast gastronómico de la guía Time Out. Todo sin dejar de alimentar sus redes sociales y con una copa de buen vino en la mano, por supuesto.

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