La pinocha invade las cunetas de Tamadaba

Pinocha en el Pinar de Tamadaba en el verano de 2016

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

Llegar al Parque Natural de Tamadaba es un cambio llamativo para todo aquel que conduce desde el cruce de Acusa hasta este recóndito lugar de la isla. Primero por las vistas que otorgan el pinar más importante de la isla, pero por otro por el brusco cambio de una carretera limpia a otra llena de pinocha de estos árboles que invade las cunetas, cubren las vías y llena el terreno.

Como es conocido, la pinocha es un combustible perfecto para propagar un incendio. Muestra de ello fue el incendio que sufrió La Palma a principios de agosto y que se inició en una zona donde abundaba este vegetal.

Como reconocen desde el Servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, lo ideal es tener las vías limpias para evitar en la mayor medida el riesgo de incendios forestales, pero en ocasiones se dan circunstancias difíciles para poder abarcar toda la red de carreteras de la isla en buen estado.

“Es difícil abarcar toda la isla” admite un ingeniero forestal, que enumera varias dificultades para mantener Tamadaba limpio. Por un lado, el hecho de ser el pinar más importante de la isla hace que tenga más cantidad de pinocha. Además, que tenga una legislación medioambiental de Parque Natural impide al Servicio de Medio Ambiente realizar las quemas prescritas, herramienta empleada para eliminar las hojas secas de los pinos de manera efectiva. Por último, este ingeniero lamenta que otra herramienta práctica de prevención es la recogida de la pinocha por parte de los particulares, pero no existe tantas solicitudes como desearían.

“Lo que estamos haciendo es facilitar los trámites para que la gente pueda aprovechar la pinocha, autorizar a la gente para que la pueda recoger sin tanto trámite”. Estas hoja secas se pueden utilizar para la cama del ganado o como acolchado para las plataneras que permite mantener la humedad siendo un abono ecológico.

Soluciones para no repetir la acumulación otros veranos

El ingeniero forestal subraya que entre las soluciones para años venideros lo ideal sería hacer cuadrillas o contratar a empresas que se dediquen a la recogida de la pinocha, lo que requiere un mayor presupuesto. “Con los presupuestos que tenemos no podemos abarcar toda la isla”, lamenta y añade que de aquí a final de año toca aprobar los fondos monetarios para 2017 en los que tendrán que incluir una serie de medidas a nivel de prevención.

Así, indica que el tratamiento de prevención de incendios es muy costoso y lo ejemplifica con uno que van a empezar a utilizar en la zona de la Cruz de Acusa que cuesta unos 3.000 euros por hectárea. “Para toda la isla es muy caro”, sentencia.

En su opinión lo que se debería hacer es facilitar aún más los trámites de recogida de la pinocha, cambiar la normativa del Parque Natural para permitir las quemas prescritas y, como no, aumentar la partida presupuestaria a prevención de incendios.

Aparte, apuesta por alternativas a estos tratamientos caros que pasarían por facilitar los aprovechamientos tradicionales. “Recoger pinocha y el matorral, la retama, el escobón, el codeso que sirve de cama del ganado y para hacer de abono verde hace responsable a la sociedad del tema de la prevención de incendios. Esos trabajos que hace la gente del campo es muy interesante porque retiran material”, aclara.

Asimismo, afirma que también la labor de los pastores es muy interesante. “Las ovejas comen y con su trasiego limpian bastante, es una de las herramientas mejores para la prevención”, apunta el ingeniero, que a su vez confirma que se ponen en contacto con estos profesionales del sector primario para que realicen el pastoreo en zonas estratégicas como barrancos.

No menos importante es la campaña de concienciación para la población de la isla, entre ellas explicar a las personas que viven en el campo que deben limpiar los 15 metros alrededor de sus propiedades ya que al ser terrenos privados el Cabildo no puede trabajar en ellos y evita que las casas se quemen en caso de incendios, o los protocolos que la gente tiene que saber de antemano para cuando exista la emergencia saber cómo actuar.

Por otro lado, hace especial hincapié en las imprudencias ya que dos de las tres principales causas de incendio se deben a esta. En primer lugar están las quemas de residuos agrícolas y en segundo el uso de maquinaria industrial como motosierras, desbrozadoras o radiales. “Parece que no, pero en verano prende muy rápido la chispa. Son cosas que la gente no quiere hacer, son descuidos o negligencias por falta de formación. Es necesario hacer campaña para concienciar a la población”, sostiene.

La tercera causa, aunque cada vez menor, es la falta de mantenimiento del tendido eléctrico que, como ya explicó este periódico, en Gran Canaria se llegaron a tener más de 600 puntos con riesgo de incendio forestal por este motivo.

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