Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar

Más vida real y menos vida virtual

Zygmunt Bauman

Ana I. Bernal Triviño

Cuando esta semana supe de la muerte del sociólogo Bauman sentí un dolor profundo. Él dio en la diana cuando calificó como “líquido” el tiempo que vivimos, es decir, que los lazos que establecemos entre nosotros no duran nada. Que no miramos por el otro, sino sólo por nosotros mismos. Donde lo que se lleva es el delatar a otros por egoísmo y poder. Ya saben… la filosofía de “Sálvese quien pueda”, o “Quítate tú, para ponerme yo”.

Bauman también decía que tenemos un “amor líquido”, más allá incluso del amor romántico. Que nos hemos convertido en una sociedad donde los corazones (los de las buenas personas, que quedan aún por ahí) se tratan como de un objeto de usar y tirar, mientras sirvan sólo por interés, como si fuese la ropa que te compras en el Primark y lanzas al contenedor cuando ya no te sirve. Y así me explicaba parte del origen de que nuestra mente enferme, de la depresión y de las ansiedades. Porque hay mucha persona tóxica que sólo se alimenta de la buena voluntad del resto. Porque superar las decepciones lleva tiempo.

Unos cuantos se reirán del mensaje de Bauman. Lo verán anticuado y de otra época, porque son personas que carecen de la empatía y que nunca sabrán realmente el alcance de palabras como lealtad, bondad o compromiso. No las conocen y no las sienten. Porque si esos valores estuviesen por el mundo…

¿Permitiríamos que estén los refugiados muriéndose en tiendas de campaña congeladas?

¿Rechazaríamos con odio a quienes se juegan el pellejo en el mar y cruzando en las fronteras huyendo de la miseria?

¿Callaríamos ante las guerras, violaciones, y atentados contra los derechos humanos?

¿No reaccionaríamos de otra manera contra los asesinatos hacia las mujeres?

¿Permitiríamos que los niños sean desde explotados hasta que la pobreza anule el futuro de sus vidas?

Estos días revisaba de nuevo la película Her, que mostraba cómo sería nuestra vida de aquí a no mucho tiempo. Donde la soledad y el vacío personal son tan grandes que incluso podríamos acabar enamorados del sistema operativo de nuestro móvil.

Sin dejar de reconocer las múltiples bondades de la red, Bauman también alertaba de los peligros de la vida virtual. No por la tecnología misma, sino porque de nuevo lo peor del ser humano se ha encargado de estropearlo.

Por eso se ha convertido en el mejor escaparate para que pasen camuflados farsantes, mafiosos, maltratadores, psicópatas o acosadores sexuales. Una legión de débiles y cobardes que usan las tecnologías no para ser mejores, sino como burbuja de todas las vergüenzas que no se atreven a hacer en el mundo real.

También por crear falsas ilusiones: amistades virtuales que te toman el pelo, que te hacen promesas de que siempre estarán, o pensar que a golpe de clic puedes tener 5000 amigos en Facebook cuando en la vida real te sobran dedos de la mano para contarlos.

Y por otro lado, veo que es el campo perfecto para convertir los deseos más ocultos en realidad. Una forma fácil de conseguir amistad virtual, pareja virtual o sexo virtual (el lote completo) hasta que te apetezca y luego lo tiras, olvidando que detrás de la pantalla hay otra persona a la que se puede herir, y no una máquina. Todo ello sin ataduras y sin abandonar tu zona de confort, donde mantienes sin crearte cargos de conciencia tu pareja de la vida real y así, ante los demás, sigues pareciendo una persona fiel y perfecta. Dentro de poco podremos incluso normalizar vidas paralelas y conversaciones del tipo…

-¿Cómo está tu pareja?

-¿Cuál? ¿La real o la virtual?

Ayer, mientras andaba, me daba miedo pensar en cómo acabaríamos de aquí a diez o veinte años. Si, como decía Bauman y vaticinaba la película Her, estaremos tan solos que lo virtual ocupará cada vez más nuestro espacio y dominará más nuestro yo.Her

Por un lado, me dan una pena tremenda quienes se aíslan así (que ya los hay) porque entonces el ser humano deja de ser humano, para pasar a alguien reprimido y con una vida muy vacía. Pero también me da rabia, porque eso demostraría que somos una panda de cobardes que tememos a la vida real, a la esencia, a mirarnos a los ojos, a decirnos las cosas a la cara, a provocar cambios porque todo es aparentar. El miedo nos bloquea tanto que saltamos a lo virtual como espacio para aliviar nuestra carga de deseos incumplidos y de una existencia triste e insatisfecha.

Si todo empeora, la industria ya ha creado la solución. Nos colocaremos nuestras gafas virtuales para diseñar el mundo que realmente queremos y sin dolor, con arbolitos verdes y pajaritos por el cielo, para olvidar todo aquello que hemos destruido, porque no tenemos la valentía de conseguir lo que realmente queremos en la realidad. Al fin no es otra cosa que el síndrome del avestruz, esconder la cabeza bajo tierra. ¿Nos estamos volviendo locos? ¿Tenemos a nuestro alcance la oportunidad de cambiar y no lo vamos a hacer?

No sé. Yo no quiero un mundo de palabras falsas, sino de hechos. Yo no quiero acabar tomando un café con mi móvil, diciéndole te quiero y teniendo sexo con él. Qué triste sería la vida entonces… Entonces sería otro signo más de que se acaba el mundo. O, al menos, el mundo que yo quería.

Sobre este blog

Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar

Etiquetas
stats