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Los pactos municipales de Gran Canaria que se agrietan un año después

Presentación del pacto en Teror entre Coalición Canaria, Nueva Canarias, PP y Alternativa por Teror (i-d) Juan Navarro, Isabel Guerra, Jose Luis Báez y Sebastiana González.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Las elecciones municipales de mayo de 2015 dibujaron un mapa político diverso que obligó a iniciar una estrategia de pactos en varios municipios. En Gran Canaria, los comicios dejaron una isla “menos azul”, puesto que el PP comenzó a perder su hegemonía. Y es que, el fin de las mayorías absolutas abría la posibilidad a gobiernos de “cambio” para los que se necesitaba fijar una política de alianzas.

Las Palmas de Gran Canaria fue el caso más llamativo, en tanto que el PP perdía la mayoría absoluta y la confluencia LPGC Puede se convertía en clave para pactar con PSOE y NC. A pesar de que el balance que se hace en la capital grancanaria es positivo, en otros puntos de la isla los acuerdos empiezan a tener problemas y a agrietarse. En el caso de Telde, por ejemplo, ya se ha cobrado la primera ruptura con uno de los socios y en Teror las tensiones entre la alcaldesa y el PP son sonadas desde hace meses.

Telde, el primero en romperse

La ciudad de los Faycanes daba la sorpresa con la derrota de los populares en los pasados comicios. Desde junio del año pasado, no sin momentos de tensión, se terminó cerrando un pacto entre NC, PSOE, Más por Telde y CCD, que creían que se firmaría por cuatro años, pero que ya cuenta con un aliado menos.

Más por Telde, el partido con el que más obstáculos se presentaron a la hora de cerrar la alianza, salía del gobierno municipal en marzo y dejaba a sus socios gobernando en minoría, con los 7 concejales de NC; 4 del PSOE y 1 de CCD. Ante esta situación, comenzaron a negociar con los concejales de Podemos, ahora en el grupo de los no adscritos, para asegurarse apoyos en los plenos y poder sacar adelante iniciativas. Sin embargo, los ediles de la formación morada pusieron fin a estas negociaciones al “no recibir” respuesta por parte del gobierno municipal a sus exigencias.

Pacto débil en Teror

Otro de los acuerdos que peligran es el que se cerró en Teror en los pasados comicios. Una alianza a cuatro entre PP, NC, CC y Alternativa por Teror, con la que lograron desplazar al PSOE del Consistorio. Sin embargo, en los últimos meses el municipio norteño ha sido centro de tensiones.

La alcaldesa, Isabel Guerra, cuenta que aparentemente el origen del conflicto se basa en una licencia urbanística que llevó a la Fiscalía al encontrar que no se le había informado sobre ella y que se trata de una obra sobre la que existían denuncias y que cuenta con “muros que demoler, temas de calificación territorial que resolver…” El primer teniente de alcalde, José Luis Báez (PP), se mostró molesto públicamente con la actuación de la alcaldesa y reconocido que “las cosas no pintan nada bien”, acusando a Guerra de “no” estar “contando con nadie para dirigir el municipio”.

Guerra cree que se ha utilizado este incidente como una “excusa” para lanzar contra ella una campaña de desprestigio y teme que se esté preparando una moción de censura contra ella, que podría llegar después de las elecciones generales del 26J, puesto que la opción que cree que se baraja es PSOE y PP juntos, algo que considera que puede estar mal visto que se cierre antes de los próximos comicios.

El último suceso que ha colmado el vaso en el municipio es la reciente destitución de la alcaldesa como presidenta de Aguas de Teror por parte del consejero delegado, José Luis Báez y los dos técnicos que forman parte del Consejo de Administración de la empresa municipal. Para Guerra esto ha sido un “golpe de estado” ya que sostiene que el ayuntamiento no está representado en la entidad.

Ante esta situación, Guerra propuso en el pleno del pasado jueves la conformación de un nuevo Consejo de Administración de Aguas de Teror, que estuviera constituido por representantes de todos los grupos políticos de la Corporación municipal, y presidida por la alcaldesa, retirando así el voto a los técnicos y asesores que forman parte del Consejo. En este punto, recordó que hay miembros que están procesados, como el gerente al que se le acusa, presuntamente, de apropiación indebida con el agravante de delito societario. Sin embargo, su propuesta fue rechazada por dos aliados de su gobierno, PP y Alternativa por Teror, y apoyada por CC y Sí Se Puede, prueba de que la gobernabilidad de Guerra en el municipio pende de un hilo.

Este asunto y otros como la Oficina Antidesahucios y las alusiones a las manifestaciones realizadas a través de los medios de comunicación por parte de ambos grupos políticos generaron momentos tensos entre la alcaldesa y su socio el portavoz del PP.

Guerra sostiene que seguirá luchando por tratar de volver al equilibrio y que el pacto siga adelante, puesto cree que el balance genérico del año es positivo. Destaca entre algunos de los logros el aumento de aparcamientos, la dinamización de las zonas comerciales, la promoción turística del municipio, el servicio de policía local 24 horas, becas para los universitarios… Por ello, cree que es una pena que al haber avanzado en “tantos” aspectos, ahora el municipio quede paralizado.

Y es que, “el PP está paralizando inversiones”, asegura la alcaldesa, quien cree que este partido está dilatando la aprobación de los próximos presupuestos del Consistorio. Se dibuja pues un panorama difícil para garantizar que el pacto perdure.

Las imputaciones de Onalia Bueno, obstáculo en Mogán

En el municipio de Mogán gobiernan de manera cómoda desde octubre Onalia Bueno (Ciuca), partido que logró 10 concejales en los comicios de mayo, con dos concejales del PSOE, liderado por Pino González. Según aclara la socialista, su tardanza para entrar en el gobierno municipal se debió a que su partido tuvo que estudiar con detenimiento el hecho de que Bueno pueda tener problemas con la justicia.

González indica que hasta ahora se siente muy cómoda trabajando con Ciuca pero este panorama podría cambiar de abrirse juicio oral a la alcaldesa por el caso Góndola. En este caso el código ético del PSOE impediría que los dos concejales socialistas continuar en el pacto. Además, cabe recordar que el partido de Bueno ha estado en el punto de mira por una presunta compra de votos.

La concejala socialista insiste en que de momento no se ha abierto juicio oral y que esto les permite manter la alianza. En este punto, añade que hasta ahora no ha tenido problema en su trabajo diario con Bueno, a quien recuerda por haber trabajado conjuntamente desde la oposición, algo que comparte la propia alcaldesa. La líder de Ciuca en Mogán insiste en que hace un balance muy positivo del pacto y de su año de mandato.

Por su parte, la concejala de NC en la oposición Isabel Santiago insiste en que una persona imputada no puede formar parte de la “regeneración política” del municipio y reprocha que la edil del PSOE haya dado su apoyo a la actual alcaldesa.

“El cambio se produce cundo no hay imputados al frente de un gobierno”, asegura la política nacionalista. Y es que desde el pasado mes de junio Santiago redactó un documento con una serie de puntos que, a su juicio, debían ser los que rigieran la política de pactos en Mogán, entre ellos, la negativa a un gobierno en el que algún concejal estuviera implicado en un proceso judicial.

Cinco aliados en Santa Brígida mirados con recelo por la oposición

El municipio satauteño dio un vuelco las pasadas elecciones. El PP se quedaba sin este histórico Consistorio y pasaba a la oposición. Desde entonces, se inició un proceso de negociación por el que finalmente terminaron afianzando un acuerdo Ando Sataute (4 concejales), Unidos por Gran Canaria (2), Nueva Canarias (1), PSOE (1) y CCD (1).

Bajo este acuerdo se proclamó alcalde a José Armengol (Ando por Sataute) quien asegura que han cumplido juntos un año “no sin dificultades”, pero “el acuerdo se ha mantenido”, puntualiza. Para ello cree que ha sido fundamental el esfuerzo por garantizar la estabilidad mediante el consenso, por lo que cada semana mantienen reuniones.

Armengol subraya que, a pesar de los rumores de moción de censura, el pacto sigue adelante y que, aunque en un año “no se puede ver todo” hace un balance positivo y se marca el objetivo de ir cumpliendo su programa electoral.

Estos rumores de ruptura del pacto o de moción de censura llegan desde la oposición. La concejala de Cambio por Sataute Guadalupe del Río, cuya formación obtuvo tres concejales en los pasados comicios municipales, apunta que rompió rápidamente las conversaciones con Ando por Sataute para conformar gobierno porque considera que el partido de Armengol quería gobernar solo sin contar con sus socios apenas. “Por ello no le dimos el voto de confianza”, asegura.

Para la concejala, no se ha producido “ningún cambio” en Santa Brígida en estos meses y defiende que de momento no se cierra a que se pueda unir a algún partido para presentar una moción de censura, ya que con el resto de socios de gobierno de Ando por Sataute asegura no tener ningún problema, pero que a este partido no lo apoyaría.

Del Río insiste en que “no hay transparencia” en el municipio y que han hecho 47 preguntas en nueve meses de las cuáles a 28 asegura que no han contestado. La concejala añade que le han remitido una resolución de alcaldía y que desde el gobierno municipal le han dicho que se ciña a los plenos, donde se llevan a cabo cinco preguntas, cinco ruegos y tres mociones. Asimismo, reprocha que aún no se hayan desatascado temas como el mamotreto, o que el municipio esté “paralizado”.

Pactos que funcionan

Las alianzas que consiguieron desplazar al PP, especialmente en consistorios donde este partido era histórico, como Agaete, se mantiene el acuerdo PSOE-Alpa. Lo mismo, sucede en Artenara, con el PSOE y NC.

En Ingenio también sigue adelante el acuerdo entre los socialistas con Fórum Drago. Y en Arucas se mantiene estable el tripartito PSOE, CC y NC, que proclamó alcalde al socialista a Juan Jesús Facundo.

Cabe recordar que el PP sólo mantiene la hegemonía en tres municipios grancanarios: San Bartolomé de Tirajana, Moya y Valleseco.

La política de pactos a nivel municipal supone un reflejo de lo que posteriormente ocurrió en las generales de diciembre de 2015, donde quedó un mapa diverso con escaños muy repartidos, un avance de lo que puede volver a ocurrir en los próximos comicios. Por ello, los concejales municipales preguntados anteriormente coinciden en que la ciudadanía ha pedido a los políticos diálogo y consenso, de ahí el resultado del mapa municipal de Gran Canaria.

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