Hoy se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales. Recuerda la ONU que la Asamblea quiso reconocer “la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”. De manera sencilla y a modo de homenaje, me remontaré a una situación social difícil y comprometida para la mujer gomera en los albores de la Guerra Civil. Una sociedad de hombres y para hombres, a través de un relato que, más que ficción, es pura realidad.
La situación de la clase obrera en Canarias a principios de los años treinta era singularmente difícil. En aquel contexto surgió el semanario palmero Espartaco, donde se recogían diversos artículos escritos por féminas en los años previos a la Guerra Civil, aportando una radiografía precisa de la situación de la mujer canaria de familia obrera o campesina en unos momentos en los que a la discriminación de clase se sumaba, sin duda, la discriminación de género.
Reproducimos a continuación un pequeño relato sobre una niña gomera publicado en el número 188 de la citada publicación el 31 de marzo de 1934.