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Cáseda acoge el sábado 14 de mayo el homenaje a tres vecinos asesinados en 1936 y recientemente identificados

EUROPA PRESS

PAMPLONA —

Dos de estos vecinos han sido identificados a través de las pruebas de ADN en 2016. Se trata de Marcelino Guinda Pérez, labrador y trabajador del canal afiliado a UGT de 49 años, con tres hijas y un hijo; y Alfonso Guinda Martínez, secretario de la UGT, que fue asesinado con 54 años y ocho hijos, uno de los cuales también lo fue con 17 años y está todavía sin localizar. El tercero es un vecino de 24 o 25 años, probablemente un trabajador del Canal de las Bardenas, de origen riojano y de nombre desconocido.

Fueron fusilados el 28 de julio de 1936 y su localización en Lecáun de los restos, en una fosa inicialmente vinculada a vecinos de Miranda de Arga, se ha enmarcado en el convenio suscrito entre el Gobierno de Navarra y la sociedad de estudios Aranzadi.

A partir de las 12 horas del sábado 14, responsables del Gobierno de Navarra entregarán los restos a sus familiares en el salón de plenos del Ayuntamiento. A continuación, se celebrará en el exterior un acto público de reconocimiento y de acompañamiento a familiares. Seguidamente, los restos serán inhumados en el cementerio, en el panteón de los vecinos de Cáseda asesinados a raíz del golpe de Estado de 1936.

HOMENAJE AL PÁRROCO ELADIO CELAYA

Previamente, a las 11.30 horas, la Parroquia de Cáseda acogerá un responso en homenaje a Eladio Celaya Zalduendo, párroco de Cáseda durante 35 años. Días después de que saliese de Cáseda, supuestamente “despachado” por la junta local de guerra, su cuerpo fue entregado a familiares de Peralta con la orden expresa de no abrir la caja, herméticamente cerrada. De su defunción existía un registro en Cáseda (12 de septiembre), informando de su muerte en Peralta. No obstante, no murió en esta localidad, sino que fue entregado días más tarde. En Peralta, su fallecimiento consta el 19 de septiembre. Varios testimonios indican que fue asesinado. Había recibido amenazas directas.

Familiares del párroco ha entregado restos del difunto al pueblo de Cáseda para que perviva el ejemplo de un cura que fundó una caja de crédito a vecinos y vecinas y el círculo católico de Cáseda. Llegó a comprar 130.000 kilos de abono y ayudaba económicamente a la población. Fundió la campana “María” en 1928, que todavía lleva grabado su nombre.

52 ASESINADOS, CON 9 NUEVOS NOMBRES

Los restos de estas cuatro personas serán inhumados en el cementerio de Cáseda, en el panteón de quienes fueron asesinados por ser “abierta o secretamente” defensores del Frente Popular, en el marco de la “atmósfera de terror” que ordenó el general Mola.

El acto extenderá el homenaje a las 52 personas vinculadas con el pueblo asesinadas o desaparecidas, incluidas 9 que hasta ahora no habían sido reconocidas. Sus nombres quedarán inscritos en las lápidas del mausoleo.

Entre ellos figura el vecino Babil Folio, de 18 años, afiliado a la CNT, asesinado en Etxauri y cuyo fusilamiento se conoció hace escasos meses, a raíz de la asistencia a un acto celebrado en esta localidad. Era hermano de Lucio y Julio, exiliados.

El mausoleo también recoge el nombre de Ricardo Rebolledo, de 35 años, contable del canal, encarcelado en Pamplona y asesinado con la colaboración de un familiar. Huyó de Cáseda en compañía de su hijo Valeriano, de tan solo 8 años. Su cuerpo nunca ha aparecido.

Igualmente, se recordará a Valentín Rodrigo, casedano residente en Lodosa, asesinado en Oteiza. Construyó el Café y Casino Gran Kursal. A su viuda, Maura Vélez, de Arróniz, le expoliaron sus bienes. El Café pasó a ser el baile del Requeté.

Otros nombres son Martín Corena, de Zaragoza, desaparecido; Juan Forcén, sillero de Tafalla, asesinado en la carretera de Cáseda a Aibar; Vicente García, transeúnte de raza gitana; José Oneca Valencia, hijo de Urbana y Hermeregildo, encarcelado con 25 años y desaparecido; Marcelino Zaratiegui, maestro de Aibar en Cáseda, asesinado con 40 años. Se desconoce dónde están los cuerpos de todos ellos.

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