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Pedro Sánchez, el solitario jefe de la oposición desde la tribuna

Irene Castro

Pedro Sánchez ha llegado al Congreso acompañado de Margarita Robles y varios miembros de su equipo. Era la tercera vez que acudía al Parlamento tras el abandono de su escaño para evitar votar en la investidura de Mariano Rajoy y la primera para acudir a un acto oficial en su segunda etapa al frente del PSOE.

Es el jefe de la oposición -un estatus que le da liderar el principal partido frente al gobierno- pero desde la tribuna. Sánchez no tiene acta de diputado, lo que le ha obligado a seguir en acto de conmemoración de las elecciones de 1977 desde la tribuna de invitados.

Sánchez estaba sentado solo, en la segunda fila, junto a una columna. Delante estaban el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, el del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, y el expresidente del Gobierno José María Aznar.

En su entrada al patio del Congreso, Sánchez ha pasado desapercibido. Ha llegado acompañado de la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, y varios miembros de su equipo, y ha ido directo al salón de Pasos Perdidos, donde el rey ha saludado, entre otros, a los líderes de los partidos. Él ha sido el primero en su calidad de jefe de la oposición. Además, ha ocupado esa posición –junto al expresidente Aznar, como marca el protocolo– durante la entrega de medallas a los diputados constituyentes.

“Me han sentado ahí, nada más”

Sánchez ha pasado de ahí a la tribuna de invitados, mientras la mayoría de los asistentes seguía el acto en el hemiciclo. Entre los homenajeados había varios socialistas que formaron parte de las Cortes Constituyentes. Los más notables han sido el expresidente Felipe González y también Alfonso Guerra.

Al exvicepresidente le han recibido los miembros de la bancada socialista con una ovación. Guerra se ha sentado en el mismo escaño que ocupó durante años, entre los diputados del PSOE. Alguno ha aprovechado para hacerse una foto con él. Felipe González se ha sentado junto al resto de homenajeados en las primeras filas del hemiciclo. No le han recibido con el mismo claro.

Sánchez ha hecho declaraciones a los periodistas más de media hora después de que acabara el acto. Ha reconocido que han sido “sensaciones un tanto raras” las de su vuelta al Congreso. “He estado entre el público y ha sido una sensación rara”, ha admitido. No obstante, le ha restado importancia y lo ha atribuido a cuestiones de protocolo. “Me han sentado ahí, nada más”, ha expresado.

El líder socialista ha asegurado que se queda con la apelación del rey a abandonar “el conformismo y el inmovilismo”, en palabras de Sánchez, que ha aprovechado el acto para recordar a la generación de sus abuelos “que votaron con una sonrisa” y a los “indignados del 15M”. “No conformarnos y trabajar por una democracia mejor”, ha dicho Sánchez que es lo que tienen que hacer los políticos.

Ha evitado decir qué le parece que la Casa Real haya tardado 40 años en referirse al franquismo como una dictadura. “Insisto, lo mejor que ha dicho el rey es que no debemos caer ni en el conformismo ni en el inmovilismo. Es la frase más acertada”, se ha limitado a contestar preguntado sobre esa novedad de las palabras de Felipe VI.

Tampoco ha querido pronunciarse sobre qué le parece que uno de los condecorados haya sido Rodolfo Martín Villa. “No voy a responder a eso”, ha contestado Sánchez, que ha asegurado que lo relevante en un día como hoy, en el que se conmemoran los 40 años que han pasado desde las primeras elecciones democráticas, es “mirar hacia adelante”.

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