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María Coll: “Podemos no hace política en los despachos, sino en las plazas y en la calle”

María Coll, candidata a la secretaria general de Tenerife por Claro que Podemos.

José R. Hernández

Santa Cruz de Tenerife —

En el diccionario hay palabras estrella que están en boca de todos y otras que pasan desapercibidas o, incluso, aquellas que por su falta de uso podrían estar incluídas en un catálogo de términos en vías de extinción.

Hasta hace bien poco, empoderamiento (que la RAE define como hacer poderoso o fuerte a un indivíduo o grupo social desfavorecido) era uno de esos vocablos grises y dificiles de pronunciar que, sin embargo, ha logrado salir del ostracismo gracias al auge de los movimientos sociales y la irrupción de Podemos en el panorama político español.

María Coll es, por puro convencimiento, una de las muchas responsables de este singular fenómeno ya que recurre constantemente a esta palabra como única alternativa para “desalojar a la casta caciquil de las administraciones y solucionar todos los despropósitos que ha acarreado su gestión a la ciudadanía”.

La candidata a la secretaría general de Podemos en Tenerife por Claro que Podemos explica siempre ha estado sensibilizada con cuestiones como el derecho de los animales y, tras estar vinculada a varios movimientos sociales como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o el Frente Cívico de Tenerife desembarcó en Podemos porque entiende que es “una herramienta que da a la gente a la capacidad de hacer política y decidir sobre nuestra sociedad”.

Así pues, tras una toma de contacto con la asamblea de Candelaria comenzó a implicarse activamente en el movimiento hasta encabezar la lista para el proceso de elecciones internas a la secretaría de su municipio que perdió por sólo seis votos, y de ahí, a encabezar una de las planchas que optan a liderar Podemos en Tenerife.

Al respecto, apunta que “ahora mismo estamos construyendo el partido y, lógicamente hay distintas candidaturas porque en nuestro seno existen diversas formas de pensar, pero eso es totalmente normal, democrático y enriquecedor”. Además, bromea con que “si todos opináramos lo mismo sería muy aburrido”.

No obstante, aclara que “estas diferencias están vinculadas prácticamente a temas estructurales u organizativas ya que en temas sociales y políticos, la línea ideológica coincide casi al 100% y están eminentemente enfocadas a la defensa de los derechos humanos, civiles y sociales frente a cualquier otra cosa”.

En este contexto, enfatiza que “no es fácil construir un partido, esto es un gigante al que estamos dando forma y lo estamos haciendo de una manera rigurosa, abierta y transparente, lo que puede dar lugar a la interpretación errónea de que estamos a la gresca”.

De hecho, argumenta que “esas discusiones que se producen en Podemos a nivel interno las pueden tener multiplicadas por diez cualquier otro partido”.

Coll reconoce que, “tal y como ocurre en una asamblea de cualquier colectivo, a veces hay broncas y discusiones, pero tenemos claro que nuestros enemigos no son los de las otras candidaturas, esos solo son compañeros que tienen otra manera de pensar. Por contra, somos conscientes de que el enemigo es la casta caciquil que nos han quitado los derechos durante tantos años”.

En cuanto a su postura sobre la doble militancia de los miembros de Podemos, que ha sido el principal punto de desencuentro entre las distintas corrientes del partido, reitera que “se trata de una opción que está contemplada en los documentos aprobados en la asamblea constituyente nacional” y, por tanto, entiende que es perfectamente válida.

A su juicio, Sí se puede -que ha sido el elemento perturbador entre las dos facciones de Podemos- “es un partido político honesto y que lleva trabajando con la ciudadanía muchos años por lo que debemos estar juntos”. En definitiva, plantea que “toda la gente decente y honesta de esta isla tenemos que unirnos y aprovecharnos los unos de los otros, en el buen sentido de la palabra, porque si no, no vamos a llegar a ningún sitio”.

Mirar por el bien común

“Hay que mirar por el bien común, que es intentar devolver a la ciudadanía y poder y la autogestión de su propia sociedad y para ello no creo que se deba tener en cuenta si la persona con la que vas a trabajar se de Sí se puede o de otro partido”.

En cuanto a las críticas de un presunto interés de minimizar el papel de los círculos ciudadanos o directamente de suprimir alguno de ellos, Coll apunta que, a nivel personal considera que “son la base principal de Podemos, así que sin ellos este partido no existiría, por lo tanto no sólo creo que se deban mantener sino que deben constituirse muchos más”.

Segun subraya “Podemos no es un partido típico, sino una herramienta para hacer política y en este partido no se hace la política en los despachos sino en las plazas y en las calles”.

Aún así, aclara que “después de la constitución de los consejos insulares vendrá un proceso de validación de los consejos insulares y si finalmente se decide poner o quitar un círculo, que entiendo que será en función de su utilidad o de si puede generar una cierta duplicidad, no dependerá de lo que diga un consejo ciudadano insular, sino de lo que determine un consejo de validación”.

Sea como fuere, incide en la defensa de estos órganos porque “la base de la política social debe ser del pueblo” y a pesar de que el mantenimiento de este sistema pueda generar un engranaje demasiado amplio no duda de su operatividad. “Hay estructuras y protocolos muy estudiados para que haya una democracia participativa real efectiva”, sentencia al respecto.

Ante la tesitura del día después de que se conozcan los resultados de este proceso de elecciones internas, Coll explica que “las principales tareas del consejo ciudadano son preparar unas votaciones primarias para elaborar una lista para el Cabildo y, a continuación, poner en marcha un proceso para la elaboración colectiva de un programa electoral a través de los círculos municipales y sectoriales”.

Esta labor, según recuerda, compete a todos, tanto a los que hayan vencido como a los que no. Por eso, asegura que “gane o pierda lo primero que haré será llamar a los representantes de las otras candidaturas para empezar a trabajar juntos”.

En cuanto a otros asuntos de la actualidad política internacional, Coll alberga ciertas esperanzas tras la victoria de Syriza en Grecia, ya que “lo que está pasando en Grecia está cambiando la politica europea, aunque los poderes económicos no se lo van a poner nada fácil”. Aún así, y pese a ciertas similitudes, recalca que “España y Grecia no son lo mismo y por tanto no se pueden comparar”.

Por otro lado, confiesa que le ha desilusionado la ausencia de mujeres en el gabinete de Alexis Tsipras. “Como mujer sí que lo he visto mal” apostilla al tiempo que sentencia que le cuesta imaginar que entre tantos millones de griegas no hubiera ninguna lo suficientemente preparada para ocupar un cargo de ministra.

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