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Mentiras, retrasos y silencio: el desastre del cribado de cáncer de mama en Andalucía
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, se enfrenta a una creciente ola de críticas por su gestión del programa de cribado de cáncer de mama. Las contradicciones y afirmaciones falsas por parte del Gobierno andaluz en sede parlamentaria y ante los medios de comunicación han dejado al descubierto un escándalo sanitario de enormes dimensiones, con miles de mujeres afectadas y una falta de transparencia alarmante.
1. “No hay lista de espera para cáncer”: FALSO
Moreno Bonilla afirmó públicamente que en Andalucía no existen listas de espera para pacientes oncológicos, insinuando que el sistema responde de forma inmediata ante sospechas de cáncer. Esta afirmación es rotundamente falsa. Diversos informes médicos y testimonios de pacientes evidencian retrasos de hasta varios meses en pruebas clave como mamografías, ecografías o biopsias. Además, el colapso del programa de cribado impide incluso la detección precoz, lo que impide que muchas mujeres lleguen a la vía rápida oncológica. Negar la lista de espera equivale a negar una realidad que miles de andaluzas están viviendo.
2. “No se hacen mamografías en la privada”: FALSO
La Junta ha negado la existencia de conciertos con clínicas privadas para la realización de mamografías, insinuando que toda la actividad se lleva a cabo en la sanidad pública. Sin embargo, existen contratos firmados y presupuestados por la Junta que contemplan la realización de más de 80.000 mamografías anuales en centros privados. Esta derivación masiva —nunca reconocida públicamente por el presidente— no solo desmonta el discurso oficial, sino que plantea serias dudas sobre quién controla la calidad, los plazos y el seguimiento de estas pruebas.
3. “Ya se ha contactado con todas las mujeres afectadas”: FALSO
El Gobierno andaluz asegura haber llamado ya a todas las mujeres cuyo seguimiento fue interrumpido o anulado. No obstante, la presidenta de AMAMA Sevilla dijo que preguntó en una reunión con más de 100 mujeres y ni una había recibido llamada del SAS. Además siguen apareciendo numerosos testimonios de mujeres que llevaban años sin recibir cita, sin ser informadas de sus resultados o directamente “borradas” del sistema, sin ninguna comunicación oficial. Afirmar que el problema está resuelto cuando aún hay mujeres sin respuesta, sin diagnóstico y sin información es no solo falso, sino éticamente inaceptable.
4. “Solo hay 2.000 mujeres afectadas”: FALSO
La cifra de afectadas reconocida por la Consejería de Salud —2.000 mujeres— es claramente inferior a la realidad. Solo en Huelva, según datos filtrados por profesionales y medios locales, se habla de más de 3.000 mujeres sin mamografía desde hace más de dos años. También han salido casos en la mayoría de provincias. Esto implica que el problema no es puntual ni localizado, sino que afecta a múltiples provincias y a un número posiblemente muy superior a las 2.000 mujeres apuntadas por la Junta. La minimización de cifras busca claramente reducir el alcance político del escándalo.
5. “Es un problema limitado al Hospital Virgen del Rocío”: FALSO
Intentando acotar responsabilidades, la Junta ha atribuido el fallo exclusivamente a una descoordinación en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Sin embargo, la existencia de fallos similares en Huelva, Cádiz, Málaga, Jaén, entre otras provincias, desmonta esta narrativa. Esto demuestra que el colapso es de todo el sistema autonómico de cribado, lo que apunta a un fallo estructural de la Consejería de Salud y no a una simple disfunción local.
6. “El protocolo de 2011 eliminó los plazos y el deber de informar”: MANIPULACIÓN
El Gobierno de la Junta de Andalucía ha defendido que los protocolos vigentes desde 2011 restaban importancia a la notificación de resultados para evitar ansiedad en las mujeres. Esta es una manipulación del protocolo que es de 2005. El documento de 2011 es el proceso asistencial de atención a las mujeres con cáncer de mama. Por tanto, el único protocolo existente es el de 2005 en el que se recogen los plazos perfectamente y se habla del proceso de comunicación a desarrollar para informarlas.
7. “No se informó a las mujeres para evitarles ansiedad”: CONTRA LA LEY
Decidir unilateralmente no informar a las mujeres de que no se les había hecho una mamografía o de que su resultado estaba pendiente es una clara vulneración de la Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente, que establece el derecho a la información clínica como un principio básico. Alegar que se hizo para “no generar ansiedad” es una coartada paternalista e ilegal, que invisibiliza a miles de mujeres y las priva de su derecho a decidir sobre su salud.
8. “Contrataremos más de 60 radiólogos con el plan de choque”: INVIABLE
La Junta ha prometido un plan de choque que incluye la contratación de más de 60 radiólogos para reforzar el sistema. Sin embargo, la última convocatoria MIR dejó vacantes muchas plazas de esta especialidad en Andalucía, y solo 9 de 43 residentes eligieron plaza en la comunidad. Los propios colegios médicos han advertido que no hay profesionales suficientes en el mercado para cumplir esta promesa, que parece más una estrategia de propaganda que una solución realista.
9. “Hemos cambiado el protocolo”: SIN BASE TÉCNICA
Desde el Gobierno Andaluz se afirma que se ha reformado el protocolo del cribado para corregir los errores. Pero no se ha hecho público ningún documento nuevo, ni se ha explicado qué ha cambiado, en qué consiste la reforma o cómo se va a aplicar. Además, expertos sanitarios advierten que un cambio de protocolo debe ir acompañado de un consenso entre profesionales y sociedades científicas, además de formación, presupuesto y validación técnica, nada de lo cual ha ocurrido. Por tanto, hablar de un cambio de protocolo es, en la práctica, una afirmación vacía.
10. “La gestión del software fue un cambio técnico”: OMISIÓN GRAVE
Uno de los factores clave del colapso ha sido la decisión del Gobierno de quitar la gestión del software del programa a la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). Este cambio supuso perder el control centralizado y experto del sistema, lo que ha provocado fallos en la trazabilidad de las citaciones, en el seguimiento de pacientes y en la notificación de resultados. No reconocer este error ni dar explicaciones públicas es una omisión deliberada de una de las causas estructurales del desastre.
11. “No sabíamos nada”: DESMENTIDO DOCUMENTALMENTE
Tanto Moreno Bonilla como la consejera de Salud han alegado que no conocían la magnitud del problema hasta que salió en los medios. Sin embargo, existen reclamaciones registradas, informes internos y reuniones documentadas con asociaciones de pacientes, que alertaban desde hace meses (incluso años) sobre los fallos en el cribado. Esta prueba documental demuestra que el Gobierno de la Junta estaba informado y decidió no actuar, lo que agrava la responsabilidad política e institucional.
¿Una negligencia estructural… o algo aún más grave?
Este cúmulo de falsedades, contradicciones y ocultaciones no puede entenderse como errores aislados o fallos puntuales. Lo que se está destapando en Andalucía es, según voces sanitarias, jurídicas y sociales, un caso de negligencia institucional estructural que ha puesto en riesgo la salud —y potencialmente la vida— de miles de mujeres. La magnitud del escándalo va más allá de la mala gestión: se trata de una cadena de decisiones políticas, técnicas y administrativas que desmantelaron un sistema esencial para la detección precoz del cáncer de mama.
Si se confirma que muchas de estas mujeres dejaron de recibir una mamografía a tiempo por inacción o encubrimiento del Gobierno andaluz, podrían abrirse responsabilidades penales por omisión del deber de actuar y por vulnerar derechos fundamentales en materia sanitaria.
El Parlamento andaluz ya ha registrado peticiones de comparecencia urgentes, mientras asociaciones de pacientes, profesionales sanitarios y plataformas ciudadanas exigen dimisiones inmediatas, responsabilidades políticas claras y una auditoría independiente de todo el programa de cribado. Porque, en este caso, el silencio no solo fue cómplice: fue mortal.