El PSOE sancionará a la senadora Mayte Pérez, ex mano derecha de Javier Lambán en el Gobierno de Aragón, por faltar al pleno en la Cámara alta para acudir a un homenaje al expresidente autonómico el jueves en Zaragoza.
Fuentes del grupo socialista en el Senado han confirmado que se le ha abierto un procedimiento sancionador por no asistir a la sesión, porque así está contemplado en el régimen interno de la formación. Pérez, que fue consejera de Presidencia y portavoz en el Ejecutivo autonómico entre 2019 y 2023, comunicó previamente su decisión, según ha podido saber este periódico, pero desde el PSOE consideran que la causa no está justificada.
El motivo era participar en la entrega a Lambán del retrato que le ha hecho la pintora Isabel Guerra, encargado por el Gobierno de Jorge Azcón para rendir homenaje a los expresidentes. Una tradición que se perdió con Luisa Fernanda Rudi y que ahora ha recuperado el dirigente popular. El acto se convirtió en un homenaje a la figura del exdirigente ejeano, que afronta una larga enfermedad. En él participaron todos los consejeros socialistas de Lambán salvo cuatro: la ministra Pilar Alegría, Fernando Gimeno –ninguno de los dos estaba invitado–, Felipe Faci y Marta Gastón, en este último caso también por una cuestión de salud.
El expresidente aragonés ha agradecido a Pérez este viernes, en un mensaje en X, su “coherencia” y “dignidad”.
El propio Lambán fue sancionado con 600 euros en dos ocasiones por romper la disciplina de voto en el Senado en dos polémicas votaciones, por la Ley de Amnistía y por el concierto con la Generalitat catalana. El expresdiente aragonés optó por no emitir voto.
Las fuentes socialistas consultadas aseguran que el caso de Mayte Pérez –que tomó el testigo en marzo de Lambán en el Senado tras dejar su escaño en las Cortes– es distinto y que la sanción será menor de esos 600 euros, pero no han concretado la cuantía.
El evento del jueves se celebró en el Edificio Pignatelli de Zaragoza, sede del Gobierno de Aragón. Allí, Lambán descubrió el retrato elaborado por Isabel Guerra, en un emotivo acto que reunió también a su familia y a los actuales miembros del Ejecutivo.
En su intervención, el expresidente aragonés volvió a lanzar el mensaje de que se siente “huérfano de representación” en lo que a su partido se refiere. “En este momento el PSOE me duele en el alma, mientras que Aragón por el contrario me alegra el corazón”, destacó. Y se reconoció como “militante de la Constitución del 78 y de la socialdemocracia clásica” a la que le “gustaría contribuir”. La situación actual le ha conducido, afirmó, a convertirse en “militante aragonesista”.