Asturias registró 3.913 nacimientos entre enero y octubre de este año, un 2,9 por ciento más que en el mismo periodo de 2023, según los datos publicados por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei). La cifra supone un ligero respiro dentro de la prolongada tendencia de envejecimiento de la población asturiana.
En paralelo, el número de defunciones se redujo un 1,1 por ciento en los diez primeros meses del año, hasta las 10.893. Con estos datos, el saldo vegetativo continúa siendo negativo —se registran muchas más muertes que nacimientos—, aunque la diferencia se estrecha ligeramente: Asturias perdió 6.980 habitantes por este motivo, 231 menos que en el mismo periodo del año anterior.
Envejecimiento estructural
El comportamiento demográfico de este año contrasta con el cierre de 2024, cuando la comunidad elevó el número de nacimientos un 2,6por ciento, hasta 4.665, la segunda cifra más baja de toda la serie histórica, solo por encima de la de 2023 (4.545). A la vez, las defunciones aumentaron un 1,1 por ciento, hasta 13.150.
Ese balance dejó un saldo vegetativo negativo de 8.484 personas en 2024, 114 más que en 2023 y el cuarto dato más desfavorable desde 1990, solo superado por los registrados en los años 2020 (9.779), 2022 (9.192) y 2021 (8.582), marcados por los efectos de la pandemia y el envejecimiento estructural.
Pese al repunte de nacimientos hasta octubre, Asturias continúa situada entre las regiones con peor saldo demográfico del país, lastrada por su baja natalidad y una de las medias de edad más altas de España