España vence a Japón y comienza a escalar puestos en la clasificación
España, Argentina y Brasil sumaron en positivo al ganar sus respectivos partidos de la octava jornada de la Copa del Mundo, mientras que Puerto Rico no tuvo opciones ante Rusia, que es la única selección invicta.
España comienza a escalar puestos en la clasificación, tras ganar a Japón y a pesar de que llegó tarde al partido. Japón salió acelerado, como una moto y cogió con el pie cambiado a la selección.
Con 21-13 a favor de los anfitriones, el set estaba perdido, pero entonces apareció España y con un parcial de 0-6 metió el miedo en el cuerpo a los japoneses. Apareció todo de repente: buenos saques, buenos bloqueos, mayor intensidad ofensiva y el ataque volvió a sus números habituales.
España llegó incluso a empatar el partido y a levantar dos bolas de set, pero a la tercera sucumbió debido a sus propios fallos iniciales.
Pese al jarro de agua fría y a un titubeante inicio de la segunda manga, en el que pareció que se volvían a cometer errores tontos, España comenzó a demostrar a Japón que su juego, sus ganas, su técnica, su trabajo y su ilusión eran superiores y que querían ganar el partido por méritos propios.
Las ventajas comenzaron a señalar al equipo español, que se beneficiaba de las buenas acciones de Guillermo Falasca, de Israel Rodríguez y de Manuel Sevillano, sustituto de un desdibujado Kike De la Fuente.
Con Miguel Ángel Falasca como director de orquesta, la diferencia entre los dos equipos cada vez se fue haciendo más grande. Japón, tiene poco más que una gran voluntad por agradar, mientras que España fue y es superior en todos los aspectos del juego.
Argentina sufrió y supo sobreponerse a sus errores, sobre todo en el tercer set, y acabó doblegando la voluntad de los faraones, de Egipto, en un partido falto de ritmo pero muy educativo para esta joven selección.
Egipto es un equipo atípico, en el sentido de que no se juega nada, que sabe cual es su situación dentro del concierto internacional del voleibol y que siempre sale a arriesgar porque tiene muy poco que perder.
Argentina ganó los dos primeros sets y perdió el tercero porque bajó un poco el ritmo y la concentración, pero Jon Uriarte, seleccionador argentino, llamó al orden a los suyos y el equipo volvió a la seriedad en el bloqueo y al trabajo defensivo, con llevó parejo el acierto en ataque, en el volvieron a sobresalir Marcos Milinkovic (17 puntos) y Guillermo García (26).
De auténticamente placentera hay que calificar la estancia de Brasil en Okayama, puesto que ha ganado los tres partidos que ha disputado, no ha tenido problemas con las lesiones y su entrenador, Bernardo Rezende, ha podido repartir descanso entre sus titulares habituales.
Si no jugó Giba, este martes le tocó el turno del descanso a Rodrigao y Dante. Además, Marcelinho no jugó parte del primer y segundo set y el tercero lo vio, íntegro, desde el banco.
Es decir, mejor imposible. Del partido poco hay que decir. Que Brasil no jugó ni a medio gas, porque no tuvo necesidad. Que Corea del Sur no osó revelarse contra el campeón del mundo. Y que el partido-entrenamiento le vino muy bien a los jugadores para mantener su estado de forma física.
Puerto Rico sabía que ganar a Rusia, la única selección invicta de la Copa del Mundo de voleibol, era una misión casi imposible, pero nunca volvió la cara ni bajó los brazos ante un equipo que no hizo concesiones y no reservó a ninguno de sus titulares.
La historia de los dos primeros set fue muy parecida, con Puerto Rico muy centrado en el partido y dominando por muy escaso margen en los primeros puntos, hasta que la selección europea adquiría la velocidad de crucero y, basándose en los saques, sobre todo en los de Poltavskiy, tomaba una ventaja, que luego rubricaba con cierta facilidad en los puntos decisivos.
Puerto Rico se ha ganado el respeto de los demás países participantes y una buena muestra de ello es que Rusia no reservó a ninguno de sus titulares, quizá porque no se fiaba de los boricuas y de su buen momento de forma.
En el tercer set, el cansancio hizo mella en los jugadores y los rusos, con la frialdad y destreza de un cirujano, se limitaron a hacer su trabajo, a vencer por 0-3 y a mantenerse invictos.