La expulsión de Alberto merma al Tenerife y permite el triunfo del Almería

Aitor Sanz

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El CD Tenerife sigue empeñado en poner un poco más de suspense a su permanencia según se va acercando el final del curso. Este viernes tenía un examen exigente ante el Almería que aguantó como pudo hasta que una entrada de Alberto, innecesaria y a destiempo, provocó su expulsión a cuatro minutos del descanso. Luego, perdonó el 1-0 con un mal remate de Fran Sol y acabó encajando el 0-1 definitivo por la decantación de llegadas del rival. En una apareció el talento de Ramazani para definir (m.69) y sobraron después veinticinco minutos hirientes.

El último mes de los blanquiazules viene confirmando que llegan casi sin crédito después de que Ramis fuera capaz de sacarlo de problemas para hacerlo mirar hacia arriba a la vuelta de marzo. Lo que llegó después es una sucesión de partidos irregulares en los que alterna la ineficacia ofensiva con errores groseros —como el del Alberto esta noche— y una alarmante ausencia de forma en un equipo disminuido aún más por la corta rotación en la que se empeña su entrenador.

La tarjeta roja que se buscó el defensa majorero, corrigiendo un error sin mayor peligro en zona de nadie con otro mayor al pretender un corte con los dos pies al frente, era todo lo que necesitaba el partido para que el guion de Ramis acabara en la papelera. Hasta el 41, arrancó notable el Tenerife —casi diez minutos sueltito y apareciéndose ante Makaridze por la habilidad de Shashoua y el recorrido de Pomares—, aguantó bien la superioridad del Almería con el balón y pudo pensar en llevar al encuentro a un final abierto, frente a un rival que no defiende especialmente bien.

Hasta el 41, permitió lo justo a Sadiq mientas se cuidaba de no conceder faltas en la frontal, sufrió un rato cuando Carvalho dividió la línea entre Alberto y Pomares y respondió con los mejores minutos de Shashoua. Y hasta la tuvo la mejor opción, un remate en boca de gol de Joselu (m.37) mal resuelto por el onubense por más que le cayera a su siniestra.

Una acotación. También hasta el 41 y luego también, sobrevivió el Tenerife con un partido espléndido de Aitor Sanz, sin cuyo concurso este equipo se habría caído más veces este año. Cortó limpio aquí y allá, fijó el escalonamiento local, descargó con sentido y tuvo la pausa justa para sacarla jugada u optar por el mejor pase de seguridad para dar aire a su equipo.

Sanz, ejemplo en el que debería mirarse más de media plantilla, ha ido creciendo y creciendo, después de ocho años en la Isla, hasta hacerse un sitio junto a los tinerfeñistas que marcaron época —Molina, Toño, Felipe, Villar, Pepito…—, ese tipo de futbolista del que nunca se puede prescindir salvo lesión o sanción.

Después del 41, fuera Joselu —una vez más intrascendente— para que entrara Sergio como segundo central con Sipcic, el Tenerife hizo lo que pudo mientras avisaba el Almería de que tendría una letal. Tiró Rubi de un fondo de armario inacabable y metió en la pausa a Ramazani por Corpas (12 goles en el campeonato) y con el belga se revolucionaron los indálicos.

El primer aviso (m.57) fue un pase de la muerte de Lazo tras una apertura al flanco del mismo Ramazani. Batido Dani, no la cazó aquel y si la pilló, pifiada, Sadiq. En la definitiva se invirtieron los roles. Cazó Sadiq una pelota de vuelta, se hizo sitio por la banda izquierda y la colocó en el área para que Ramazani obligara a Dani a vencerse. Dejó sentado al portero, hizo el quiebre y remató a puerta vacía mientras Pomares trataba de oponerse. Un toque del arsenal de calidad individual que maneja el Almería, solo tercero pese a todo.

Antes de la tragedia, con todo, pudo cambiar el desenlace el Tenerife con un buen servicio de Nono al área que cazó mal de cabeza Fran Sol (m.52), con un remate potente que no cogió puerta. Pero hasta ahí llegó la capacidad de los blanquiazules para discutir el resultado. Inexplicablemente, Ramis quitó con el 0-1 a Shashoua, dio paso a Kakabadze para que Moore obrara de volante derecho y el Tenerife se quedó sin el único jugador capaz de hacer algo imprevisto.

Cuando quiso echar el resto, quitó de golpe a Sol, Moore y Nono para colocar a Jacobo —reaparecido después de su lesión en diciembre—, Apeh y Valera. La consecuencia fue la esperable. Un jugador recién empezando a coger la forma, un delantero sin goles después de 38 partidos y un extremo sin espacios para arrancarse por conducción o regates. Un sinsentido, al cabo, del que no participaron, otra semana más, Suso o Jorge Padilla, caídos al fondo de la lista de méritos.

(0) CD TENERIFE: Dani Hernández; Moore (Valera, m.78), Sipcic, Alberto, Pomares; Shashoua (Kakabadze, m.61), Aitor Sanz, Javi Alonso, Nono (Jacobo, m.78); Joselu (Sergio, m.43) y Fran Sol (Apeh, m.78).

(1) UD ALMERÍA: Makaridze; Buñuel, Maras, Jorge Cuenca, Sergio Akieme; Morlanes, Petrovic (Robertone, m.46); José Corpas (Ramazani, m.46), Carvalho (Juan Villar, m.66), Lazo (Aketxe, m.66); y Sadiq (Centelles, m.86).

ÁRBITRO: Álvaro Moreno Aragón (Comité madrileño). Expulsó a Alberto (m.41) por una entrada violenta. Amonestó a Moore (m.73), Pomares (m.80) y Sergio (m.84) y a los visitantes Robertone (m.43) y Maras (m.59).

GOL: 0-1, Ramazani (m.69).

INCIDENCIAS: Partido de la 38ª jornada de LaLiga SmartBank 20-21, jugado a puerta cerrada en el estadio Heliodoro Rodríguez López. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Francisco López Gómez, socio-accionista número 1 del CD Tenerife. Los jugadores de ambos equipos saltaron al campo vistiendo camisetas recordando la desaparición de las niñas Olivia y Anna Gimeno.

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