El Tenerife rescata un punto tras ceder al Sporting otro gol inverosímil

Nacho celebra su gol al Sporting

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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Otro error inexplicable por la falta de tensión obligó al Tenerife a remar desde que amanecía el partido para firmar tablas con el Real Sporting. Se encontró andando el minuto 15 una pelota regalada por José León por adornarse con un regate antes de sacarla jugada, no perdonó Cristo en el mano a mano con Soriano y provocó la pifia otro partido frustrante del que, al menos, sacó el equipo de Ramis un punto después de una segunda parte notable y el gol de Nacho.

Sigue este Tenerife como cogiéndole aún el pulso al curso. Va sumando jugadores venidos de la enfermería, ganan ritmo de competición los titulares llamados a darle un toque de excelencia, concede menos en el área que hace un mes y es capaz, cuando menos, de no perder. Otra cosa son los fallos con valor de gol que concede y concede, el de este viernes firmado por un central impecable hasta el último junio.

Antes, un arranque eléctrico de los blanquiazules, justo hasta que se apareció José León para romper el guion y aumentar de llovizna a aguacero el agua que mojaba el Heliodoro. Productivo desde el inicio por el flanco de Waldo, viniendo por dentro el extremeño para dividir ­–capaz el grupo de circular el balón y jugarlo al espacio a la espalda de los medios visitantes­–, se le fueron acumulando las llegadas al área y las ocasiones. Una temprana sin remate, luego un tiro atragantado de Iván Romero, al Tenerife le nacía solo un dinamismo que apagó el 0-1 y no recuperó hasta el segundo capítulo.

El gol de Cristo no mató el Tenerife, pero sí hizo que le asomaran las dudas y el instinto de la mera supervivencia, un tercio de partido con más dudas que acomodó al grupo de Abelardo –incluso pese a perder lesionado a Nacho Méndez–, y hasta rozó el segundo con un tiro franco de Gragera (m.43) que no tomó camino entre los palos. Antes, solo un tiro de Teto (m.31) –rebotado por la zaga y el larguero– que dejó batido a Mariño no fue aprovechado por Iván Romero, forzado en un remate casi imposible. Consumido el primer acto, el Tenerife al menos no se había desangrado.

El regreso de la pausa fue otra cosa. El Sporting dio un paso para guardarse en media cancha y los locales firmaron otro arranque hiperactivo por la banda de Mellot que le dio para dos remates limpios de Waldo en lo que Ramis movía ficha andado el medio tiempo. Quitó a Larrea para que Javi Alonso hiciera la dupla con un Aitor Sanz que va necesitando un reseteo y metió también a Appiah para que, hoy sí, armara un lío asociado con Mellot o manejándose solo. Tirando paredes cuando no encarando, Appiah reclamó por fin su cuota. Está por ver si es jugador de cada semana o una suerte de torero que solo aparece cuando decide que encontrar estímulos.

A empujones a veces, honrado siempre, el Tenerife halló premio en lo que, inexplicablemente, no buscaba en los pies de Teto el punto de distinción que rompiera la línea del Sporting. El chico no empeora nada de lo que pasa por su pie derecho y eso que solo jugó un ratito por detrás de Gallego. Arrimado a la línea, el resto de su primer encuentro entero tuvo más ofrecimiento que balón, un desperdicio cuando pudo percutir su equipo por las dos bandas para dar una alternativa a todo lo bueno que llegó por el lado de Mellot.

El pleno de un equipo que a falta de un nueve matador va repartiendo goles en todas sus líneas lo acertó Nacho para cerrar la enésima aparición con sentido de Mellot –crece y crece este francés que ya se adorna y va y viene sobrado–, un centro al cogollo del área, un despeje al balcón y un remate mordido de Nacho –luego de que Teto renunciara a un control dificultoso– que rebotó, raso, en el palo corto de Mariño y acabó puerta dentro.

Redivivo el Tenerfie, reanimado al Heliodoro –¡Sí se puede, sí se puede!–, el último arreón no dio para nuevos festejos, más que pudo marcar Teto contra el portero vencido (m.89) o Appiah finalizado una vuelta desplegada que obligó a Mariño a meter una mano abajo salvadora (m.90).

Al cabo, el Tenerife firmó unas tablas dolientes. Mejor en la suma de méritos que el Sporting, le queda todavía una travesía de treinta y ocho etapas en esta inacabable Segunda. No pinta aún con la solvencia del último otoño. Pero no se ha caído, por más las que las lesiones y una pretemporada demasiado larga pudieron derribarle. Cumplido un séptimo de campeonato, promete más el futuro que se adivina en octubre que este presente de fallos en bucle que le penaliza cada semana.

(1) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Sipcic, José León, Nacho; Waldo (Borja Garcés, m.76), Aitor Sanz, Larrea (Javi Alonso, m.68), Teto; Iván Romero (Appiah, m.68) y Enric Gallego.

(1) REAL SPORTING DE GIJÓN: Mariño; Guille Rosas (Bamba, m.76), Izquierdoz, Pablo Insua, Diego Sánchez; Juan Otero, Nacho Méndez (Gragera, m.30), Zarfino (Pol, m.64), Pedro Díaz, Queipo (Djurdjevic, m.64); y Cristo (Jony, m.76).

GOLES: 0-1, m.15: Cristo. 1-1, m.79: Nacho.

ÁRBITRO: Francisco José Hernández Maeso (Comité Extremeño). Amonestó a Waldo (m.33) y Javi Alonso (m.88) y a los visitantes Guille Rosas (m.60), Gragera (m.84) y Pablo Insua (m.90+2).

INCIDENCIAS: Partido de la octava jornada de LaLiga SmartBank 22-23 disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 11.057 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de Jesús Gutiérrez Delgado, Borbolla, ex directivo del CD Tenerife.

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