La novia despechada

Para elegir la opción de la casualidad hay que buscar los males -aún arrastra unos cuantos- que azotan a la UD Las Palmas fuera de la lógica, un ejercicio al que me resisto. Para llegar a una conclusión tan disparatada o absurda habría que achacar, como posibilidad, la condición de gafe al aficionado o, mejor aún, a su disfraz, blanco e impoluto, de novia radiante. Incluso se podría culpar a la combinación seguidor-atuendo carnavalero. Aparte del fanático que no quiera ver más allá, nadie más debería reparar en esta opción para encontrar una explicación al horroroso partido de fútbol que firmó la Unión Deportiva ante la Ponferradina y, también, a los apuros que acompañan al equipo amarillo este curso.

Atrás la casualidad, entra de lleno la causalidad, que es la simple relación entre una causa y su efecto. La Unión Deportiva Las Palmas juega mal y la novia se enfada. Y punto. El problema toma dimensiones a tener en cuenta cuando se repara en que no es la primera vez que sucede. El primer desencuentro conocido entre el equipo y su seguidor, esa curiosa prometida, tuvo lugar el 5 de marzo de 2006. Aquel día, el conjunto amarillo, en una jornada carnavalera, empató en el Estadio de Gran Canaria ante el Leganés (0-0).

Ese tropiezo, el cuarto de la UD Las Palmas en su feudo durante la campaña pasada, dio un poco más de forma a la inevitable salida de Josip Visnjic del club grancanario. El técnico serbio, enfrentado con Juanito (por aquel entonces sólo director deportivo de la entidad y único hombre de máxima confianza para el presidente, Miguel Ángel Ramírez), llevaba tiempo sentenciado. Sólo hacían falta un par de malos resultados para precepitar su finiquito. Todo llegó poco después. En dos semanas. El Playas de Jandía sumó un punto en su visita al Estadio de Gran Canaria y Visnjic, torero y hastiado él, dimitió.

Luego se desencadenó la tormenta perfecta. La UD Las Palmas ascendió. Subió de aquella manera, con aquel zapatazo agónico de Nauzet Alemán en Anoeta (sí, él sigue siendo el gran culpable), pero subió. Se cumplió el objetivo y el equipo amarillo abandonaba una categoría ruinosa en la que el fútbol se degrada. ¿Nada que objetar entonces? Casi. Las formas, ese aspecto que tan poco se valora en la sociedad actual. Un plan de asalto poco idóneo, lanzado hacia el todo vale, en el que la sensación es que primó la improvisación y que ahora, ocho meses después, pasa factura a un conjunto que pelea, con la misma receta -por desgracia-, para eludir caer de nuevo al foso.

Ya no está Visnjic, pero el juego de la UD Las Palmas provoca el enfado de la misma novia. Carlos Sánchez Aguiar se fue hace tiempo y aún a él se le achacan algunos males de este equipo. Se han ido futbolistas que no aceptaron ser jugadores de cámara. Muchos, incluso, salieron por la puerta de atrás. Su pecado: no entrar por el aro.

Pero a pesar de que los culpables parecían estar localizados y todos abandonaron la nave bajo un dedo acusador, el mismo que convierte el club en un coto privado, la máquina no acaba de funcionar y la novia sigue molesta. ¿Por qué? ¿Por qué tanta intransigencia de la prometida? Tal vez será porque este equipo hace tiempo que no juega bien al fútbol -fundamental para un equipo de fútbol, ¿no?-, tal vez será porque después de 28 fichajes en año y medio la plantilla se solidifica a partir de los que ya estaban y tal vez será porque los castillos de naipes no aguantan mucho en pie. Y ojo, porque no hay nada peor que una novia despechada.

PD- Varias preguntas para terminar. ¿Cuándo, de una vez, comenzarán las obras de la Ciudad Deportiva de Barranco Seco? ¿Cuándo, también de una vez, se cerrará el proceso concursal? ¿Y, sobre todo, cómo está Alberoni para que Juanito opte por Fredi antes que por el brasileño?

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