Suárez Navarro: ''Confié en mi''
Carla Suárez Navarro no había pisado nunca la central de Roland Garros hasta que hoy tuvo que medirse a la francesa Amelie Mauresmo, ex número uno mundial, cabeza de serie 22 y favorita del público local, pero con confianza en si misma logró el pase a tercera ronda en su primera aparición en un Grand Slam.
“Confié en mi y no me fijé en los factores exteriores y eso me ayudó para la victoria”, afirmó la tenista canaria, exultante de felicidad, tras imponerse a Mauresmo por 6-3 y 6-4 en sólo 72 minutos.
“No es el día más feliz de mi vida, pero a nivel deportivo es un día muy importante, porque ganar un partido en estas condiciones y en este tipo de torneos es muy importante”, aseguró.
Suárez Navarro, que tiene 19 años y el puesto 132 del mundo, pero mostró descaro de una veterana para imponerse a la favorita de la grada.
Había pisado la Central de París por primera vez durante la mañana para entrenar, pero desde que llegó a la capital francesa había captado el ambiente de los grandes partidos y preparado su mente para afrontar esos duelos.
“Me vino bien pensar que era una pista más, con las mismas condiciones que y que el público estaría con la francesa”, comentó la tenista, que en primera ronda también derrotó a una francesa, Pauline Parmentier, procedente de la fase previa.
Suárez Navarro confía en su fuerza mental y en su confianza. “En la cabeza está todo, pero me faltan muchas cosas que mejorar y si sigo en esta línea podré mejorar”, aseguró.
La canaria ha dado un salto importante esta temporada, en la que consiguió el primer punto de España en las semifinales de Copa Federación contra China.
“En pretemporada mejoré mi derecha, los apoyos y la movilidad de pies, y a parte de eso, a medida que pasan los torneos, una madura de cabeza y esa es una de las claves”, dijo la canaria, una de las pocas tenistas del circuito que tiene revés a una mano.
Su objetivo del año era entrar entre las 80 mejores del mundo y, gracias a su triunfo contra Mauresmo, ya logró meterse en el top-cien.
A Mauresmo la ganó porque, a medida que avanzaban los minutos se sintió mejor en la Central, todo lo contrario que la francesa, a quien pesó la presión de la grada.