El suizo Fabian Cancellara, primer líder del Tour 2007
El campeón del mundo de la lucha contra el crono, el suizo Fabian Cancellara, dio un golpe de autoridad para imponerse en Londres en el prólogo del Tour de Francia y vestir en primer maillot amarillo por segunda vez en su carrera, tras haber ganado el primer asalto de la ronda gala en 2004.
Con un crono impresionante, el helvético del CSC puso en hora el Big Ben, punto de partida de los casi ocho kilómetros que marcaron el inicio de las tres semanas de la ronda gala y que sirvieron para constatar que algunos de los favoritos llegan en buena forma a la carrera.
Como estaba previsto, el prólogo no fue una jornada para los españoles, que no colaron ningún representante entre los diez primeros y que tuvieron que conformarse con el undécimo lugar de José Iván Gutiérrez, del Caisse d'Épargne, el mejor clasificado, por delante de Mikel Astarloza, de Euskaltel, décimo cuarto, y de un sorprendente Alberto Contador, del Discovery, que fue decimoquinto.
Más positiva fue la jornada para el conjunto Astana, que estuvo a punto de lograr la victoria de la mano del alemán Andreas Kloeden y que vio como su jefe de filas, el kazako Alexandre Vinokurov, conseguía un séptimo puesto que acredita el buen momento que atraviesa.
Pero sus esfuerzos quedaron en vano ante la demostración de potencia de un Cancellara que demostró que por algo luce en sus espaldas el maillot de campeón del mundo contrarreloj.
Impulsado por un público cálido y festivo, el de Berna, de 26 años, fue el único ciclista capaz de recorrer en menos de nueve minutos el monumental camino que repasó la historia de Londres y con sus 8:51 minutos superó en doce segundos a Kloden y en 23 al estadounidense George Hincapie.
“Me gustaría que este triunfo fuera un ejemplo para los jóvenes, para demostrarles que con trabajo se pueden conseguir cosas”, aseguró el helvético ante el alud de preguntas sobre su director de equipo, el confeso dopado Bjiarne Riis, ausente en el Tour, y sobre su colaboración con el doctor Luigi Cecchini, implicado también en prácticas fraudulentas.
Cancellara perseguirá ahora mantener el jersey de líder, algo que logró durante dos días en 2004 ganó el prólogo del Tour en la localidad belga de Lieja, para lo cual contará con todo el arsenal de fuerza del equipo CSC, que desviará parte de la energía que, en principio, tenía reservada para el español Carlos Sastre.
Encantado por su segundo triunfo, Cacellara reconoció que vivió uno de los días más felices de su vida: “Ganar el maillot amarillo en Londres, con el jersey de campeón del mundo contra reloj, en un 07/07/07,... no se puede pedir más. Bueno sí, que alguien encuentre mi maleta que está perdida en un aeropuerto de Londres”, bromeó.
La locomotora suiza aplastó una prólogo que durante muchos minutos parecía prometida al germano Kloden, subcampeón del Tour en 2004 y que en principio se debe a Vinokurov.
El alemán había impresionado batiendo a especialistas de la disciplina como el estadounidense George Hincapie o los rusos Vladimir Gusev y Vladimir Karpets, además de al londinense Bradley Wiggins, que no pudo cumplir el sueño de imponerse en su ciudad
Solidez del primer líder
Pero la fuerza de Cancellara, que fue el antepenúltimo participante en tomar la salida, dejó poco espacio a las dudas. Sólido sobre la bicicleta, sin vacilaciones en un recorrido plano y sin complicaciones, el suizo logró una renta de siete segundos en el punto intermedio y todavía la mejoró en otros cinco en la meta.
Su impresionante crono relegó a la categoría de anécdota la participación de Oscar Pereriro, último en tomar la salida, que privado del maillot amarillo hasta que se resuelva el expediente de Floyd Landis y sin el “uno” que le habría acreditado como el virtual ganador de la pasada edición, fue el cuarto mejor español en meta a 37 segundos del ganador.
Más llamativa fue la actuación de Contador, un acreditado escalador que sobre las calles de Londres consiguió un impresionante crono a sólo 35 segundos del mejor tiempo y rodeado de rodadores más acostumbrados a este tipo de pruebas.
Alejandro Valverde perdió 43 segundos en la meta, aunque reiteró que tiene buenas sensaciones, algo que deberá demostrar cuando el terreno comience a ser más propicio a sus cualidades.
Los dos patrones del Caisse d'Épargne salieron sin arriesgar y terminaron muy cerca de los otros favoritos, inmersos en una horquilla que augura que el Tour de Francia todavía no ha comenzado las hostilidades.
Aunque para algunos puede que el pescado esté vendido, como el londinense Wiggins, que contaba con ganar a la puerta de casa.
Al ciclista de Cofidis no le valió con el impulso popular y con su experiencia contra el crono acumulada en años de competición en pista para conseguir una victoria que le parecía prometida, tanto por la distancia a recorrer como por el conocimiento del lugar, el mismo en el que aprendió a montar en bici.
Decepcionante fue también la actuación del escocés David Millar, otro especialista del género que jugaba en casa y que se marchó con un pobre decimotercer puesto y con la promesa de que buscará una victoria de etapa en el Tour