Zancada hacia la salvación
Ya lo avisaba Juanito, técnico de la Unión Deportiva: “Me da igual jugar mal, lo que necesitamos es sumar puntos”. Se cumplió el presagio. El equipo amarillo no ofreció arte sobre la hierba, ni mucho menos. Incluso, apeló al conformismo en la segunda parte. Un punto también valía. Lo que sí dejó fue la sensación de tener controlada la batalla y terminó llevándose a casa un botín mayor de lo esperado.
Era una incógnita conocer lo que podría suceder en el coqueto Mendizorroza. El cuadro insular medía fuerzas con un rival malherido, que sufre el dolor de ver las gradas semivacías (poco más de 4.000 espectadores, y con precios especiales) por el desencanto existente entre la afición y el polémico presidente Dmitry Piterman. El Alavés, finalista de la Copa de la UEFA hace algunas temporadas, en la que cayó con la cabeza alta ante el todopoderoso Liverpool en un encuentro memorable, ha perdido el rumbo.
La escuadra albiazul no gana desde el pasado 14 de febrero, día en el que sorprendió al Tenerife en el Heliodoro (1-2). En su feudo, hasta este sábado, había perdido en tan sólo tres ocasiones, aunque esa circunstancia no ha evitado que se viera inmerso en una dinámica peligrosa, que le está arrastrando al abismo. Encadenar diez jornadas sin saborear el triunfo pesa. Y mucho.
Por contra, la Unión Deportiva se presentaba en Vitoria con el ánimo reforzado tras la remontada del pasado sábado ante el Hércules (3-1). El equipo amarillo está falto de creatividad, de variantes a su guión de juego. Pero esta carencia la contrarresta de la mejor manera posible: sumando puntos de incalculable valor.
Trashorras comienza en el banquillo
Juanito decidió cambiar una de las piezas más importantes del engranaje amarillo. La máquina, aunque a arreones, funcionó. Dejó en el banco a Roberto Trashorras para apuntalar la medular con jugadores más acostumbrados a luchar en el barro. Nacho Garro como péon, Cobas, constructor y Darino de enganche con el delantero, aunque colaborando en labores de destrucción.
El partido, especial para Víctor Afonso, que superaba en números de encuentros con la camiseta amarilla al mítico Guedes, comenzaba como se esperaba, con un Alavés al ataque, con la intención de sacudirse la presión adelantándose en el electrónico. La apuesta salió bien, ya que los vascos fueron capaces de golpear primero.
Quique de Lucas, con una mayor velocidad punta, dejó clavados a Víctor Afonso y Castillo para encarar a Nacho González. Al atacante albiazul no le tembló el pulso y batió, de disparo seco y con la izquierda, al cancerbero argentino.
A partir de ahí, se vivieron unos minutos de locura. Los intercambios de golpes se sucedieron, aunque ambos combatientes se mantuvieron en pie. Márquez fue el primero que la tuvo en sus botas. El sevillano, en un movimiento endiablado, le ganó la partida a su defensor para rematar a puerta. Stephane Porató estuvo rápido de reflejos y anuló la ocasión visitante.
Jandro, con un lanzamiento desde fuera del área, puso fin al correcalles. Las aguas volvieron a su cauce y ambos equipos ralentizaron el juego para buscar la sorpresa desde la tranquilidad, aunque el abuso del juego en largo seguía presente.
Entre medias, el meta francés Porató se lesionaba, de forma fortuita, el dedo meñique de su mano izquierda, aunque pudo aguantar en el campo hasta poco después del descanso. La desgracia se cebaba con el galo, que ha venido arrastrando problemas físicos en las últimas semanas.
La advertencia de Yagüe empezaba a coger forma
La tercera victoria de Las Palmas fuera de su recinto comenzó a fraguarse en el minuto 29. Quique Yagüe advertía en la rueda de prensa del pasado viernes que las mayores amenazas del conjunto amarillo se llamaban Roberto Trashorras y Marcos Márquez. ¡Bingo! El preparador alavesista, a buen seguro, respiró cuando no vio al gallego en el once inicial. Quedaba vigilar, de una forma especial, al ariete andaluz. Pero el tiro le salió por la culata. Cuando la inspiración llega al sevillano, poco hay que hacer, por muy rodeado de defensas que esté.
Márquez bajo del cielo el balón enviado de manera magistral por Cobas. Lo acomodó con su pecho y puso el balón a ras del césped para, con un envío milimétrico, hacer inútil la estirada del guardavallas albiazul. El sevillano hacía la decimoctava diana en su casillero particular y recuperaba el pichichi de la Liga BBVA. Momento de alegría. 1-1 y el descocido se arreglaba, de momento.
Tras el tanto foráneo, el cuadro vasco quedó desorientado, perdió gas. Por su lado, la UD tuvo en sus manos la oportunidad de matar el partido, pero la confianza que le había dado el gol no se tradujo en una mayor renta. Con dominio amarillo, se llegaba a un merecido descanso.
La segunda mitad comenzó como el inicio de la primera, otra vez era el Deportivo Alavés el que controlaba la situación. El encuentro se fue enturbiando cada vez más, cargado de despropósitos por uno y otro bando. Ambos entrenadores decidían mover ficha. Wellington, por los anfitriones, y Trashorras, por los visitantes, entraban al terreno de juego en busca de soluciones para sus respectivos equipos.
Dos minutos después de la reanudación, el portero Ardouin sustituía a su compatriota Porató. El meta titular fue testigo desde la banda de la ocasión marrada por Arthuro. La Unión Deportiva salió dormida y por poco le cuesta caro, ya que el brasileño, en una posición franca, cabeceó fuera un buen balón servido desde la banda (min. 49).
Cruz para Márquez
No tardaron los pupilos de Juanito en contestar la osadía del Alavés. En el minuto 55, Trashorras sacó de su chistera un pase entrelíneas que dejaba totalmente solo a Marcos Márquez frente a Ardouin. El delantero andaluz erró una oportunidad de las que no suele perdonar. Su anormal lanzamiento tuvo malas consecuencias. No sólo se perdió la ocasión de dar un golpe de efecto al encuentro, además, el andaluz se llevaba la mano a su muslo derecho con claros síntomas de dolor.
Contratiempo para Márquez y su equipo. El jugador amarillo, desde que sufrió el percance (min. 55), estuvo deambulando sobre el campo con una ostensible cojera, buscando con la mirada a su banquillo. El cuerpo técnico tardó en reaccionar, a pesar de que algunos futbolistas, como el caso de Txiki, se desgañitaban pidiendo al entrenador que sustituyera a su malparado compañero. Cinco minutos después del trance cogió el testigo en la punta de ataque Joseba Arriaga.
El propio jugador vasco fue quien originó otra de las jugadas más peligrosas del choque. El partido estaba en una situación en la que la Unión Deportiva trataba de defender el resultado, aunque no renunciaba a algún que otro coletazo. Arriaga, en el minuto 71, sirvió en bandeja el balón a Losada para que éste sólo tuviera que superar un último escollo, al meta albiazul. Sin embargo, al Chino le faltó una esa rapidez que le permitiera adelantarse a Ardouin, que salió victorioso del duelo.
Cuando ambos equipos, exhaustos por el esfuerzo realizado, ya pensaban en que el encuentro finalizaría en tablas, llegó el zarpazo amarillo. Fue curioso, ya que Trahorras era el que, en un primer momento, se disponía a poner en movimiento una falta indirecta señalada por el colegiado. Sin embargo, fue Castillo quien, desde la banda derecha, finalmente metió en la olla el esférico para encontrar, precisamente, la cabeza del gallego, que daba la victoria a los insulares con su sutil testarazo.
Con este resultado, Las Palmas queda situado en la decimotercera posición con 47 puntos, a cuatro del rival de este sábado, más el gol-average. El Deportivo Alavés es el equipo que cierra los puestos de descenso. Por su parte, la Unión Deportiva da una zancada hacia el objetivo fijado al principio de la temporada, la permanencia.
Ficha técnica:
Deportivo Alavés (1)
UD Las Palmas (2)
Deportivo Alavés:
UD Las Palmas:
Goles:1-0Quique De Lucas1-1Marcos Márquez1-2Roberto Trashorras
Árbitro:
Incidencias: