Abuso de poder, manipulación y miedo

Por todo ello, en este nuevo siglo XXI, la sociedad española, junto con la canaria, se encuentra inmersa en una profunda crisis económica y con pérdida de las escalas de valores a nivel humano, producidos por los frecuentes y vergonzosos fraudes vitalicios y patrimoniales producto de la ambición corrupta y abusos de poder por parte de muchos altos cargos políticos de España y Canarias.

Por si fuera poco, ahora se intenta borrar todo vestigio de la época franquista y de paso, manipular la historia de España en los institutos y universidades. Por esa misma regla de tres, habría que quitar los nombres de los conquistadores asesinos que invadieron Canarias, donde muchas de sus calles, avenidas y edificios culturales llevan sus nombres.

De igual modo, borrar todo vestigio de la época de los Reyes Católicos, pero eso no estaría bien, ya que la historia de cada país con sus consecuencias positivas y negativas deben ser respetadas y no profanadas y manipuladas por una fuerza política cobarde, mentirosa y corrupta que se hace llamar amigos y representante del pueblo español y canario.

Al margen de esta gran mentira democrática que vivimos en España y Canarias, permitida por los votos piadosos, generosos, desesperantes e ignorantes por parte de muchas personas, muchas fuerzas políticas gobernantes en las distintas autonomías del territorio nacional y canario, son los que controlan, dirigen y manipulan la calidad de vida de todos nosotros.

Así mismo, y al margen de que España y Canarias están hipotecadas hasta los tobillos, el Gobierno español aprobó el año pasado la nueva ley de seguridad vial, donde el cuerpo militar de la Guardia Civil, herencia del franquismo dictatorial, abusador y torturador de millones de españoles y canarios de izquierda, te multan sin contemplaciones, donde su Dirección General de Tráfico, su centro base, alude que es para bajar el índice de mortalidad en las carreteras españolas y archipiélago canario. Sin duda, tener hoy un vehículo es como tener una pequeña empresa, el cual está sujeto a múltiples impuestos a lo largo del año, con recaudaciones multimillonarias para el estado y propia Guardia Civil.

Los conductores no tienen derecho al error o equivocación, pues la Guardia Civil de Tráfico entiende que en las carreteras hay que ser perfeccionistas. Ellos, esos funcionarios militares de la Guardia Civil de Tráfico, están para ayudar a los conductores y no para que se les tenga miedo. Nuestras carreteras y autopista en Tenerife están mal señalizadas e iluminadas, más propicias para un accidente que para la propia seguridad del conductor.

Por si fuera poco y según la nueva ley vial, la recaudación íntegra de las multas se destinará a la Guardia Civil de Tráfico, que modernizará sus medios y la empleará en actuaciones de seguridad vial. Mentira. Así, con ese abuso de poder y en muchas ocasiones, intimidatorio, no podemos seguir.

Rafael Lutzardo