Espacio de opinión de Canarias Ahora
Las calenturas sin sol (Del trío de las Azores al IBI)
Y eso se supone que lo debe saber el presumido cachas de la derecha cavernícola y sus cómplices por silencio, digamos que hablo de Ánsar y sus sicarios.
Ánsar, de la casa de la Pradera, que es lugar de seguro yantar para quienes tienen el grave problema de la dureza y a la par fragilidad del mármol, está lleno de adorables florecillas con las que saciar su impertinente hambre de estar en la actualidad a través de los medios y cuartos de la buena corrida de toros, claro, de toros.
Prefiero, puestos al habla, el devaneo del frágil bambú al que no hay viento que lo tumbe por su demostrada habilidad para contorsionarse.
Estará contento este homínido cachas perteneciente diz que al linaje humano por la retirada norteamericana de Irak. Más bien estará que trina el pajarín.
Por fin hemos hecho desaparecer al tiburón de Saddam Hussein para cambiarlo por una sardinita (cuyo significado es Luz del Rey, Nur al Maliki), y los hijuelos de los siete enanitos petroleros.
Sres. Bush, Blair y Aznar, ahí es nada, intercambiando barriles de petróleo con otros tantos llenos de sangre inocente. ¡Las mordidas del perro la arreglamos dándole una patada en el culo! Una guerra absolutamente delirante, con la convicción propia de la esquizofrenia de estos tres señores criminales de guerra. Naturalmente que no se arrepienten: faltarían al principio fundamental de los delirantes psicóticos, la convicción.
No era válida la opinión de los españoles contraria a la guerra y hasta se jactó de su seguridad absoluta, él, que nunca miente. Toma del frasco Rajoy.
Las armas de destrucción masiva no estaban en Irak, eran estos tres sujetos. El Sr. Ánsar anda caliente como los monos del zoológico porque nada menos que un negro en la Casa Blanca ha dicho: nos vamos de Irak. Más vale tarde que nunca.
Pero hay más pueblerinos que pretenden llegar al soporte de un Nobel de la Paz concedido apresuradamente.
El Sr. Obama, que se autoproclama resucitador del muerto proceso de Paz en Palestina, ni tiene el poder de resucitar a los muertos ni hay negociación posible cuando se trata de una simple ecuación de Ocupante por la razón de la fuerza vs. Ocupado con la fuerza de la razón que se ampara en el derecho legítimo de la defensa propia. Hay que devolver lo robado, Sr. Netanyahu, ni más ni menos y los suyos se pueden largar con viento fresco a su casita europea, de la que seguramente guardará la llave y la indemnización que le da Alemania por la actuación de los nazis cuando ustedes no eran un Estado, ni en consecuencia les asiste derecho a indemnización de guerra de Estado a Estado; por el contrario a los que hay que indemnizar es a los que fueron desalojados de sus casas y con los que no quieren hablar: los refugiados palestinos y toda la sociedad enterrada en una ocupación ladrona, cruel y vil. El interlocutor Sr. Abbás no representa a los palestinos.
Curiosa la cosa, siempre da lecciones el necio, aunque más necio es el que carente de criterios de razonabilidad da crédito a las estupideces infinitas,- que dijera Albert Einstein-.
No basta con las maneras de hacer política surrealista que vivimos sino que además hemos descubierto cómo la diplomacia actúa en silencio, véase al Sr. Moratinos, sin dar una buena torta al pestilente desafío marroquí; me refiero a una torta diplomática que para las otras tenemos al “cachas” y su perejil forma de arreglar los problemas.
Sr. Zapatero, hable alto, claro y conciso y demuestre que el silencio es necesario cuando no hay nada mejor que decir pero en asuntos como el de Melilla las palabras, como arma letal, usted no las sabe, no puede o no le ha dado la gana de usarlas, y dígame ¿algo que comentar sobre las actuaciones contra los activistas canarios en el Sahara o seguimos guardando un piadoso silencio? ¡Bueno es lo bueno pero no lo demasiado!
Remedios hay, veamos.
Para las calenturas nada mejor que llenar de césped la avenida de don José Mesa y López o poner un tritón en La Laja, previo aumento descomunal del IBI, Vados, y demás tributos que argumentaban que estaría destinado a fines sociales. ¡¡Pícamelo menúo que lo quiero pá cachimba!!
La calentura es de las que tenían las guaguas caminito a Teror, las amarillas de A.I.C.A.S.A., que había que pararlas para que se les fuera los vapores del radiador.
Tal cual con estos calores, la Sra. Obama “tostándose” al sol marbellí, Ánsar caliente con el Sr. Obama y éste resucitando muertos. Las alcaldadas saavedrianas y la gente calentita con los tributos, césped y tritones, caminito de Teror.
Y es que como dice Chago Miranda, “tengo un cojilargo aquí en el pomo”
Dito sea Dios, la que nos cae, en tres cómodos plazos.
Carlos Juma
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