Más o menos

Ciudadanos nació como un partido que prometía en Cataluña pero se ha convertido en una gran pifia en España. Cuando Albert Rivera comenzó su campaña despelotándose en los carteles nadie daba un duro por este partido pero unos años después decidió salir de Cataluña y presentarse en toda España. Al principio las cosas fueron regular pero rápidamente logró ser el tercer partido de España en número de parlamentarios nacionales. 

Cuando parecía que se iba a comer el mundo e incluso dar un sorpasso al Partido Popular, Ciudadanos pasó de 57 a 10 diputados y su líder se vio obligado a dimitir y desaparecer de la vida pública a pesar de que algunos expertos politólogos consideraban que iba para presidente del Gobierno.

  

Si ya Ciudadanos es un partido casi residual en España, en Canarias se ha convertido en algo ínfimo y disparatado. Solo tiene dos diputados de los 70 que hay en el Parlamento de Canarias y además ahora acaba de protagonizar un vodevil en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ya que su nueva concejal ha decidido por su cuenta firmar una moción de censura contra el actual gobierno de izquierda para facilitar la vuelta de Coalición Canaria a la alcaldía.

También es verdad que los dos concejales de Ciudadanos en la capital chicharrera ya habían pasado olímpicamente de las directrices del partido a nivel nacional cuando pactó con la socialista Patricia Hernández la nueva mayoría de gobierno hace un año. Ahora una edil de Ciudadanos vuelve a desobedecer de nuevo a la dirección central de su partido para romper la mayoría actual en el consistorio.

Si a esto se une que una destacada dirigente de Ciudadanos en Tenerife decidió abandonar recientemente el partido para incorporarse como viceconsejera de Turismo en el Gobierno de Canarias y que otra edil de la misma formación en la capital grancanaria también ha abandonado el partido tras denunciar insultos e improperios de un compañero, solo nos queda colegir que Ciudadanos ya apenas tiene futuro en España y menos aún en Canarias, donde tenemos una hora menos pero una tránsfuga más.