Cosa de los nervios

El comentario dio pie para traer el asunto de Granadilla. Por lo visto, no nos hemos ocupado de semejante proyecto porque con él están de acuerdo los dirigentes del PSC. Carlos Sosa se me adelantó al recordar que este medio ha sido el que más ha informado y opinado sobre Granadilla, sin ahorrar críticas a los psocialistas que lo apoyaron. Añadiría que, además, se han ofrecido íntegros los escritos de personas, plataformas y grupos ecologistas contrarios.

Incluso hubo un foro de debate que apuntó hacia los intereses que movían el proyecto y el debilitamiento deliberado del puerto de Santa Cruz, donde quedarían unos terrenos muy golosos para la especulación una vez en funcionamiento Granadilla. Todos los textos fueron firmados por sus autores, no eran sueltos anónimos y ahí queda eso.

Otro comunicante indica que el artículo de García Luján sobre la entrevista amiga de Daswani a Paulino en la telesuya está plagado de faltas de ortografía; mentira, como puede cualquiera comprobar. Pero tenía que agarrarse a algo porque sólo los problemas de la Enseñanza y la Sanidad, acumulados tras quince años de gobiernos CC con la vista puesta en la privatización, son suficientes para descalificar el continuismo de Paulino y la lamentable entrevista.

Pero, en fin, allá ellos. Pero me interesan esas opiniones como reflejo del nerviosismo preelectoral ya instalado. No las tienen consigo y largan sin pensárselo para autotranquilizarse en términos tales que de hecho niegan nuestro derecho a opinar. Es su forma de presionar pero cosas peores hemos aguantado y en mi caso concreto no voy a aflojar después de viejo, oye.

Estas salidas del tiesto hay que relacionarlas con el mal ambiente parlamentario del que hablara hace un par de días la diputada Belén Allende: son los mismos nervios, que se extienden e irán a más de aquí a marzo. Mejor se lo toman con calma, tabaco y algo de tila.