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¿Debe el Estado impulsar el crecimiento del PIB? Gobernanza y cultura política en Canarias

Manuel Ángel Santana Turégano

20 de septiembre de 2023 20:10 h

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En el marco de las Jornadas Conecta Canarias- Europa esta semana se ha celebrado en el Parlamento de Canarias unas jornadas sobre las Políticas de Cohesión en Europa. Al menos desde la creación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, en 1975, lo que luego se ha venido en llamar “Unión Europea” adoptó una visión keynesiana o intervencionista, al menos hasta cierto punto, de la economía. No es que se plantee una gestión planificada al estilo soviético, pero sí se entiende que el papel del Estado en la Economía no ha de limitarse al estricto laissez faire y la no intervención que predicaría el liberalismo clásico. Siguiendo diversas inspiraciones teórico- políticas, desde el éxito de los dragones asiáticos en su camino hacia el desarrollo hasta las experiencias de un “capitalismo regulado” en la Francia y Alemania de la postguerra, la idea es que cabe esperar que el Estado ayude a orientar el desarrollo económico y así favorecer el bienestar de los ciudadanos y de las diferentes regiones. Si la economía soviética se regía por períodos quinquenales, en nuestro entorno son 7 años los que marcan los “Programas Operativos” que pretenden favorecer el desarrollo de Canarias. Desde nuestra plena incorporación a Europa, a finales del siglo XX, muchos millones han llegado a las islas provenientes de “Bruselas”: con ellos se han construido carreteras, centros educativos, hospitales y se ha ayudado al desarrollo de todo tipo de infraestructuras, con el objetivo de la convergencia: que nuestros niveles de riqueza (e indirectamente, de bienestar) se acerquen a la media europea. 

Como bien se expuso en el interesante debate, no se trata de caer en el fetichismo del dato. En diversos ámbitos académicos y no tan académicos se han expuesto ya las limitaciones del Productor Interior Bruto como indicador no ya de bienestar (cosa que nunca pretendió medir) sino incluso de riqueza, y se ha planteado el decrecimiento como una posibilidad. Pero resulta sorprendente que el PIB per cápita de las islas haya entrado en fase de declive y que apenas se hable de ello. Reconozco que fui el primer sorprendido: una simple búsqueda por Internet permite ver que el PIB per cápita de 2021 era similar al de 2004 e inferior al de, por ejemplo, todo el período de 2005 a 2011. Quizá a Canarias le afectó más la crisis financiera de 2008 que a otras regiones europeas. Dado que vivimos del movimiento de personas, seguramente la interrupción de este como consecuencia de la COVID hizo que nuestra economía se resintiera más que la de otros lugares. Pero, en cualquier caso, como acertadamente se planteó en las jornadas, no deja de ser curioso que nadie hable de ello. 

Si fuéramos ciudadanos que pedimos cuentas a las administraciones, en Canarias se debería de abrir un debate: en los 23 años del siglo XXI se ha gastado muchísimo dinero público (europeo, en buena parte), para conseguir acercarnos a Europa, en términos de convergencia del PIB per cápita. Y no sólo no nos hemos acercado, sino que incluso nos alejamos. ¿A quién pedimos responsabilidades? ¿Va Europa a dejar de darnos dinero porque por más que gasta no consigue lo que pretende? Aunque esto no sea más que mi opinión, creo que un factor que ayuda a entender la falta de preocupación es nuestra particular cultura política, que tiene que ver, entre otras cosas, con que la mayoría de la población no tiene una idea realista acerca de cómo se organiza la cosa pública (gobernanza). Pongamos que hacemos una encuesta en la que quienes viven en Canarias expresan que están mayoritariamente de acuerdo con la afirmación: “Aunque no estemos en un país comunista, el Estado debe ayudar a dirigir la Economía, para favorecer el desarrollo económico y que éste beneficie a toda la población”. Puede que incluso nos encontremos con quien diga “si eso hasta se dice en la Constitución”. A continuación, preguntemos: por favor, de entre las siguientes fotos, elija la que identifica a la persona que asocia usted a “Estado” en la frase anterior“.  Me apuesto a que la mayoría de la población señalaría fotos de los candidatos al gobierno de España. Las fotos de quienes ocupan puestos claves en Bruselas serían mayormente desconocidas. ¿Y qué diría la ciudadanía canaria si les enseñáramos fotos de presidentes de Cabildos o del Gobierno de Canarias?  Pobrecitos, ellos que van a hacer, si ya se sabe que la culpa no es de nuestra gente, sino de Madrid/Bruselas/Tenerife/Gran Canaria/las islas capitalinas, que, ya se sabe, nos discriminan, se lo llevan todo y no nos dejan desarrollarnos. El complejo del colonizado, que parece que seguimos sufriendo en las islas, pasa, entre otras cosas, por pensar que nuestro destino colectivo no depende de nosotros mismos, que no somos más que marionetas en manos de otros actores mucho más poderosos: somos islas, estamos lejos, no tenemos recursos…. Creo que, al final, lo que acaba interiorizando mucha gente del discurso sobre la ”ultraperificidad“ es que somos europeos o españoles ”con necesidades especiales“, y que tenemos menos capacidades que otros.  Pensamos que es natural que en Europa se hagan bien las cosas y que aquí todo sea un desastre. La sociología enseña que muchas cosas que creemos que son naturales son en realidad una construcción social. En las islas tenemos la capacidad de elegir no sólo a quienes deciden las políticas sino también a quienes deciden en buena medida con qué impuestos se van a financiar esas políticas. Pidamos responsabilidades a quienes nos han traído hasta aquí y no les dejamos seguir mandando balones fuera. 

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