El desaparecido

Pero a uno lo que le más le llama la atención en los resultados de las últimas encuestas de este jaez es la repentina desaparición en los cuadros de honor elaborados por el ciudadano anónimo y el votante de a pie de Paulino Rivero. Cuando Paulino Rivero era diputado y cuando aceptó tragarse el marrón de la presidencia de la comisión investigadora de los sucesos del 11-M, el actual titular de la presidencia de nuestra Comunidad siempre andaba entre los primeros clasificados y era bastante corriente comprobar que ocupaba el cuarto o el quinto puesto en esas valoraciones. Uno siempre supuso que el raro fenómeno se debía a que quienes respondían a los cuestionarios de los encuestadores no conocían al personaje y se limitaban a fiarse de su aspecto gris y conciliador, intuían. A Paulino le ha pasado algo raro: al ganar protagonismo político se ha desvanecido. Teóricamente, un presidente autonómico es más importante que un parlamentario del montón o que el portavoz de un grupo inframinoritario. De hecho, en esa lista de la que les hablo de políticos apreciados por su carisma y labor hay aparecen dirigentes autonómicos: Esperanza Aguirre, Manuel Chaves y hasta Ibarrretxe. Pero, Paulino ha desaparecido. Ya nadie se acuerda de él a nivel nacional. Y lo malo es que, aunque saque pecho, desde tan lejos, las buenas gentes ni se enteran ni lo motan. Esto es lo que más me ha llamado la atención del sondeo, ya digo. Esto y que si el PP fuese coherente, lo que tendrían que estar discutiendo ahora mismo en Génova es si convendría que Rajoy fuese a las generales como segundo del alcalde de Madrid.

José H. Chela