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¿Día de la Mujer, o Día de la Mujer trabajadora?

Luis Fajardo / Luis Fajardo

Sin duda esto último, hoy es el día de la mujer trabajadora. Lo contrario resulta de una miopía, cuando no de una manipulación mercantilista, abrumadora. Porque sólo gracias a una contínua lucha, dirigida por claros ideales, se ha conseguido muy recientes cambios históricos. Tan recientes que no es posible olvidar su motivación, sin hacer desprecio de las personas e ideales que los han conseguido. Por eso hoy conviene recordar que:

1) La mujer, en España, ha estado obligada hasta hace nada a obedecer a su padre y después a su marido, no pudiendo administrar su patrimonio, según nuestras leyes.

¿suena raro? ¿extraño? ¿arcaico? Pues asómbrense, esa era la ley española ¡¡hasta 1975!! Sí, como muestra las reglas generales que contenía hasta dicha fecha el Código civil(1):

57. El marido debe proteger a la mujer, y ésta obedecer al marido.

58. La mujer está obligada a seguir a su marido donde quiera que fije su residencia

59. El marido es el administrador de los bienes de la sociedad conyugal(2)

60. El marido es el representante de su mujer. Ésta no puede, sin su licencia, comparecer en juicio por sí o por medio de Procurador.

61. Tampoco puede la mujer, sin licencia o poder de su marido, adquirir por título oneroso ni lucrativo, enajenar sus bienes, ni obligarse

Colofón ejemplar de dicha doctrina es el artículo 62, que reza:

62. Son nulos los actos ejecutados por la mujer contra lo dispuesto en los anteriores artículos, salvo cuando se trate de cosas que por su naturaleza estén destinadas al consumo ordinario de la familia, en cuyo caso las compras hechas por la mujer serán válidas. Las compras de joyas, muebles y objetos preciosos, hechas sin licencia del marido, sólo se convalidarán cuando éste hubiese consentido a su mujer el uso y disfrute de tales objetos.

Es verdad que se establecen excepciones, y que la mujer puede disponer por testamento, pero este es el estrecho margen en el que se ha movido la mujer española, y no ha sido muy distinto en otros países de nuestro entorno cultural (hay que decir, por romper mitos impuestos desde la religión imperante, que hasta 1975 la mujer en el mundo árabe, por regla general, podría considerarse con más derechos que la española).

2) Aún no hace un siglo que la mujer vota en España.

Fue la Segunda República la que permitió primeramente el sufragio pasivo a las Cortes Constituyentes de 1931, y finalmente se extendió también al sufragio pasivo con la Constitución de dicho año (Artículo 36. Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes), que se ejerció por primera vez en las elecciones de 1933. El golpe de estado de 1939 impediría que se volviese a ejercer el sufragio democrático hasta las elecciones de 1977 (no se olvide que en este tiempo, tras el paréntesis de la República -véase art. 43 de la Constitución del 31 en siguiente epígrafe-, se vuelve al sometimiento de la mujer al padre y luego al marido en los términos que acabamos de señalar).

3) El divorcio, quitando los escasos años de la II República, sólo se consigue en España en 1981, y sólo es libre (sin alegar causa y sin pasar por separación previa) desde hace 9 años.

El divorcio se consigue en España con una Ley de la República, en 1932 (4), después de que la Constitución señalara en su artículo 43 “La familia está bajo la salvaguardia especial del Estado. El matrimonio se funda en la igualdad de derechos para uno y otro sexo, y podrá disolverse por mutuo disenso o a petición de cualquiera de los cónyuges con alegación en este caso de justa causa”. La primera ley franquista, la Ley de 23 de septiembre de 1939, publicada en el BOE. del 5 de octubre de 1939, deroga la ley del divorcio de 1932 y declara nulas todas las sentencias de divorcio, a instancia de una de las partes.

Para que el divorcio llegue a España habrá que esperar a la Ley 30/1981, que lo permite si se alega y prueba una justa causa, y sólo es libre desde hace 9 años, con el primer gobierno de Zapatero.

Sí, hasta entonces había que pasar por la calumnia, por la garantía de estar previamente separado, y sólo después cabía la separación, lejos pues del libre desarrollo de la personalidad. La Derecha española votó en contra de la flexibilización del divorcio en el primer gobierno de Felipe González(5), y criticó la reforma de Zapatero. A nadie se obliga a divorciarse, pero la libertad del individuo, el libre desarrollo de su personalidad, no puede hacerse depender de la voluntad de otros. La pareja, el matrimonio, debe ser reflejo de libertad, de crecimiento personal, de libre decisión de construir.

4) El aborto, castigado tradicionalmente en nuestro Código penal, ve en el año 1985 su despenalización en tres bien conocidos supuestos, y tras un paréntesis de 25 años, se convierte sólo hace 3 (desde el 4 de julio de 2010) en una libre decisión de la mujer para optar en las primeras 14 semanas de gestación. Hoy se propone una vuelta a una situación más restrictiva que la de 1985.

Vigente la Ley de 1985, la gestante podía interrumpir el embarazo en centros públicos o privados en las primeras 12 semanas en el caso criminológico, en las 22 primeras semanas en el eugenésico, y en cualquier momento del embarazo en el caso terapéutico. La ley orgánica 2/2010 permite la libre decisión de la mujer durante las 14 primeras semanas. En su artículo 15 señala que el plazo de posibilidad de interrupción voluntaria del embarazo aumenta hasta la semana 22 en casos de «graves riesgos para la vida o la salud de la madre o el feto». A partir de la vigésima segunda semana, solo podrá interrumpirse el embarazo en dos supuestos: que «se detecten anomalías en el feto incompatibles con la vida» o que «se detecte en el feto una enfermedad extremadamente grave e incurable en el momento del diagnóstico y así lo confirme un comité clínico(6). Como es bien sabido(7), se está tramitando una reforma de esta normativa, para restringir el aborto a cuestiones exclusivamente de graves y duraderos problemas para la vida de la mujer o violación, reduciendo además los plazos(8).

5) El cambio operado en nuestra sociedad en relación con la igualdad en general, y de la mujer en particular, ha sido fruto de una reivindicación frente al sistema establecido, que ha culminado en nuestra avanzada y progresista Constitución.

Es fruto de una lucha donde muchos se lo han jugado todo. Hoy queda plasmado en nuestra muy avanzada y progresista Constitución Española de 1978, que también en los últimos tiempos recibe ataques desde el inmerecido olvido de lo que significa. Olvidar esta lucha para convertirlo en un día de regalo de lapiz de labios, y de sentirse muy “lady”, resulta de una frivolidad escalofriante. La igualdad significa igualdad de derechos y deberes, y es una lucha no de la mujer sola, sino de todos los que abogamos por una sociedad cada vez más justa. por eso no es el día de la mujer, por el hecho de serlo, es el día de la igualdad en el trabajo, de la igualdad porque es una igual, porque puede asumir cualquier papel de los que tradicionalmente se atribuyen al hombre, por eso desligar el día de la posibilidad de asumir cualquier rol, esto es, desligarlo del trabajo, que es donde nace la reivindicación, y que explica todas las demás facetas de la vida (principalmente, las aquí comentadas), resulta frívolo.

La igualdad en general, y la de la mujer en particular, ha sido caballo de batalla de las ideas socialistas, de las que beben muchos partidos de izquierda. Centrados en lo que hoy celebramos, debe recordarse que fue el Partido Socialista norteamericano el que por primera vez señala un día, el 28 de febrero de 1909, para reivindicar los derechos de la mujer (no olvidemos cómo estaban -según se acaba de describir- por aquél entonces en España: sin voto, y a voluntad del hombre en todos los aspectos de la vida), en lo que denominaron el Día de las mujeres socialistas, conmemorando “una manifestación de trabajadoras que se había realizado en Nueva York en 1857. Pero el suceso que marcó la celebración moderna del Día Internacional de la Mujer fue el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en esa misma ciudad, el 25 de marzo de 1911, que causó la muerte de 146 trabajadoras, la mayoría de ellas jóvenes inmigrantes. De las cenizas de ese trágico evento surgió la llama de la búsqueda de justicia social para mujeres y hombres” (así lo relata la propia Organización Mundial del Trabajo, 9).

Rápidamente “en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague [en agosto de 1910], se reiteró la demanda de sufragio universal [e igualdad de derechos en general] para todas las mujeres y, a propuesta de Clara Zetkin, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. [...] Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebró por primera vez el 19 de marzo en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral. Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico Incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre. [...] El movimiento internacional en defensa de los derechos de la mujer es creciente y es reforzado por la Organización de Naciones Unidas que ha celebrado cuatro conferencias mundiales sobre la mujer y ha contribuido a que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer sea un punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica”(10).

Me consta que me centro en aspectos propios del modelo de sociedad, los aspectos que para un profesor de Derecho civil como yo le son mejor conocidos. Ni que decir tiene que todos estos logros parten de la lucha obrera, aunque se manifiesten en estas otras facetas. El derecho laboral ha visto muchos logros, que hoy son negados a todos los trabajadores, y pese a ello queda para una igualdad real y efectiva. Permítaseme que me haya extendido y a la vez limitado a estos aspectos que me son más conocidos.

No ha sido fácil llegar a reconocer en nuestra Constitución la protección de todo individuo, y “el libre desarrollo de la personalidad” de cada cual, que se consigue garantizando la libertad e igualdad real y efectiva de todos. Hoy se denosta dicha lucha, y su resultado que fue el reconocimiento en la norma suprema de derechos que la práctica socioeconómica nos está restringiendo. Lejos de defender nuestras normas, y criticar estas prácticas, arremetemos contra ellas. Nos manipulan, con sutilezas como “Día de la Mujer” en lugar de la reivindicación que supone el “Día de la Mujer Trabajadora”, lucha que ha conseguido llegar a disponer de su patrimonio, a una cada vez más real igualdad laboral, a decidir sobre su sexualidad y su cuerpo con derechos como el divorcio o el aborto. Todo ello, logros que, pese a las garantías legales, requieren ser recordados en la calle, para no retroceder en lo conseguido.

Por todo ello, cuando todos, sin importar el sexo, nos manifestamos en la calle un día como hoy, 8 de marzo, lo hacemos para reconocer una lucha larga y justa, recordar la trágica muerte de las 147 trabajadoras de la fábrica textil de Nueva York en 1911, y con ella la lucha de todo un siglo, Margarita Nelken, María Cambrils, Clara Campoamor, Victoria Kent, Dolores Ibáruri, mujeres sometidas al exilio, como muchos de sus compañeros exiliados o fusilados, por exigir una igualdad que hoy nadie se atreve a negar en público. Mujeres que compartían con sus compañeros de partido el ideal de la igualdad, y gracias a quienes se ha llegado a plasmar como derechos en nuestras leyes.

Es, en definitiva, un asunto importante que nos implica a todos, que no es sólo de las mujeres, porque nos va en ello el respeto a la igualdad de todo individuo que tanto esfuerzo nos ha costado a hombres y mujeres. Desde lo mucho conseguido, en defensa de cuanto hemos logrado, haciendo bandera de los hoy denostados principios constitucionales, feliz día de la mujer trabajadora.

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