El drama de los menores inmigrantes

Tengo que decirles que desde entonces ha sido para mí una fuente inagotable de comprensión y satisfacción. Dada la calidad, conocimiento y experiencias que todos y cada uno de los comparecientes han ido aportando a lo largo de estos meses.El motivo para su creación no era otro, además del que su propio nombre indica, el de separar del debate político un drama humanitario que trasciende fronteras, capacidad de reacción, y que desde mi punto de vista pertenece a la conciencia pública colectiva. De una manera similar a la filosofía que albergaba la creación, en este mismo Congreso de los Diputados, de la Comisión del Pacto de Toledo, en su momento; para separar del debate político el tema de las pensiones. El primer objetivo se está consiguiendo con creces, los diputados y diputadas que pertenecemos y asistimos (no siempre es lo mismo) a esta comisión estamos adquiriendo conocimientos, reales, actualizados, y llenos de rigor sobre un tema, la inmigración, que, lejos de ser un fenómeno nuevo, presenta en la actualidad unos matices que rayan el drama humano, al menos en lo que concierne a nuestra comunidad autónoma.Hace sólo una semana la Comunidad Económica Europea lanzaba una advertencia sobre la cantidad aproximada de inmigrantes que, en los próximos años, iban a necesitarse para dar satisfacción a las necesidades laborales de este continente.No vamos a hablar, por que ya se ha hecho hasta la saciedad, de que se trata de apostar por los países de origen creando centros de formación profesional, que permita obtener un contingente laboral especializado, formación de la que por cierto se pueden beneficiar también en sus países de procedencia. También se ha hablado de cooperación financiera por parte de los empresarios que quieran invertir en este continente. Ayuda humanitaria en origen; también en los países receptores; control de las fronteras; control de las mafias que trafican con seres humanos, integración de los inmigrantes en nuestro país, compromiso de la Unión Europea en cuanto el control de fronteras y flujos de emigrantes; cambios legislativos que son necesarios acometer en los próximos años en lo que se refiere a la obtención de la nacionalidad, agilización de los trámites burocráticos que en general enlentecen todo el proceso; en fin, un serie de temas que sin lugar a dudas nos va permitir ver la luz al final de este camino.El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, ha viajado sólo en este año, hasta seis veces al continente africano con asuntos relacionados con esta problemática; porque éste es un Gobierno totalmente comprometido con las causas sociales y humanitarias. Pero si hay un problema que por encima de todos ellos tiene una cara más amarga, aún si cabe, es sin lugar a dudas el de los menores no acompañados.En nuestra comunidad, las competencias legales, según nuestro actual Estatuto de Autonomía, es del Gobiernos autónomo. Una vez dicho esto, hay que recordar que, en base a un principio de solidaridad institucional, este Gobierno hasta este momento ha trasladado ya a centros de la Península a quinientos menores no acompañados, que han sido distribuidos por distintas comunidades autónomas, ninguna gobernada por el PP, dicho sea de paso, y sin acritud.Creo recordar, si no me equivoco, que en Canarias cogobiernan, Coalición Canaria y el Partido Popular. Sepan ustedes que la recepción de menores no acompañados debe de decidirse dentro del seno del Consejo Superior de la Inmigración, desde donde deberían de existir criterios de corresponsabilidad y de solidaridad entre las distintas comunidades autónomas. No es de recibo, por ejemplo, que la comunidad autónoma de Madrid,no se haya hecho cargo, hasta este momento, de ningún menor procedente de Canarias.El ministro de Trabajo, en sede parlamentaria, ha reiterado un ofrecimiento hecho ya a la comunidad autónoma canaria (que por cierto, no han recibido ninguna respuesta) del compromiso de financiar en su totalidad, la construcción de un centro de atención para menores, que reforzaría la capacidad de acogida de los servicios autonómicos; aunque reitero que el Gobierno de la Nación carece de competencias reales en la materia; más allá de la solidaridad que un Gobierno tiene para con sus gobernados. Y repito que muestra de ello ha habido, en número y en actuaciones.Estamos en el buen camino, el Gobierno asume sus responsabilidades y da salidas pactadas, para lo cual precisa de la colaboración, el trabajo y la corresponsabilidad compartida del Gobierno de Canarias. Y no sólo con la utilización partidista y partidaria de un problema de tal magnitud, que deberíamos entre todos los canarios de buena fe extraer del debate político.Esperemos que reine la coherencia, la sensatez y, sobre todo, las ganas de buscar soluciones a un problema que, más allá de la problemática administrativo-burocrático y económica, tiene un trasfondo humano de una magnitud especial, como son el tema de los menores. *Diputada del Partido Socialista por Santa Cruz de Tenerife y perteneciente a la subcomisión para el estudio de la inmigración

Mercedes Coello Fernández-Trujillo*