Energía y supervivencia

Mientras todos los informes apuntan a que en España estamos a la cola de los cumplimientos con Kioto y que Canarias ha duplicado sus emisiones, aumentándolas en un 95%, a los ciudadanos de a pie se nos intenta vender que nuestro desarrollo energético pasa únicamente por las energías fósiles - petróleo y gas- y que sólo podremos alcanzar un techo, para los próximos veinte años, de un 20% de energías renovables. Se trata de una burda falacia encaminada a mantener el estatus de las eléctricas y determinadas empresas de Gran Canaria y Tenerife, a las que han primado a dedo dándoles, en exclusiva, la posibilidad de gestionar nuestra energía -y las plusvalías de la construcción de sus infraestructuras- para las próximas décadas.

Al tiempo que mantenemos las centrales altamente contaminantes de Jinámar, Puerto del Rosario, Las Caletillas y Arrecife, suspendemos sine die el concurso eólico; nos quedamos sin posibilidad de instalar más plantas fotovoltaicas por la debilidad de la red; seguimos sin propiciar, con inversiones fuertes y necesarias, el fomento del ahorro y la eficiencia energética -lo que hace que generemos un 9,6 toneladas de Co2 por habitante y año- y continuamos prescindiendo de la investigación y la búsqueda de alternativas que hoy son una realidad incuestionable en tantos lugares del Planeta.

No es por tanto una locura plantear que, al margen de los fósiles en franca desaparición, existen alternativas reales de energías renovables a las que estamos dando la espalda de manera irresponsable. No es, por tanto, una locura, plantear que es posible generar electricidad sostenible en Canarias a partir de propuestas reales, serias, rigurosas, que existen, están delante de nuestros ojos y que podrían suponer más del 90% del consumo total de energía en las islas. Lamentablemente, la desidia, la despreocupación, la irresponsabilidad y, también, los intereses espurios, campan a sus anchas y nos intentan vender un modelo que insiste en la especulación, la contaminación y la ineficiencia.

Permítame que ponga unos cuantos ejemplos que certifican de manera precisa y clara que es posible otro modelo energético para esta Comunidad atlántica.

En diferentes ocasiones me he referido a la central hidroeléctrica reversible de las presas de Soria y Chira, cuyo proyecto lleva años y años guardado en un cajón, aunque ahora desde el Cabildo de Gran Canaria se anuncia su ejecución. Vamos a ver. Esta central, que en un sistema aislado como el nuestro contribuye de manera fundamental a la estabilidad -imprescindible para dar entrada en la red a la energía producida por las plantas fotovoltaicas y eólicas- podría funcionar un 50% del tiempo bombeando agua de Soria a Chira y el resto produciendo energía de Chira a Soria, lo que haría que el coste de la energía en horas valle, las de menor consumo energético, sea hasta un 40% más económica con respeto a las horas llano, consiguiendo que en horas punta pueda tener un precio en torno al doble de las horas llano, lo que la hace rentable y sobre todo extraordinariamente útil, irrenunciable diría yo, para el sistema eléctrico insular, al que aportaría un déficit de producción neta de 157.500 Mw-h/año.

También desde hace varios años, desde la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria, venimos colaborando con INR, la empresa promotora del gran Parque Marino del Mar de Trafalgar, en hacer viable la instalación de uno o varios parques marinos en Gran Canaria, más constantes, con vientos superiores y sin que ocupen nuestro escaso territorio En concreto el del Sureste estaría dotado de 23 aerogeneradores de 3,6 Mw; 23 conjuntos de desalación e impulsión por energía mecánica del viento y 23 jaulas de 10.869 m3 que producirían 5 millones de kilos de pescado al año, con un sistema propio de depuración para eliminar cualquier tipo de contaminación marina. Esto haría posible la producción de 400.000 Mw-h/ año. Pues bien, también este proyecto se ha presentado al Gobierno de Canarias sin que haya habido respuesta. Esta semana lo hemos intentado con el Cabildo. A ver si ahora es posible.

En cuanto a los parques eólicos, aventados por la corrupción y la dejadez, en estos momentos, con una paralización de más de diez años, se está pendiente de adjudicar unos 300 Mw por conexión a la red, que es el famoso concurso; por consumos asociados y por incrementos de repotenciación, además del parque experimental del Burrero, lo que sumado a los cerca de 140 Mw ya existentes nos darían un total de 434,660 Mw, es decir, una producción de 1.673.441 Mw-h/año

Las plantas fotovoltaicas pendientes de instalar, por otra parte, podrían aportar también un total de 35.000 Mw-h/año.

Es decir, si el consumo en el año 2005 de esta isla, según el ISTAC, fue de 3.433.744 Mw-h/año, y con lo que acabo de describir alcanzamos un total de producción energética de 1.482.803,Mw-h/año, restándole el consumo de la central de Chira-Soria, de 157.500 Mw-h/ año, fíjense que estamos hablando de un 50% de producción renovable frente a la demanda total de la isla. Si además instalamos cuatro parques marinos más, como lo han hecho en Malmö (Suecia), contando con buenos sistemas de almacenamiento (más centrales hidroeléctricas o pilas de vanadio, por ejemplo) podríamos alcanzar el 90% ó el 100% de producción energética a través de las renovables.

Y eso que no me he referido a las posibilidades de la energía mareomotriz, la biomasa, el hidrógeno, los biocombustibles de algas de laboratorio, o la tan factible para nosotros energía geotérmica. Miren, en la actualidad existen centrales geotérmicas en 24 países, principalmente en EE.UU, Mejico, Italia, Suiza, Canadá, Perú, Japón, con una capacidad de 8.000 Mw, equivalentes a ocho centrales nucleares, siendo rentable hasta una profundidad de perforación de 3.000 m., aunque en Islandia se perfora hoy día un volcán activo hasta los 5.000 metros para usar la energía del magma.

Nosotros aquí al lado, en Lanzarote, por ejemplo, escarbamos con un dedo y sancochamos un huevo, cuanto más si avanzáramos un par de kilómetros hacía el interior de la tierra donde la temperatura superior a los mil grados centígrados genera una corriente de calor hacia la superficie que se convierte en energía geotérmica. Además de todo esto, la eficiencia, las políticas de ahorro, el cambio de modelo....

Es preciso que espabilemos. No nos pueden seguir tratando como títeres. Perdonen la insistencia, pero no puedo, no debo y no quiero callarme.

Antonio Morales Méndez