Enseñanza pública: dinámica, protegida y de calidad

Opino, que la Enseñanza pública de nuestro país, debe estar extremadamente mimada en todo su organigrama, desde los docentes, alumnos, métodos educativos de plena actualidad y adaptados centros educativos. No puede estar, nunca ni jamás, al albur de las paridas administrativas de los políticos de turno (en los cuatro años de legislatura). No caben atajos para degenerarla con recortes presupuestarios, en nombre de males presentes. Todo lo contrario: hay que incrementar el presupuesto en cada ejercicio académico, para obtener el óptimo rédito educativo de nuestros jóvenes estudiantes. Aumentar el número de profesores y educadores, menor número de alumnos por aula, en la búsqueda de una enseñanza de calidad y positivos resultados, por derecho constitucional y humanista, en la que todos tengan ese derecho inalienable. Que no nos sonrojen de nuevo, los informes Pisa, de la OCDE, por tan tétricos resultados en los alumnos españoles, en término medio, por su deformación o carencias. Pero lo más repugnante, son las falacias que esgrimen los políticos conservadores, que administran los dineros ajenos, para rebajar los presupuestos y despedir a los docentes. Que sepan, que en España, los profesores tienen más horas lectivas, o de clases (sin sumar, las muchas que dedican en sus hogares), que toda la media europea. Mientras, la autoritaria presidenta de la Comunidad de Madrid, regala a la enseñanza privada 90 millones de euros; y además, tiene la desfachatez de inaugurar un Bachillerato de Excelencia, para los estudiantes más destacados.

Para que estas intocables cuentas y presupuestos anuales, destinados a Educación (y Sanidad), sean intocables por ciertos desalmados de la política, insensibles en este importante capítulo social, la solución pueda estar (como se ha hecho con la reforma del artículo 135, de la Constitución española, hace días), e igualmente por imposición legal, de los dineros de los tributos de los contribuyentes, a través de una casilla del IRPF, sean destinados ex profeso, nuestros impuestos, a predeterminadas necesidades de carácter primario. En este caso Enseñanza. Como asimismo, que se hace con la equis a la Iglesia o Fines Sociales. Esta es la fórmula para priorizar, el derecho a elegir el destino de los impuestos directos, sobretodo en Enseñanza y Sanidad, y con una equis, equivalente, a dónde deseo que vayan de forma invariable. Pero esto es una quimera, que no la admitirán los parlamentarios. Como tampoco es de recibo, que un político de turno, al cual no se ha votado en determinada afiliación de partido, destine nuestros impuestos a su libre albedrío, en base a su ideología política, nada afín con los otros votantes, afiliaciones ideológicas en las antípodas, etc. A pesar de que hayan salido en las urnas democráticamente.

Ha quedado fehacientemente demostrado que la formación de los jóvenes, bajo unos parámetros de calidad educativa, no de almacenamiento de niños y adolescentes en los colegios, con programas educativos de aptitud y eficacia pedagógica, adaptados a los momentos que se viven y sus futuros inmediatos, es la mejor inversión de un pueblo. El devenir de la economía de un país, estriba en la formación profesionalizada de sus gentes. Un hecho, es la compra de cerebros, investigadores, profesionales cualificados, etc., que persiguen todas las naciones, sobre todo EE UU. Todo este gasto a priori (nunca a fondo perdido), se recompensa con la reconversión en royalties, con la venta de todos esos productos descubiertos y patentados. Un solo céntimo invertido en educación, se reconvierte en varios céntimos de ganancias. Por lo que de ningún modo los gastos estatales, en educación y formación cultural, jamás puedan ser deficitarios o gastos inútiles. Y a la par, causa una convivencia: en armonía, en respeto, en paz, en felicidad, en progreso, en libertades varias, en derechos humanos, en democracia, en menos delincuencia, en bienestar social, en mejor salud, etc., en todos los ciudadanos formados de un país. Un ejemplo evidente y a seguir, lo tienen los países nórdicos europeos, donde tienen consolidado ese sistema de vida, por la educación de sus pobladores.

Al margen de esta crisis de diseño, que padecemos, y que tenemos que pagar la plebe, como de costumbre. Detrás de todo este maremágnum de restricciones presupuestarias, puede que se esconda el apoyo de los actuales conservadores políticos, mediante los cargos que ocupan, a la enseñanza privada, una enseñanza de clases, de élites sociales, para los bien dotados, económica e intelectualmente. Tipo de enseñanza, que tan bien la han visto, en su ideología política, para implantar en toda España. Que ésta fuera por ley orgánica. Se malogre, con recursos de miseria, la atención debida, por derecho, en la Enseñanza pública, y en especial a la diversidad en las aulas, con el apoyo constante de los docentes. Si se cumplen estos pronósticos, de atropellos a los derechos educativos de todos, en igualdad de oportunidades, se vislumbra, de nuevo, el aumento del fracaso escolar, el abandono al terminar la Eso, del más del 30% hasta ahora registrado en todo el Estado (incluyendo Canarias, con tan deplorables índices), y se pierdan también, los ya superados, conflictos educativos con la multiculturalidad, habida recientemente en las aulas, y de una educación de cierta calidad y progreso, que se había logrado.

Teo Mesa